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ARGENTINA

 

 

PelosDePunta: Luciana, Narciso y Rubén

 

AXXÓN: ¿Qué es «PelosDePunta» para cada uno de ustedes?

 

NARCISO: Personalmente es un desafío constante. Un desarrollo que comparto con dos personas a las que quiero y admiro mucho. Empezar con un proyecto ambicioso no es fácil. Uno se equivoca, se cae muchas veces ya sobre la marcha y tiene que pararse rápido y seguir porque atrás viene algo que crece a pasos agigantados.

Cuando surgió la idea, el objetivo era difundir autores argentinos mediante el género Terror que, para mí, estaba creciendo mucho en nuestro país, un poco acá y un poco allá. Quería unificar eso. Resaltar lo que veía, integrarlo en un mismo lugar y fue así como surgió la antología. Después de invitar a Luciana y a Rubén para que participen con un cuento, se dio naturalmente lo que terminó convirtiéndose en un equipo. Luciana había corregido mi primera novela, por eso me pareció importante que ella pudiera encargarse de eso. Y Rubén me había comentado durante una de nuestras charlas que hacía él mismo las tapas de sus novelas. Cuando vi la portada de El jardín de los lobos, le ofrecí encargarse del diseño de la antología.

Digo antología porque en principio era eso. Un libro con trece relatos. Antes de sacar MalaSangre, teniéndola ya cerrada, recibimos entre quince y veinte relatos de terror de autores que se comunicaban con nosotros. Fue entonces que la idea de ampliar el trabajo se disparó y terminó convirtiéndose en una colección que mantiene el fin primero, la difusión de autores de todo el país mediante el género.

PelosDePunta es una satisfacción. Es un trabajo que uno hace muy a gusto e intenta ser lo más profesional posible, cuidando a los escritores, a los relatos y al lector.

 

LUCIANA: PelosDePunta es una aventura personal aunque haya sido una idea original de Narciso. Para que me puedan entender necesito remontarme a finales del año pasado. Las vacaciones y el hastío del verano me agarraron en mi peor momento personal: mi mejor amiga, Noelia, acababa de fallecer de manera imprevista. Además, debí soportar noches largas de insomnio porque venía de jornadas laborales maratónicas, hasta catorce horas por día en mi desempeño como directora de una escuela secundaria. Laburo que me quemó la cabeza, huelga decirlo. Una tarde, encuentro la propuesta en el chat de Facebook: «¿Te puedo pasar mi novela para que me digas qué te parece?». Era Narciso que mandaba el borrador en word de su novela (una obra maravillosa) «La caída de las lechiguanas». Si bien habíamos cursado juntos el profesorado de Literatura hacía rato que no hablábamos más allá de alguna que otra pavada. Esa lectura fue un bálsamo y un juego. Un disfrute que tenía abandonado y que me devolvió a mi eje. En el transcurso de esas lecturas y devoluciones, se me ocurrió plasmar algún tipo de propuesta que paliara un problema que tenemos los escritores de provincia: escribir sobre nuestra realidad no genera el interés de ninguna editorial. Así nace Perro Gris (que si todo sigue bien, verá la luz en octubre próximo). Narciso comenzó a trabajar conmigo en ese proyecto cuando me comentó la idea genial de PelosDePunta. Al comienzo, mi dedicación no era completa. Más bien, colaboré leyendo los primeros cuentos que llegaron para Mala Sangre (el primer tomo de la colección) y redacté algunas sugerencias. Se dio todo de manera muy natural y hasta orgánica. No sé en qué momento (lo bueno de esto es que no lo veo como trabajo —aunque me demande varias horas al día y no sea redituable a nivel económico— ni deber sino como placer) estábamos trabajando codo a codo con Narciso y Rubén. Y volvieron, gracias a PelosDePunta, las ganas de escribir terror (hacía casi diez años que estaba sin escribir ficción). También PelosDePunta me dio una gran mano en una de mis obsesiones: leer escritores argentinos contemporáneos. Me encanta recorrer librerías (cuando viajo a Capital y en mi ciudad, hay un librero que es un capo, Román, quien siempre sabe qué recomendar) para encontrar textos de autores argentinos y contemporáneos. El boom de editoriales que se vive durante los últimos años es muy bueno en este sentido pero falla, en mi opinión, al no poder trascender círculos de lectura muy restringidos. En otras palabras, hay editoriales y escritores excelentes pero desconocidos o conocidos sólo por unos pocos. No sé si es un problema de difusión o de restringir el público al que va dirigida la propuesta. No lo sé. Cuando leí «Escándalo en Venecia», el cuento que Rubén escribió para Mala Sangre, me dije: «¿Cómo pude haber estado sin leer a este pibe?» Y así me siguió (y me sigue pasando por suerte) con muchos de los escritores que apostaron a publicar en PelosDePunta. Creo que estamos ante una nueva generación (el promedio de nuestros escritores —si me permiten el pronombre posesivo— es de treinta años) con una postura literaria bien definida y con gran amplitud mental, desprejuiciada y abierta a las críticas, permeable, con ganas de seguir creciendo.

 

RUBÉN: Una iniciativa como PelosDePunta no agota su naturaleza en el servicio que ofrece tanto a los escritores como a los lectores de terror argentinos. Es un viaje que desearía a cualquier persona apasionada por su arte. Comenzó como un proyecto acotado, orientado a no arriesgar mucho en pos de ofrecer una mano a un puñado de escritores del ámbito independiente. ¿Por qué es tan importante esto? Porque nos enseña, por un lado, que hay muchísimo talento en nuestro suelo y que está, día a día, en peligro de desvanecimiento a causa de una industria volcada a beneficiar al mercado y no a la cultura. Por otro lado, no deja de recordarnos que los autores independientes necesitamos tanto esta difusión como el sentimiento de sentir que no estamos solos. ¿Qué autor, mientras escribía su primer trabajo para ser publicado, no pensó que le estaba regalando algo a la cultura? Una parte de sí, un pedacito de sus vivencias e impresiones más personales y preciadas. Nada puede ser más devastador, para un artista semejante, que ver su pedacito de alma caer en oídos sordos y miradas ciegas. PelosDePunta está ahí —entre otros, claro— que dicen: «No, vas a ser escuchado, y no por eso vas a tener que venderte a una firma».

En lo personal, PelosDePunta fue, es y será una oportunidad. Fue una oportunidad para abandonar el síndrome de enclaustramiento del escritor, de comenzar a trabajar en grupo y conocer personas maravillosas en el trayecto. Es una oportunidad de conocerme día a día, en mis fortalezas y debilidades, y trabajar en pos de algo que me trasciende y que no podría lograr por mí mismo. Ahí es donde entran Luciana y Narciso, compañeros, socios y amigos que este camino me regaló; con quienes día a día trabajamos en favorecer a los escritores y realizar un producto memorable. Y para el será… no sé! Eso los traerá el tiempo.

 

 

AXXÓN: ¿Por qué encarrilar la editorial hacia el terror argento?

 

NARCISO: Básicamente porque el terror argentino existe y está buscando un lugar. Somos una de las tantas puertas. Hay una generación joven que se está volcando hacia eso, y es importante que haya puntos donde se puedan unir estos intereses. Si escritores de todo el país, mediante cuentos fantásticos o realistas, se inclinan deliberadamente hacia el miedo, hay que saber leerlos (a ellos, además de los cuentos) y poder concentrarlos. El terror logró filtrarse de las películas y los libros a los videojuegos, a la música y a las nacientes creepy pastas que circulan en la web.

Nosotros crecimos con el miedo. Somos parte de una generación diezmada y lo que nuestros abuelos o padres pueden transmitirnos, entre otras cosas, es ese miedo, primitivo y real. Si no terminás la comida viene el viejo de la bolsa y te lleva. Y si en lugar de dormir la siesta salís a jugar aparece la Solapa. Mirá, ahí viene me parece, ¿la escuchás?

Nuestro país tiene muchos nutrientes para el género y muchos buenos escritores que te hacen sentir escalofríos. Tanto en el norte como en el sur del país, historias sobre el Pombero, el Familiar o los mismos duendes, logran robarte un poco de aliento y hacer que mires a tu alrededor.

 

LUCIANA: Creo que PelosDePunta sigue el sendero que abrió Muerde Muertos: mostrar que en Argentina se escribe terror y del bueno. Alberto Laiseca y Mariana Enríquez son dos faros para mí. Son la muestra más clara de que no tenés que tener la acción ambientada en Maine, y tragarte traducciones horribles del gallego[1] para sentir escalofríos. Ojo, entiendan la mención a Maine como una cuestión que restringe la escritura pero sin menospreciar a King que, para mí y creo que para el resto de los escritores de mi edad, es casi un miembro de la familia. Crecimos con King en parte porque la parafernalia estadounidense del cine nos bombardeó con sus adaptaciones (creo que todos vimos «Stand by me» antes de leer «Verano de corrupción». Y no está mal eso, para nada, es una realidad). Como la generación de Aira y Piglia escribió (y escribe) bajo la sombra terrible de Borges, nuestra generación escribe bajo la sombra de King, además de la de Borges por supuesto. También, el terror argentino tiene para nosotros, lectores argentinos, ese aditamento de hacerte pensar mientras lees: «esto puede estar pasando en la esquina de casa», aditamento que se refuerza con el vocabulario utilizado. Como lectora, me encanta que los personajes sean vívidos y eso sólo se logra si se tratan de «vos» y no de «tú», si putean y se tratan de «che», por decirte una estupidez.

El acierto de PelosDePunta es que le da visibilidad a escritores jóvenes de terror pero creo que sigue teniendo una deuda (ojalá la podamos saldar en lo sucesivo, esa es la intención) con las mujeres: seguimos siendo minoría dentro de la literatura.

 

RUBÉN: El terror es un género que, a mi parecer, escapa a toda simbolización, reglamentación o previsión. Si apostamos al terror, es porque apostamos a la imaginación del lector en una de sus expresiones más exquisitas, pero exclusivamente a esa que está encarnada en lo más profundo del ser, aquella que escapa a toda simbolización posible.

El terror podemos reducirlo al miedo por la muerte, más aún, a la respuesta de estrés biológica que sufre el cuerpo frente a un peligro, y que pone en marcha a todo el sistema nervioso simpático en pos de prepararnos para la huida. Es uno de los impulsos más primitivos, aquel de autoconservación. Escribir, por otro lado, es la expresión máxima de nuestra calidad de humanos: el lenguaje escrito, la tendencia a historizar.

La literatura de terror es la mezcla más perfecta, entonces, de dos cualidades humanas por entero opuestas. ¿Necesito explicar más? No creo, ya pueden ver por qué es tan interesante escribir terror, es un género en potencia inabarcable. Forzar los límites del terror significa construir y destruir un género una y otra vez. El resultado: infinitamente interesante.

 

 

AXXÓN: Esta es una pregunta fuera de contexto. ¿Por qué Narciso? Porque yo que tengo mi edad, viví los últimos años de aquel prócer del género del terror. Pero que gente joven lo ponga como estandarte… ¿Por qué? ¿Cómo fue el descubrimiento/contacto con el querido Ibañez Menta?

 

NARCISO: Agradezco lo de gente joven aunque estoy parado sobre mis treinta. Desde chico me sentí identificado con muchas cosas que no correspondían a mi época. Cosas que habían pasado y que descubría gracias al fanatismo de mi papá. Cuando mis amigos miraban Power Rangers yo me fascinaba con unos videocassettes gastados de V, invasión extraterrestre, y cuando ellos escuchaban Attaque 77 yo intentaba conseguir vinilos de Serú. Fue esa sensación de haber nacido tarde la que me llevó a apropiarme del nombre de quien fue para mí un ícono del terror naciente en nuestro país. A Narciso Ibañez Menta lo conocí por mi viejo. Mirabamos juntos las Historias para no dormir que más tarde continuaría Ibañez Serrador.

 

 

AXXÓN: Volvemos a PelosDePunta. ¿Cómo se acercan al escritor? ¿Qué es lo que se busca?

 

NARCISO: El primer acercamiento lo hago yo. En librerías, mediante la web o por recomendaciones (Axxon ha sido una buena fuente) busco cuentos que me encanten. No es difícil, admito. Me gusta casi todo tipo de terror. Pero me centro en esos relatos que me dejan pensando o que logran ponerme la piel de gallina. Si el cuento es muy bueno, busco uno o dos más del autor y si, en cambio, no me convence, lo descarto. Además de la historia, que es muy importante, tiene que ser llamativa la narración. El narrador elegido, la ambientación, la sintaxis. Entre los tres hacemos lecturas y las debatimos antes de elegir a alguien.

 

PelosDePunta: Luciana, Narciso y Rubé
PelosDePunta: Luciana, Narciso y Rubén

LUCIANA: Lo más importante en el acercamiento al escritor es, desde mi punto de vista —y considero que mis compañeros coinciden— no coartar su libertad al escribir. Libertad que, muchas veces, se ve sujeta a las improntas y necesidades del mercado editorial que bastante lejos están de la genuina creación literaria ya que su horizonte es incrementar las ventas. Por eso, en un país en el que los chimenteros son best sellers y las novelas se escriben en función de los gustos y consumos de las personas, PelosDePunta es un pozo de agua fresca. La literatura es un posicionamiento ético, vital, político, social y hasta sexual, por eso es necesario cuidar la libertad de creación. Me viene a la memoria una frase genial de Diego Cortés (fundador de la editorial Llanto de Mudo y fallecido muy pero muy antes de tiempo) sobre el trabajo del editor. Él decía que la figura del editor tiene que servir para que el capricho del autor le llegue a la mayor cantidad de gente posible. La importancia de la honestidad intelectual, le agregaría yo, va a la par de la estética.

 

RUBÉN: La llegada al escritor sigue las máximas de lo que creemos es en sí el proyecto. Con esto quiero decir: es una aproximación llena de simpatía y amabilidad, nacida del interés por incluir al autor y depositar en él la confianza de devolvernos un material que sea resultado de su esfuerzo y dedicación. No somos organizadores de concursos, aceptar la invitación conlleva el compromiso de participar con todas las ganas y de dar lo mejor de cada uno en el proyecto. Estamos, en todo momento, abiertos a sugerencias, inquietudes, esclarecimiento de dudas y resolución de imprevistos. La meta es la concepción de un tomo que distinga su elaboración por su calidad y cuidado al detalle.

 

 

AXXÓN: En Buenos Aires por lo general se escribe sobre trolls, elfos, enanos, hadas. Son contados con los dedos de una mano aquellos escritores que de vez en cuando se despachan con leyendas de acá. ¿Cómo se combate contra esto?

 

NARCISO: No sé si lo combatimos. De hecho, espero que no. Abrimos el terror desde una perspectiva diferente. Los trolls, los elfos y las hadas pertenecen a los mundos maravillosos donde todo es posible. Nuestro terror es el que se sumerge en la realidad, en lo cotidiano. Pero porque es el tipo de terror que nos gusta. Historias que le suceden a hombres y mujeres, ya sea en los carriles del subte D, en un viejo edificio de Microcentro o en una chacra entrerriana. Como decía Luciana, a la vuelta de la esquina. Es un terror que va desde una mente insana hasta una venganza de la naturaleza contra las personas.

 

LUCIANA: Plantear lo de «combate» me suena fuerte. No tengo nada contra ese tipo de literatura, personalmente, no me atrae pero nada más. No creo que haya que combatirla. Lo que sí considero que se debe combatir —y quizá me ponga un poco insistente con esto— son las traducciones horribles que hacen los gallegos. Son peligrosas. Les hacen creer a los lectores más jóvenes (muchos de ellos, escritores en potencia) que está bien y es agradable escribir así. ¡Por favor! Hay que empezar a leer más literatura nacional. Ningún lector puede perderse el placer de leer a un escritor en su lengua materna. Adoro a Chico Buarque y nunca pude terminar de leer una de sus novelas por la traducción asquerosa que hizo la editorial, me pregunto, ¿a ninguna editorial argentina le preocupa esto? ¿Que haya generaciones de lectores que crean que está bien tratarse de tú y decirle refrigerador a la heladera, carro al auto?

 

RUBÉN: Personalmente no creo que debamos combatir contra nada. No porque no crea enriquecedor el escribir sobre aquello que ha visto su nacimiento en nuestro suelo, sino porque nueves de cada diez autores han crecido mamando mucho de lo que viene de afuera. Los trolls, las hadas, los elfos, son el germen de la habilidad humana para crear híbridos nacidos a partir de lo conocido, lo no conocido y los deseos e imaginaciones más íntimos de las personas (Un ejemplo claro de esto son las sirenas). Los personajes milenarios tienen un valor que obedece tanto a la filogénesis de las especies como a la ontogénesis de nuestros antepasados, y la trayectoria de estos personajes es prueba viva de nuestra cadena evolutiva.

Por supuesto, me es muy valioso encontrar material Made in Argentina (con todas las letras de ese «in»), puesto que son horizontes poco explorados y que, junto a un poder de imaginación exacerbado, pueden dar como resultado historias tan intensas como memorables. Desde lo personal, recientemente tomé la posta de esto y exploré el género, y puedo dar cuenta del potencial que encierran sus extensiones.

 

 

AXXÓN: ¿Cómo ven la autoedición?

 

NARCISO: Como un camino para escritores novatos. El mercado en la actualidad es bien definido e inaccesible para muchos autores talentosos que no tienen la oportunidad de publicar en grandes editoriales. Y digo oportunidad porque es realmente lo que falta. Es un modo de darse a conocer de manera transparente, encargándose uno mismo del diseño, la corrección… y aprender dentro de este ambiente.

 

LUCIANA: La autoedición es la única vía que tiene el escritor que recién comienza para tener plasmada su obra en un objeto físico —ese oscuro objeto del deseo, ja— que es el libro. Es el único modo, también, de mantener una fidelidad lo más absoluta posible con esa obra. Es la única manera de no sujetarse ni a reglas de mercado ni a caprichos de consumo. Además, amplía la mirada del escritor porque lo obliga a hacerse cargo de otras tareas que también son necesarias para que esa obra se concrete con fidelidad: la corrección, la diagramación, el diseño, la distribución, etc. La obra no está completa hasta que no llega a las manos del lector.

 

RUBÉN: Yo veo a la autoedición como una manera de romper las cadenas que oprimen al artista el día de hoy. Digo artista porque la cuestión se extrapola a todo el arte en general. Hoy en día un músico, por ejemplo, no necesita de un sello discográfico para poder grabar su material. Y es que, aunque el mercado y la búsqueda de ganancias hayan colonizado el direccionamiento que toma la estética artística en general, hay una resistencia propia de los que no se dejan regir por esas reglas. El arte en general no puede ser un producto de mercado, tiene un plus que no se deja manejar, y que si es entregado bajo contrato, posteriormente manoseado, despeja a la obra de sentido y valor.

La autoedición es la expresión de esto, claro está, en el ámbito literario. El autor va a ser entonces su propio motor, va a dejar todo para ver su obra crecer, y en el proceso tal vez aprender algo más. El camino es mucho más difícil y pedregoso, pero con entrega todo se puede lograr, y nadie sabe qué va a encontrarse mientras camina. Lo mejor de todo: el control total sobre la obra.

 

 

AXXÓN: ¿La idea o cómo se cuenta la idea? No vale decir ambas :)

 

Entre Dientes
Entre Dientes

NARCISO: Qué difícil. Hay de todo pero me juego por cómo se cuenta la idea. Una historia bien contada puede ser muy mala y atractiva. Me pasó con muchas novelas del maestro del terror, Stephen King, a quien no puedo dejar de mencionar porque me nutrió mucho como lector. Hay historias que son pésimas, no malas, y sin embargo me atraen desde lo narrativo, lo estético. Espero que nadie se ofenda con esto jaja.

 

LUCIANA: Yo, que amo el cuento breve y la microficción, apuesto por la idea. Como lectora, prefiero esos cuentos cortos y contundentes, como mazazos en el cráneo: Anderson Imbert, Denevi y Castillo como la santísima trinidad de la narración.

 

RUBÉN: He leído ideas tan buenas, pero desarrolladas de una manera tan pobre, que me quedo con cómo se cuenta la idea. Las palabras lo son todo, y el uso del lenguaje puede ser el alma más importante al momento de dar forma a una idea. A veces, las ideas simples adquieren una cualidad por demás de efectiva si son erigidas sobre un soporte verbal inédito y enriquecido.

 

 

AXXÓN: ¿Debe haber críticos?

 

NARCISO: Debe haber críticos, sí. Es necesario todo ese mundo que se alimenta de los textos e intenta, por un motivo u otros, dar una opinión que suele ser completamente desacertada. Los críticos son parte del juego, son piezas que atacan más de lo que ceden. Hay algo lindo para investigar ahí jaja. Antes creía que ayudaban a que la gente no tuviera que leer libros aburridísimos, fue ya tarde cuando me di cuenta de la cantidad de intereses que juegan ahí.

 

LUCIANA: El mal existe y es necesario. Hablando en serio, a veces creo que juegan un papel muy triste estos tipos. Nunca terminé de entender si son escritores frustrados o gente aburrida. No lo sé. Pero son necesarios para los suplementos culturales de los diarios.

 

RUBÉN: Depende a qué llamemos «críticos». Un crítico, para mí, es una persona que debería encargarse de devolverle a la gente una razón para acercarse a una obra. Ocho de cada diez críticos que conozco resultan ser personas que parecen buscar ensalzar su ego exponiendo las peores caras de una obra, aquellos detalles que hacen al desencuentro subjetivo entre lo que el artista juzgaba propicio y lo que el ego del crítico esperaba encontrar. Una crítica constructiva no tiene por qué tirar flores de todos los colores a la obra. Tampoco se agota en eso. Una verdadera crítica expone lo mejor de la obra, trae a flote los detalles menos vistosos y erige un comentario que, sin caer en oídos sordos, podría aportar mucho al producto final.

Claro, una buena crítica se hace también con un buen artista, aquel que puede hacer a un lado su orgullo personal y abrirse a la posibilidad de visitar el punto de vista de, en este caso, el lector. Hace no mucho tuve una de estas críticas, y por más que mi ego se arrastrara y pataleara, pude encontrar, dentro de ese comentario exigente, un guiño, una mano para ayudarme a transitar un camino que, de otra manera, sería solitario y egocéntrico.

En suma, sí, debe haber críticos, pero no de profesión. La profesión del crítico me suena —y esto es personal— a una destinada a ayudar al mercado a hacer bullicio de lo que se va a comprar masivamente y obliterar la motivación de los que comienzan a abrirse paso. Yo los llamaría, a esos versados en el arte de uno, que nos ayudan a mejorar, comentaristas imparciales.

 

 

AXXÓN: Desde mi punto de vista es extremadamente difícil pasar de la historia en papel al celuloide. Y en especial con el terror. ¿Puede ser o me estoy equivocando?

 

NARCISO: El terror viene ganando terreno de manera acelerada en la pantalla grande. De los libros al cine hay muchos pasos que a no todos los escritores nos interesa transitar. Se puede evaluar el cine como un medio de difusión mucho más amplio. Hoy todo el mundo va al cine y no todos leen un libro. Pero la historia en la pantalla es otra. Por más fiel que intente ser al papel, es otra. Y es mejor que así sea. A veces escucho comentarios como «Esta peli es truchísima, eso no pasa». ¿Dónde no pasa? Está pasando. Si vas al cine a ver en detalle lo que leíste, quedate en tu casa porque no hay manera de conseguir eso.

 

LUCIANA: Siempre que se pasa del papel al cine, siempre y sin posibilidad de error, va a prevalecer el libro. Por suerte, la imaginación —hasta ahora— es insuperable: yo no quiero que me muestren qué cara tiene Jack de «El Resplandor», ya me la imaginé. Y aludí a una versión cinematográfica que es una genialidad pero porque no es una adaptación literal —o al menos así lo veo yo— de la novela, sino una versión del director. «El Resplandor» no deja de ser cine de autor, «El Resplandor» es Kubrick más que King. Aparte, está esa cuestión de mirar la película, para qué vas a leer el libro. Punto álgido en el que la cultura audiovisual choca con el rol de la lectura, ¿no? En tiempos de inmediatez, mirate la peli que dura 90 minutos y no leas la novela que es un ladrillo de 500 páginas ¿Se empobrecerá nuestro universo cultural con estas prácticas? Hasta a veces me pregunto cómo incide el uso de las redes sociales en la manera en que leemos (mejor, en la manera en que no leemos) y en cómo moldean nuestros cerebros como si fueran plastilina, pero ese es otro tema.

 

RUBÉN: Tengo un drama terrible para hablar de cine. En relación con la pregunta anterior: los críticos me arruinaron el arte cinematográfico, siendo que no podes decir que te gustó una película sin que te digan que sos idiota y que esa película no es buena, y que te manden a ver La naranja mecánica.

Creo que tiene que ver mucho con el director y su concepción del terror. Tenemos directores como Guillermo del Toro, Lynch, Carpenter, o Mikko Rautalahti, que parecen tener un talento especial para representar el terror y el suspenso de manera memorable. Sé que del Toro está preparando una adaptación de En las montañas de la locura, de Lovecraft. Si se lleva a cabo eso, a partir de lo que vea voy a repensar o no esta respuesta. Más que esto no puedo decir sobre el cine.

 

 

AXXÓN: ¿Y qué fue lo que los decidió para que se larguen a la aventura de escribir? ¿Algún hito en sus vidas o una sucesión de pequeños acontecimientos?

 

NARCISO: La pasión por la lectura, por los libros. A Luciana la reencontré después de muchos años, cursando el profesorado de Literatura, y tenemos mucha afinidad. Nos gusta leer y nos gusta escribir. Yo recuerdo ir a cuarto o quinto grado y tener un cuaderno donde inventaba historias. Después, Olga, la seño, me los corregía. Creo que el apoyo desde chico por algo que me gustaba hacer fue lo que me abrió el camino.

 

LUCIANA: Desde que tengo recuerdos, escribo. Siempre escribí. Hasta se podría pensar en una escritura maniática o compulsiva: tengo un diario de sueños que llevo desde los quince años y un diario de cine en el que registro las películas que veo. Tengo pensado escribir uno de series también. Hasta cuando estuve trabada con la escritura (ya comenté que estuve como diez años sin escribir), escribí: sensaciones, frases en cuadernos y papeles sueltos, versos, algún que otro cuento… La maternidad me sacudió y eso también lo escribí.

 

RUBÉN: La necesidad de dejar algo. Pasé mi adolescencia conociendo obras (de cine, de literatura, albums conceptuales de música, etc) de las que creo nunca voy a olvidarme. La necesidad de contar mi historia, de hacerla memorable. Uno puede transformar lo peor de sí para crear las cosas más lindas y devolverle algo a la sociedad. Ser artista muchas veces es más un servicio que un trabajo, y no veo mal que así lo sea, porque el disfrute que uno tiene haciendo lo que le gusta es mucho más valioso que cualquier otra cosa.

Creo que los acontecimientos que hacen a la vida de uno siempre dejan una impronta, y que decidir sublimarlos y crear algo que pueda compartirse y que otro pueda disfrutar es la tarea por excelencia de la civilización. De alguna manera es percatarnos de que vivimos en una cadena generacional, que el mundo ya estaba acá cuando nacimos, y que cuando nos llegue la hora de partir va a seguir estando. Muchas veces se usa «no es la muerte de nadie» y «No es el fin del mundo» como frases intercambiables, sinónimos. Lo cierto es que nuestra muerte sucede sin que el mundo deje de girar sobre su eje, y que, para defendernos de esta idea, creamos las maneras más intrincadas de perpetuarnos. Los valientes que apuestan al arte ponen su corazón abierto de par en par en cada pedacito de obra. Y esto los hace, de alguna manera, extremadamente longevos, siguen presentes en la palabra escrita. ¡¿Y qué más podría yo desear?!

 

 

AXXÓN: ¿Cómo conocieron Axxón?

 

NARCISO: Yo no podría precisar ni el cómo ni el cuándo. Hace tiempo leo la revista y hace unos meses encontré en una web un compilado que se llama Axxón tomo 24, no tengo idea si es oficial o no, pero descargué ese ebook y contiene creo que todas o muchas de las revistas del 2013. Los cuentos que se incluyen son algo de otro mundo.

 

LUCIANA: A Axxón la conocí porque una de las escritoras de mi ciudad, Mariel (que también participa de la aventura editorial Perro Gris) está suscripta desde hace años y siempre me recomienda cuentos o escritores que conoció gracias a esta maravillosa revista.

 

RUBÉN: En realidad no la conocía, vivo debajo de una piedra o a veces en un tupper. Cuando me enteré de todo, me metí a investigar y quedé maravillado con el laburo que hacen. AXXON es una prueba viva del talento y la imaginación que hay en Argentina. Si bien el nivel del material que publican es muy bueno, a veces se torna increíble.

 

 

AXXÓN: Ya está a la venta la primera antología. Creo que está por salir la segunda, y que están preparando una tercera. ¿En qué se basaron para unir los cuentos, si es que hubo alguna base, para cada una de ellas?

 

NARCISO: Así, es. Los primeros cuatro tomos están muy encaminados. Y los siguientes en una primera instancia que es la de selección de escritores. Por cada tomo hay una consigna abierta con la cual cumplir. De este modo nos aseguramos la originalidad del relato y la unión dentro del volumen.

 

LUCIANA: El 28 de agosto sale «Entre Dientes», en este caso, la consigna es que la historia transcurra cerca de algún sitio húmedo (el río, por ejemplo). Como la consigna es abierta, los cuentos escritos son muy distintos entre sí pero con algunas cuestiones temáticas que quizá nos representen como generación. Me llamó la atención, al leer los textos, que muchos tienen una gran carga sexual o erótica que se relaciona con la violencia y eso no fue premeditado. Creo que el mejor exponente de esta yuxtaposición de sexo y violencia es Matías Bragagnolo, uno de los autores que escribió un relato para este segundo tomo y que publicó una novela que, para mí, es una joya: «Petite mort». Hacía rato que leer una novela no se convertía en una experiencia tan extrema y el cuento que parece en «Entre dientes» sigue esa línea también.

 

MalaSangre
MalaSangre

RUBÉN: Me gusta esta pregunta porque apunta a un tema del que quería hablar. La idea original fue de Narciso, y constaba de usar la frase del título (MalaSangre). Como no especificaba de qué manera, hacía una apuesta a la subjetividad de cada autor. También es una demostración de personalidad. Sin hacer mucho hincapié en algún caso en particular, la utilización de la frase nos dio a todos la posibilidad de mostrar un poco quiénes somos. Es decir, lejos de dar una respuesta totalitaria, abro el espacio a esta pregunta: ¿Por qué usó Fulanito la frase de tal o cual manera? ¿Por qué no la usó de tal o cual otra? Ahí radica lo artístico en su punto más vistoso, el subjetivo.

Para EntreDientes nos volvimos más osados. Creo que puedo adelantar que la consigna es: Armar un relato de terror que ocurra —al menos en alguna de sus escenas— en un lugar húmedo. Una vez más, dejamos a la interpretación del autor esta consigna, asimismo el porqué de la humedad. A partir del título, la tapa y la consigna, el lector y el autor pueden encontrar estos nexos simbólicos por sí mismo. Eso es lo que anda faltando en la literatura hoy en día, ¡hacer trabajar a las neuronas! :)

 

 

AXXÓN: ¿Qué les promete «PelosDePunta» a sus futuros lectores?

 

NARCISO: Muchas sorpresas. Para esta navidad tenemos una antología que creemos va a gustar mucho y va a cambiar el modo de concebir la literatura. Prometemos miedo y una experiencia única. PelosDePunta arrancó muy arriba y aunque al principio nos asustó, terminamos por acostumbrarnos. Hay literatura de calidad, cuidada, y detrás de cada relato hay un proceso en el que participan varias cabezas.

 

LUCIANA: Miedo y talento. La nueva generación escribe en PelosDePunta.

 

RUBÉN: En lo referente a contenidos, no podemos prometer nada, y eso es algo bueno, porque a veces hasta nosotros nos sorprendemos para bien. Lo que buscamos es calidad, y a veces la búsqueda de calidad no implica aceptar o no aceptar trabajos, es también hacer un comentario imparcial (¿se acuerdan del crítico buena onda?) sobre el material que recibimos, y apostar a que el autor pueda dar los toques finales a su trabajo, que pueda ver más allá de la obra y de paso aprender algo. Como no somos nóbeles de literatura, nosotros también aprendemos, de paso cañazo :).

¿Por qué digo esto? Porque si hay algo que puedo, personalmente, prometerle al lector, es el compromiso con la colección y el trabajo a realizar para dar a luz un producto de calidad y asequible de convertirse en memorable. PelosDePunta no agota su conformación en nosotros tres, PelosDePunta también está formado por todos los que, de alguna manera u otra, ponen su granito de arena para impulsar al proyecto. Los autores en especial. Hoy en día, cuando nadie confía en nadie, resultó ser una sorpresa grata el ver que los autores no escatiman su producción y ponen su confianza en nosotros (autores también) para confeccionar algo lindo y de lo que podemos estar todos orgullosos. Creo que hacen falta más proyectos de esta índole, en los que la meta está puesta en alcanzar un producto final que hable por sí mismo, y no en ganancias monetarias o cualquier otra nimiedad semejante. Participar en PelosDePunta es decir: «Lo hago porque me gusta y porque me apasiona, y voy a demostrarle eso a la gente».

 

 

AXXÓN: Lamentablemente llegamos al final de esta entrevista. La redacción de la revista (y yo en particular) les damos las gracias por brindarse y por sus buenas ondas. Son suyas las últimas palabras.

 

NARCISO: Gracias, decimos nosotros. A vos, a la revista, a los escritores y a los lectores. Esa persona que se interesa por nuestro trabajo y decide comprar uno de los libros a nosotros nos llena de orgullo.

 

LUCIANA: Parafraseando a Alejandro Urdapilleta (actor excelente y un escritor muy bueno pero tapado como es el caso de Juan Filloy) «apaguen los televisores y lean».

 

RUBÉN: Las gracias son para vos, Ricardo, por darnos un espacio y por honrarnos con tu presencia :). Creo que por mi parte dije todo lo que podía y quería decir, tampoco quiero armar un choclazo y ponerme repetitivo. Lo que sí puedo reiterar es el orgullo de formar parte de una iniciativa así, y de agradecerle a mis compañeros por hacer de esto un laburo memorable. Muchas veces nos encontramos haciendo de todo, este tipo de cosas llevan mucho tiempo. Pero ahí están los compañeros (Narciso y Luciana) para ayudar y hacerte sentir acompañado. Después están los autores, que siempre se acercan con buena onda y ganas de involucrarse y dejar lo mejor de ellos mismos para realizar un trabajo impecable. Es raro ver a alguno que no quiera aportar de sí o participar de alguna manera para fortalecer al proyecto.

Por último, los lectores que nos devuelven lo mejor (y que también a veces nos señalan dónde es que deberíamos trabajar un poco más) y nos ayudan a crecer. Las últimas palabras no pueden ser menos que eso, un gracias enorme para todos ustedes.

 

 


 

NOTAS

 

NOTA 1: Traducciones desde otros idiomas al español de España.[Nota del editor] [VOLVER]

 


Narciso Rossi (San Pedro, Bs. As., 1985). Profesor en Lengua y Literatura, es docente, fotógrafo y escritor. Sus cuentos se encuentran en varias antologías. Su primera novela publicada, La caída de Las Lechiguanas (Thelema, 2015) lo convenció de su rol en la literatura: el terror. Su segunda novela, Con los ojos bien abiertos (Perro Gris, 2015) lo ubica entre los escritores nacientes de la literatura fantástica. Sus referentes de la literatura en español son Patricio Sturlece, Federico Axat y Samanta Schweblin; y en inglés, Stephen King, David Mitchell, Ira Levin y H. P. Lovecraft, entre otros.

Actualmente forma parte del equipo Perro Gris en la ciudad de San Pedro y también dirige la colección de antologías PelosDePunta, destinada a la difusión de escritores argentinos mediante relatos de terror. Se encarga de hacer la búsqueda de escritores, leerlos, hacer una selección y convocarlos. Es también quien maqueta el interior de los libros y el diseño final.

 

Luciana Baca (San Pedro, Bs. As., 1985) es Licenciada en Gestión Educativa (UNTREF) y Licenciada en Lengua y Comunicación (CAECE), profesora, estudiante apasionada de francés y, en los ratos libres, escritora. Ha corregido varios textos literarios (entre ellos, la novela La caída de Las Lechiguanas, de Narciso Rossi).

En su ciudad natal es presidenta del proyecto Perro Gris, destinado a la edición, publicación y encuadernación artesanal de obras literarias de escritores sampedrinos.

En PelosDePunta se encarga de la lectura de los relatos, correcciones y sugerencias a los escritores. Una vez que los escritos llegan, los lee y relee buscando errores de sintaxis o estilo. Es quien más contacto tiene con los escritores.

 

Rubén Risso (Pergamino, Bs. As., 1990) es Licenciado en Psicología (UBA), músico, escritor, amateur del diseño gráfico. Su primera novela, El jardín de los lobos (Autores de Argentina, 2015) es el producto de cuatro años de trabajo dedicados a la creación de una narrativa surrealista que compele al lector a tomar un posicionamiento activo frente al relato, inundando los puntos oscuros con su propia subjetividad e imaginación. Actualmente se encuentra trabajando en otras dos novelas, cada una erigida en un estilo particular. Su inspiración se encuentra en la música conceptual y en las historias que trascienden la barrera de la realidad, haciéndonos dudar de ella. Cree que escribir fantasía, realismo mágico o terror no es cuestión de aprendizaje, sino de osadía y de la voluntad por reconstruir el género en cada obra.

En PelosDePunta se encarga del diseño de tapa y organiza la correlatividad de los tomos (busca y compra las imágenes, presenta los modelos, y maneja el área de imprenta de los libros).


Axxón 266