INGLATERRA |
Mi fantasma del futuro huele a ceniza.
Pensé que ibas a dejar de fumar le digo.
Fue un año difÃcil. Hurga dentro de su bolso y saca un paquete de Marlborough Lights. La vida no siempre resulta según lo planeado, ¿verdad, Sibyl? Enciende un cigarrillo y exhala el humo hacia mÃ, el humo fantasma, la multiplicación de lo insustancial.
Creo que te haré compañÃa. Tomo un cigarrillo de mi paquete mientras observo con mirada crÃtica a la futura yo. Se la ve mucho más vieja de lo que parecÃa hace un año. No usar maquillaje no la favorece en nada. Su cabello parece reseco, quebradizo, y las raÃces necesitan tintura. Veo que no perdiste nada de peso.
Ella se encoge de hombros. Las dietas son una pérdida de tiempo. Ya tengo casi cuarenta años. Soy lo que soy.
Está con un humor de aquellos.
¿Y qué hay de nuevo? le pregunto.
No mucho.
Suspiro. Asà no me ayudas. Este rito no se hace sin sacrificios, lo sabes. Señalo el cuchillo de hierro que hace equilibrio sobre el cuenco con agua ensangrentada.
¿Acaso no lo sé? Se arremanga y me muestra el brazo derecho. Es siete años mayor que yo. Tiene siete cicatrices más. Esto funciona asÃ: una vez al año puedo ver mi futuro dentro de siete años.
¿Hacemos lo del diario? le pregunto.
Ah, sÃ, el diario. Saca el diario de cuero de su bolso. Lo compré en Venecia, en mi luna de miel. Se supone que debo escribir allà todos los dÃas. Es el diario de mi vida.
El fantasma pasa las páginas. El problema de este diario es que en ciertas partes está un poco incompleto. ¿Ahora estás bebiendo mucho, verdad?
Me encojo de hombros. Me gusta beber uno o dos vasos de vino por las noches. Me calma los nervios. ¿Pero quién es ella para juzgarme?
¿Seguimos con los mercados?
Claro. Mi futura yo recita precios de acciones mientras tomo nota. Juego a la Bolsa. Aunque jugar implique la posibilidad de perder. No es el caso, no con la información que recibo. Soy el colmo del accionista con información privilegiada.
Cuando termina, me dice: Muy bien. Me voy.
No te vayas todavÃa.
¿Qué pasa? pregunta con impaciencia.
No te veo bien.
Muchas gracias.
O sea, ¿qué te pasó en el último año? Siento pena por ella, pero, más importante, me siento ansiosa. Necesito saber.
Es mejor no hablar de cosas personales, Sibyl. Ya lo sabes.
¿Cómo está Alex?
¿Seguro que quieres saberlo?
¿Es Alex, no? ¿Qué pasó? No está… muerto, ¿verdad?
Enciende otro cigarrillo. Yo hago lo mismo.
Alex me dejó.
Pero el año pasado parecÃas muy feliz.
Ojos que no ven, corazón que no siente. TenÃa una amante desde hacÃa tres años. Alice le dio el ultimátum y yo perdÃ.
¿Alice? ¿Mi mejor amiga, Alice?
Exacto. Ahora me llevará a la corte para tratar de conseguir «lo que le corresponde», como dice él.
No lo creo.
¿Acaso te mentirÃa? ¿Me mentirÃa a mà misma? Me mira. ¿Qué vas a hacer ahora que lo sabes?
Camino hasta el refrigerador y me sirvo una copa de chardonnay frÃo, vigorizante. Lo bebo todo. Ella me observa, sonriendo a medias. Vuelvo a llenar la copa.
No debiste decÃrmelo.
Al menos, te avisé primero. Es más de lo que puedo pretender yo.
¿Ella no te lo dijo? Las lÃneas temporales son divergentes. Cada una de mis futuras yo es ligeramente diferente.
No. No me lo dijo. Pero pensé que querrÃas saberlo. Ese es nuestro problema. Siempre queremos saber. Sopla un penacho de humo fantasma hacia mÃ. PodrÃas divorciarte.
Tuviste nueve años de matrimonio muy buenos.
No, no es cierto. Durante tres de esos años, Alex tuvo una amante.
Deja caer el cigarrillo al suelo.
¿Qué vas a hacer, Sibyl? Tiene una expresión hambrienta en la cara. Quiere que le diga que me divorciaré de Alex antes de que tenga la oportunidad de engañarme. ¿Por qué me volvà tan amargada?
No sé qué voy a hacer.
Es tu decisión dice. Para mà no cambiará nada. Simplemente, seguiré en esta lÃnea de tiempo en la que él me traicionó. No puedes cambiar el pasado, sólo el futuro.
¿Y tú? le digo. ¿Vas a mirar el futuro este año?
Siempre lo hago, ¿no? Se frota el brazo. Para descubrir cómo puedo mejorar mi vida perfecta.
No necesitas hacerlo. Debes tener mucho dinero guardado.
No, no necesito mirar el futuro. Y, pensándolo bien, tú tampoco.
Es un hábito difÃcil de erradicar.
Asiente. Veo la sombra en sus ojos. Conozco su miedo. Es el mismo miedo que me invade cada vez que comienzo el ritual. Llegará el dÃa en que miraré el futuro y veré que mi futura yo está muerta. ¿Qué voy a ver esa noche? ¿Voy a ver la nada o algo peor, algo insoportablemente peor?
Soy joven dice. Sólo tengo treinta y ocho años. Está bien que lo mire.
SÃ. Está bien. Gracias por tu ayuda.
De nada. Que estés bien, Sibyl. Sé feliz.
Con una palabra, termino el ritual y mi futura yo se disipa.
Me limpio, arrojo el agua ensangrentada por el sumidero y lavo el cuenco. Alex llegará pronto. ¿Puedo cambiar para fortalecer nuestro matrimonio? ¿Quiero hacerlo?
Se escucha una llave en la puerta. Alex está en casa.
¿Qué podrÃa decirle?
La adivinación es una droga.
Busco el paquete de cigarrillos. Mañana dejo de fumar.
TÃtulo original: Sibyl.
Traducción: Claudia De Bella.
Deborah Walker creció en la ciudad más inglesa de su paÃs, pero apenas pudo se mudó a Londres, donde ahora vive con su pareja y sus dos pequeños hijos. Empezó a escribir en el otoño boreal de 2008, y en su bibliografÃa puede verse que se mueve sin problemas entre las distintas vertientes del fantástico, sea en prosa o en verso.
Pueden hallar a Deborah en el Museo Británico tratando de atrapar inspiración entre el pasado y el futuro, o visitarla en su blog. Sus historias han aparecido en las revistas Futures, Cosmos y Daily Science Fiction, y su cuento «Glass Future» fue incluido en The Year’s Best SF 18.
Este es su primer trabajo publicado en Axxón.
Este cuento se vincula temáticamente con EL ANOR DE SUS VIDAS, de Ian Watson y Roberto Quaglia, y LETICIA EN EL REFLUJO DE LA MAREA, de Alejandro Alonso.
Axxón 259 – octubre de 2014
Cuento de autor Europeo (Cuentos : Fantástico : FantasÃa : Adivinación : Inglaterra : Inglesa).