02/Jun/04

Insectos en riesgo: ahora dicen que lo están las "hormigas culonas"

TEMAS: Biología, Zoología, Entomología, Insectos, Hymenoptera, Himenópteros, Formicidae, Hormigas, Atta laevigata

Entomólogos y naturistas lanzaron una alerta roja sobre la posible desaparición de esta especie de insectos, si el negocio no se maneja de modo sostenible: las hormigas culonas sudamericanas, que se han convertido en un plato exótico boom para los europeos, quedarían en riesgo de extinción por exceso de comercio y futura exportación.

Una semana después de que una firma exportadora de Santander anunció la venta de media tonelada del insecto a una empresa británica que comercializa alimentos exóticos y que va a introducirlas en Alemania, Francia y Australia, se elevan voces de advertencia. El problema es que se trata de las reinas de una especie de hormigas, Atta laevigata (Hymenoptera: Formicidae): cada una de ellas es capaz de generar una colonia completa.

"Es lo mismo que ponernos a cazar chigüiros (grandes roedores) o venados para venderlos", dice Alfonso Villalobos, consultor en entomología de la Corporación Regional Autónoma para la Meseta de Bucaramanga (Cdmb), Colombia. "Mientras alguien no se haga cargo de cultivarlas, de cuidarlas, es una amenaza. Estamos hablando de vida silvestre. Lo mismo va a pasar con los loros, los monos y otros animales; pensamos que se van a reproducir por siempre y eso no es cierto".

A pesar de que no existe ningún estudio al respecto, la disminución de estos insectos en las dos últimas décadas es evidente. Inclusive hasta la década de los 90 era posible encontrarlas en la misma Bucaramanga y ahora deben buscarse en el Cañón del Chicamocha y en zonas distantes.

"Lo de las hormigas culonas va a ser un desastre ecológico", afirma la bióloga Camila Pizano. "Si cada hormiga pesa unos 0,5 gramos, 500 kilos de hormigas son un millón de hormigas. Y esas son sólo las que se exportarían a Inglaterra. Si a eso le sumamos las hormigas que se comen en Colombia, y las que se llevan para otras partes, resulta que no va a ser uno, sino cinco millones de hormigas al año. En dos años no va a quedar una sola".

A pesar de estas posiciones, Hernando Medina, gerente de la firma Plaza Colombia, la empresa que va a iniciar la exportación, descarta que estos insectos puedan acabarse. "Algunos creen que comernos las hormigas las va a extinguir. Pero lo que las acaba no es el consumo sino los químicos que les echan quienes las consideran una plaga. Es cierto que son menos los hormigueros, pero que los entomólogos pierdan cuidado, hormigas hay de sobra" .

Con todo, la mejor opción para asegurar que el número de culonas no disminuya y que el negocio sea sostenible es la creación de zoocriaderos de hormigas que conviertan este insecto en un producto industrial.

"Estoy completamente convencido de eso", dice Medina. "Y lo vamos a hacer. Lo que pasa es que las cadenas surgen cuando hay quien compre, y hasta ahora estamos comenzando. Por ahora esa es una riqueza que nos brinda la naturaleza y tenemos que aprovecharla".

"Yo me voy a meter en esa locura. Pienso en un criadero al aire libre. Si usted les proporciona alimento y renueva periódicamente, las puede sostener sin problema".

Para el entomólogo Villalobos, sin embargo, las cosas no son tan sencillas. Para él, la cría tecnificada de hormigas plantea desafíos que hasta ahora nadie ha considerado.

"Su cuidado es más complicado de lo que se piensa", afirma, "por los delicados hábitos de su apareamiento y anidación".

Para él, en cambio, es mucho más viable definir unas reservas en las zonas aledañas a los hormigueros donde la caza esté vedada. "La gente sabe que debe permitir que algunas reinas aniden, pero a la voz de la plata, nadie se detiene ante esa consideración".

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