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¡ME GUSTA
AXXÓN!
  
 

Continuamos presentando los cuentos que resultaron elegidos como finalistas de la Convocatoria Axxón – Ficciones Breves 2009, a los que hemos seleccionado por su calidad entre más de 500 trabajos recibidos.
Los ganadores del concurso, primero y segundo lugar de cada categoría, los publicaremos en el número 200 (septiembre de 2009), en coincidencia con el vigésimo cumpleaños de la revista.
Reiteramos nuestro agradecimiento a todos los autores que participaron en esta Convocatoria.

UN JUICIO COTIDIANO – Martín Juncrill
ARGENTINA

Despertó recordando aquella frase que formaba parte del guión de una antigua película de ciencia ficción: «…el fin del mundo es una mujer que despierta.»

Aterrado, después de comprobar su soledad en el inmenso lecho, se decidió a enfrentar el juicio.

Martín Juncrill es escritor y abogado. Nació en el año 1976, en la Ciudad de Buenos Aires. Dirigió el Folletín Literario «Desmalezando el Sendero» entre los años 2003 y 2004 y publicó los libros de cuentos «La Agonía del Orden Perverso» en 2006 (escrito en colaboración con el Poeta Adrián Cinalli), y «La Encrucijada de Max Brod», este año.

LLUVIA DE OTOÑO – José Ignacio Becerril Polo
ESPAÑA

Le va a encantar el ramo. Es precioso. Rosas rojas. Una docena, como siempre. Y eso que en estas fechas las floristerías están volcadas a hacer ramos para cementerios. Vaya una casualidad que nuestro aniversario coincida con Todos los Santos. A veces me siento culpable por sentirme tan feliz justo cuando tanta gente se pone triste recordando a los seres queridos que se han ido. Pero no puedo evitarlo. La quiero. Me siento el hombre más afortunado del mundo por haberla encontrado, y sólo quiero decírselo una vez y otra. Parece mentira que hayan pasado ya cinco años. Cuando la miro, no puedo evitar sonreír como la primera vez, cuando la pillé haciéndole carantoñas a aquel niño pequeño. Se puso colorada como un tomate al darse cuenta de que la estaba observando a escondidas mientras imitaba la expresión de un mono. Ahora, cuando me lo hace a mí, río como si fuera aquel chiquillo. Y es que la felicidad es tan contagiosa.

Quiero que todo esté perfecto. La mesa, la casa. He preparado sus platos favoritos. La música suave, un poco de incienso para que el ambiente sea acogedor. Subiré la temperatura un par de grados. Hace un tiempo de locos fuera. Voy a ponerme el vestido rojo que me regaló en mi cumpleaños. Tengo que estar muy guapa para él. Tengo que conseguir que se enamore de mí otra vez esta noche. Ese es mi secreto. Mi arma secreta. Sé que si cada año, el día en que nos conocimos, logro conquistarle de nuevo, lo tendré siempre a mi lado. Hoy debe descansar, olvidarse de todo, relajarse. Durante las próximas horas sólo existiremos él y yo. Y nuestro amor. Como cada año. Como siempre. Mientras logre que hoy recuerde que me quiere, nunca lo perderé.

Que frío hace, estoy deseando llegar. Vaya tiempecito. Hacía años que no veía llover así. Apenas se distingue la carretera. No me gusta nada conducir en estas condiciones. Apenas se ve agua y luces. Encima la gente que no se da cuenta de la imprudencia que es correr con este temporal. Parece como si tuvieran otra vida de repuesto en la cartera. Y no la hay. Por eso es tan importante conservarla. La vida es maravillosa como para perderla por una tontería. Vaya, que escalofrío me ha entrado. No debo pensar cosas tan tristes, y menos esta noche, que soy el hombre más afortunado del mundo. Caramba, no me saco el estremecimiento de encima. ‘Una docena de brujas bailando sobre mi tumba’. Así llama ella a estos momentos en que una congoja se te mete en el alma sin motivo alguno. Aunque también sabe como quitármelos de encima enseguida. Basta con ponerme su carita de mono. Incluso ahora, solo en el coche, no puedo evitar sonreír al pensar en ella. Cómo la quie… ¡Pero a dónde demonios va ese imbécil!… ¡Oh, Dios mío!….

Tengo que preparar el jarrón con agua para el ramo. Nunca se olvida. Imagino que eso es compartir la vida. Conocerse, intuirse. Adivinar lo que el otro está pensando sólo con mirarse. Sentirse segura sabiendo que nunca te fallará, que nunca te abandonará. Me lo prometió hace mucho tiempo. Lo juró sobre mi corazón, que era para él lo más sagrado. ‘Siempre te cuidaré, siempre’. Y siempre lo ha cumplido. Siempre ha estado a mi lado, incluso en los momentos más duros. Cuando después del accidente perdí a nuestro bebé, y caí en un pozo del que no conseguía salir. Fue él quien me sacó, quien me recordó que siempre hay motivos para la esperanza, que la vida es algo demasiado precioso para desperdiciarla. Por eso necesito tanto oír su voz y que me haga el amor apasionadamente. Por eso hoy todo tiene que ser perfecto para él.

¿Dónde estoy? Ah, ya recuerdo. Iba conduciendo, y aquel camión se me echó encima. Me debe haber sacado de la carretera y he debido caer del puente al lago. Por suerte he conseguido llegar a la orilla antes de perder el conocimiento. ¿Qué hora es? Debe ser muy tarde, todo está muy oscuro. Gracias a Dios ya estaba llegando a casa. Allí podré secarme y descansar. Cuando se lo cuente no se lo va a creer. Vaya una noche movidita. Y encima hoy que ella me quería contar algo. Me encanta cuando se pone misteriosa. Mira, he conseguido rescatar el ramo. Al menos todo no se ha perdido. Mañana ya nos preocuparemos del coche y de todo lo demás. Seguro que nos reímos al recordarlo. Pero esta noche es nuestra. Suya y mía. El amor no admite esperas.

Oigo la puerta abrirse. Vuelve a cumplir su promesa. Aunque sólo sea por una noche. Nuestra noche. Desde hace ya más de veinte años.

Ignacio Becerril Polo vive en Madrid, (España). Escritor aficionado muy aficionado a escribir, lleva varios años publicando cuentos e historias en diversas páginas de Internet con mayor o menor fortuna.

Como buen hobby dedica al mismo más tiempo del que debería, y como resultado de su primer año se ha regalado un recopilatorio de relatos titulado «Un año de palabras», que a juicio de los elegidos lectores tiene tantos aciertos como ausencias de tildes.

Desde entonces se ha dedicado a participar con mayor o menor fortuna en el mayor número de certámenes, antologías y publicaciones que ha podido, ganando algunos, quedando finalista en otros y siendo ignorado en los más. Conserva sin embargo la ilusión, y, en la actualidad, sigue siendo feliz escribiendo.

AVE – Ricardo Acevedo Esplugas
CUBA

Todo comenzó antes de ti…
(Anónimo)

—Estoy a nueve parsecs de ti, puedo sentir tu aliento.

Ave, Ave, Ave.

Luego de billones de años, estamos juntos otra vez, como al principio.

Recuerdo (esa era mi función) lo molesta que te pusiste cuando fui elegido Explorador.

—¿Tenías que ser tú? —dijiste.

Mientras, yo te hablaba de…. «privilegios», de «la comunicación con otras civilizaciones», del «conocimiento»… y era nuestra última noche. Porque al otro día (EL DÍA DE LA PARTIDA), cuando todos celebraban, mi mente superaba la velocidad de la luz en el interior de una semiesfera indestructible. «La memoria de los Dioses», en todo mi ser bulle la sabiduría de un universo que desapareció hace ya mucho tiempo. Mas yo existo en cualquier dimensión y la duda me es ajena. Aún así el Cosmos no responde al grito, ecos tatuados de pirámides, monolitos, rostros herméticos, párrafos de un mismo pasado por los que no corre ni una gota de vida. Es así que ubico tu canto (que existió siempre), y me dejo conducir.

Ave, Ave, Ave.

Entro en la atmósfera, la fricción quema la celda protectora. ¡LIBRE!

Y estoy junto al árbol. Ahora debo ser cuidadoso, camuflaje perfecto, el más atractivo de sus frutos. Ella aparece por el camino, leo claramente sus pensamientos:

«…. mas del árbol de la Ciencia del Bien y del Mal no comerás; porque el día que de él comieras, ciertamente morirás».

Repito su nombre, y este devuelve su reflejo.

Ave, Ave, Ave.

Eva, Eva, Eva.

La última clave ha sido conjurada y sus dientes clavan mis carnes en placentero dolor.

Ricardo Acevedo E. (Ciudad de la Habana-Cuba 1969). Graduado en Construcción Naval y Civil, realizó estudios de periodismo, marketing y publicidad y ejerció de profesor en construcción civil en el Palacio de Pioneros Ernesto Che Guevara de La Habana. Actualmente reside en España. Su trayectoria literaria incluye haber formado parte de los siguientes talleres literarios: Oscar Hurtado, Negro Hueco, Taller literario Leonor Pérez Cabrera y Espiral. Ha sido miembro del Grupo de Creación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Obras suyas han aparecido en las antologías: Secretos del Futuro (Editorial Sed de Belleza-Cuba, 2006), Crónicas del mañana, 50 años de cuentos cubanos de Ciencia Ficción (Editorial Revolución- Cuba, 2009). Ha obtenido diferentes premios de poesía y cuento, entre los que destaca el segundo premio de la Revista Juventud Técnica de Cuba del año 2006, con el cuento In corpore Sano, primer premio de poesía Casa Canaria de La Habana; Premio especial Dinosaurio de microcuento 2006, y finalista del Dinosaurio de microcuento 2008. Actualmente es director (junto a Carmen Rosa Signes) de la Revista Digital miNatura, que acaba de lanzar el VII Certamen Internacional de microcuento Fantástico miNatura, publicación ésta que promueve las microficciones del género fantástico desde el año 1999; y que también promociona otro certamen de poesía fantástica que este año realizó su primera edición. Web relacionadas: Revista Digital miNatura, Blog miNatura-Soterrania

LOS DETECTIVES DEL QUE SOÑÓ AL OTRO, AL MISMO – Guido Corradi
ESPAÑA

Soy un tipo solitario. Descreo de cualquier valor que pueda ser anunciado en una valla publicitaria, la amistad quizá es la única motivación que me une a mis congéneres, es un gran tesoro y lo guardo con celo. Me enorgullezco de tener un único amigo, a decir verdad, compañeros, es muchísimo más que un amigo, es lo que se dice un auténtico hermano, con quien me sentí acompañado en el poder absoluto de la juventud y la belleza, en aquellas maravillosas tardes de júbilo y alegría, en mañanas de clases aguantando codo con codo el tedio agotador de la sapiencia idiota, o en las horas bajas de noches oscuras de chupitos de ron, siempre locos detrás de las interminables piernas de alguna chica preciosa.

Sin embargo, siempre sentí que fuimos siameses separados al nacer por alguna extraña fuerza del destino que no tiene control alguno. Siempre me sentí un extraño, un lector ansioso, un raro dentro de los raros lectores que callan en bibliotecas y comentan sus egos frente a un fogón. Yo siempre sentí en mí<10> la nobleza de la rata que destapa la verdad de un mundo de escombros y podredumbre que sigue brillando resplandeciente ante los ojos ciegos de los demás, los durmientes infectados de empatía por su propia carroña. Mientras que Jan, mi hermano-amigo, era uno de estos infectados, un algodoncito blanco mojado de estrellita de glamour. Veréis, en su vida se perdía en las fiestas, en el lujo y los excesos de la más cruel chabacanería, no se dieron en él, para su desgracia, las circunstancias que me hundieron en la verdad de este mundo. Siempre fuera del horror, de la miseria, y quizá fue mi culpa no lograr despertar sus ojos… Sí: el dolor es la auténtica aproximación a la verdad.

#### se perdía en fiestas que yo vi desde el rincón, leyendo una copia barata de Rimbaud, ante el hartazgo de tanto champán francés del malo y traje de gala con corbata de seda. Derroche en farras hasta el amanecer mientras yo contaba las últimas moneditas para entrar en el garito de moda.

Sí. Hermanos, hermanos, divididos en la cuna por la poco sutil espada del oro y la biblioteca. División, angustia que llegará a su fin al acabar este manuscrito. Porque desde aquí, desde la realidad reprimida y replegada de este escrito que, como pieza de Arte provoca una pequeña grieta en el rostro mugriento de la realidad, provocaré tu ruptura, acabaré con esta pequeña injusticia, tan solo con la muerte finaliza la enfermedad cuando el paciente es irrecuperable y en su esencia es ya un difunto.]

A la salida del cine, en lo que para él es como cualquier otro gran estreno. No logra, le es imposible ver, que entre la muchedumbre el loco avanza, #### saluda al actor invitado, la estrella lo mira, el loco mira a la estrella, #### al loco, el loco queda por un momento paralizado, se cruzan las miradas.

#### cae al suelo, el clavel blanco en el ojal queda teñido y la mancha de sangre se mezcla con el rojo de la alfombra. Se lleva la mano al pecho y sus ojos se vacían ante el arañazo de la última contemplación del neón estridente del teatro.

El Colt marcó la sentencia. El loco, quedó quieto entre la multitud que gritaba la sinfonía de la muerte, rió turbado por la confusión de su crimen fallido, su error, su confusión al errar cegado por un instante de luz.

Los guardaespaldas hacen desaparecer al actor que por un momento piensa en la fugacidad de la vida.

Las últimas rebabas de celuloide arden al contacto de la colilla que apaga con el zapato.

—¿Qué hay? —dice el primero, mientras se ajusta el cuello de la gabardina.

—Otra vez lo de siempre, otro adolescente muerto sobre una libreta mientras escribía alguna mierda de cuento.

Telón

Guido Corradi, nacido el 19 de Diciembre de 1988, reside en Palma de Mallorca (España). Se dedica a la literatura porque es la única patria que le queda y con la cual no se ha enemistado. Estudia psicología en el mismo lugar en donde reside. Le gusta la realidad y la irrealidad.

BUENA CONDUCTA – Adrián Ramos
ESPAÑA

El hombre buscó un claro entre la maleza, cogió la pala y cavó durante toda la noche. Mucho tiempo hubo de pasar hasta que el subterráneo estuvo terminado. Se adentró en el túnel y lo recorrió hasta que se topó con un muro de ladrillos, el cual no tardó en derribar con la ayuda de un martillo, intentando no hacer ruido. Entró andando de puntillas, se sacudió el polvo y se dejó caer sobre el camastro. Al fin estaba en la celda con la que tanto había soñado.

Adrián Ramos Alba es español. Finalista del concurso internacional de microficción «Garzón Céspedes» 2007 con el relato «La inspiración». Finalista del IV certamen de relato corto de la revista Almiar 2007 con el relato «Títulos de crédito». Finalista del concurso de microrrelatos de Literatura Comprimida 2007 con el relato «El último de la clase», publicado por el Servicio de Juventud de la Comarca de la Sidra. Guionista y director del cortometraje «Duelistas», galardonado con el tercer premio en el festival internacional de cortometrajes NyFilmfestival (Dinamarca). Guionista y director del cortometraje «Poca personalidad», nominado al gran premio del jurado en el concurso internacional de cortometrajes Notodofilmfest 2006.

EL CUENTO DEL HOMBRE TRISTE – Francisco Enríquez Muñoz
MÉXICO

Mi niña, ahora estoy muy triste; cuéntame el cuento del hombre triste, cuento que yo mismo escribí al día siguiente de una noche en que soñé que, estando triste, te decía: «Mi niña, cuéntame el cuento del hombre triste».

Nació en la caótica y sobrepoblada Ciudad de México la tarde del 19 de junio de 1975. Su vida fue trivialmente feliz durante su niñez, hasta que llegó a la adolescencia y terminó la preparatoria. Después de ser rechazado sin explicación alguna de la UNAM, de la carrera de Diseño Gráfico, con el fin de hacer algo más o menos interesante y no estar de ocioso dentro de su hogar, en 1994 decidió estudiar fotografía profesional en la escuela Hansel Adams. Desde 1995 hasta 1997 logró publicar alrededor de quince cuentos en la revista «Crónicas y Leyendas de la Ciudad de México». En 1998 cursó varios talleres de creación literaria en el Museo del Chopo y de culturas prehispánicas en el Museo Nacional de Antropología. A finales del mismo año, junto con varios amigos, hizo el fanzine «Monstruos, Duendes y Hechiceros». De 1999 a 2000, colaboró con textos y fotografías en la revista «Nostromo» y trabajó en el equipo de diseño de tal publicación. Luego de haber sido rebotada de varias editoriales, Arcángel lanza su primera novela, Los héroes ya no tienen lugar. En octubre de 2001, editorial Ananké publica su segunda novela, ¡Clang! A mediados del mismo mes, obtuvo una mención honorífica en el concurso de cuento «Póngale su gorro al chiquito», y en mayo de 2002 ganó el primer lugar del concurso «Ilustra el morbo» de la revista «Desnudarse». En mayo y agosto de 2004 publica dos cuentos en el suplemento cultural «Una Theta» del periódico «La Opinión Universitaria» de Puebla. En 2007, gana el primer lugar del «Primer Concurso Nacional de Cuento de Fantasía Oscura», convocado por el Departamento de Cultura de Puebla. De 2004 hasta la fecha ha colaborado con minificciones en la revista chilanga «Lenguaraz». Esta revista, gracias al trabajo «Del cine porno al cine snuff: la fusión de la sangre y el semen», le otorgó el segundo lugar del «Primer Concurso de Ensayo Lenguaraz». A finales de 2008 ganó el primer lugar de un concurso de minicuento erótico, convocado por los creadores de la película española «Diario de una ninfómana». Ah, y también ha publicado uno que otro cuento y uno que otro ensayo en el blog «Literatura Libre» (donde la literatura no es tan libre como parece, ya que ahí le censuraron un extraño texto, que curiosamente no se puede catalogar ni como cuento ni como ensayo, titulado Instrucciones para violar a una mujer) y en el blog «escritor.es» le publicaron Mamacita, un pornocuento. En «Fotocomunity», una página de Internet dedicada a la fotografía artística, hay varias imágenes suyas, creadas por él, donde muestra a algunas lindas mujeres (ex novias, primas y amigas suyas) como Dios las trajo al mundo, o sea, en pelotas.

LA VENTANA INDISCRETA – Óscar Sipán
ESPAÑA

Me rompí la pierna y tuve que permanecer varias semanas enclaustrado en mi apartamento. Para superar el tedio, decidí espiar a los vecinos a través de mi cámara. Estaba a punto de desvelar un misterio en la casa de enfrente, cuando llamaron a la puerta: era el cartero con la denuncia por plagio de los herederos de Hitchcock.

Galardonado en numerosos certámenes literarios, entre los que destacan el Concurso «Minificción en el margen 2009», que organiza la Universidad de Salamanca, el VIII Certamen Literario Alfonso Martínez-Mena 2008, de Alhama de Murcia, el XXXV Premio Ciudad de Villajoyosa 2007, IX Premio de Libro Ilustrado para Adultos 2006, que convoca la Diputación de Badajoz, el Premio «Don Alonso Quijano» 2006, Málaga, el XXXIII Premio Nacional José Calderón Escalada 2005, de Reinosa, Cantabria, el XVI Premio Nacional de la Asociación de la Prensa de Ávila 2005, el XLI Premio Internacional de Cuentos de Lena, Asturias, 2004, el Premio Dulce Chacón 2004, Cuenca, el Premio Letras Jóvenes 2003 y 2004, de Valladolid, el Premio Paradores de Turismo de España 2003, el Premio Odaluna de Novela 1998 de Albacete o el XVII Premio Isabel de Portugal 2002.

Autor de los libros Rompiendo corazones con los dientes (Premio de Narrativa Odaluna 1998, Edisena), Pólvora Mojada (XVII Premio de Narrativa Santa Isabel de Aragón, Reina de Portugal 2003, Diputación de Zaragoza), Leyendario. Monstruos de agua (2004, March Editor), Escupir sobre París (2005, March Editor), Tornaviajes (2006, Tropo Editores), Guía de hoteles inventados (IX Premio de Libro Ilustrado 2007, Diputación de Badajoz) y Leyendario. Criaturas de agua (Libro mejor editado en Aragón 2007, Tropo Editores).

A DIOS POR FERMAT – Daniel Frini
ARGENTINA

He descubierto una demostración realmente admirable de la existencia de Dios. Pero un microcuento de menos de cuarenta palabras es demasiado estrecho para contenerla.

Berrotarán (Córdoba, Argentina), 1963. Ingeniero, redactor y columnista en revistas humorísticas del interior del país. En 2000 publicó el libro «Poemas de Adriana». Ha colaborado en los blogs «Antología Literaria», «Químicamente Impuro», «Ráfagas, Parpadeos», «Breves no tan Breves», «La Alegre cocina de Peloncha», «Cuentos y más», «Educared-TamTam», «La Oveja Negra», el sitio «Axxón» y los fanzines «Terrorzine» (Sâo Paulo, Brasil) y miNatura (La Habana, Cuba).

UN DEDO EN MI AGUA – Iván Sicardi
ARGENTINA

Fue un instante, un momento en que una vereda hizo que nuestros destinos se cruzaran, tus anteojos negros disimulaban la orientación de tu mirada pero sé que me viste, lo sé y yo, con un leve temblor en las piernas, apenas te miré, mi parálisis fue intensa.

En segundos pasó por mi memoria toda nuestra historia, momentos apretados como cuando dormimos y el tiempo se tuerce, se hace arbitrario, se distorsiona, en un minuto en nuestros sueños puede transcurrir media vida hasta que un sonido nos despierta y juramos haber estado allí.

¿Estaba dormido? Nuestras manos se rozaron pero tu cabeza no bajó a mirar qué había causado tal contacto. No hubo ninguna señal, sólo el seco sonido de tus duros zapatos, tic, tac y cada tic, tac era un estallido en mi cabeza, me estaba desarmando de pena, me iba haciendo más chiquito, más miserable, me iba convirtiendo en un insignificante charco. Cuando llegué a la entrada del edificio sólo alcancé a oír la voz del portero diciendo:

—La gente ya no sabe educación, mean o tiran agua en cualquier parte.

El portero del edificio lindante asintió y comentó:

—Es raro —al tiempo que mojaba un dedo en mi agua—, esto es… —y oliendo dijo —¡Esto es agua de mar! ¡Agua salada!

Iván Sicardi vive en la ciudad de Buenos Aires (Capital Federal de Argentina). Segundo premio del concurso de Comics Skorpio. Novela publicada: Invisibles. «La hermandad».

CONFESIONES – José Ángel Muriel González
ESPAÑA

—Y él te quiere, claro.

—Imagino que sí.

—¿No te lo ha dicho?

—Aún no.

Los pequeños ojos negros del viejo osito de peluche brillaron de satisfacción. Pero intentó ser discreto delante de la nueva adquisición del niño de la casa. Tal vez, aun después de tanto tiempo, seguía siendo su juguete favorito. O eso quería pensar y deseaba con toda su alma.

José Ángel Muriel González nació en Sevilla, España, el 4 de junio de 1972. Es licenciado en Matemáticas por la Universidad de Sevilla y actualmente ejerce como Gerente de Proyecto en una importante empresa de consultoría informática. Siempre sintió interés por los libros y creció leyendo los clásicos. Mientras tanto, su otra afición era el dibujo; dedicaba horas a confeccionar historietas, dando rienda suelta a la imaginación. Algo más tarde, reemplazó los pinceles por la pluma y comenzó a escribir todo tipo de relatos. Durante los estudios universitarios, se enfrascó en algunos proyectos más serios y participó en varios concursos de cuentos, obteniendo algunos premios.

Al incorporarme al mundo laboral, dentro del sector informático, las circunstancias lo apartaron un tiempo del escritorio, que recuperó recientemente, hace unos años, para publicar su primera novela, Ladrones de Atlántida. Desde entonces ha visto ampliada su participación en eventos del mundo literario y sigue trabajando en varios proyectos que presenta a concurso y envía a editoriales. Ladrones de Atlántida fue publicada de nuevo en 2007 por Editorial C&M en una edición revisada y ampliada.

Su última obra es El talismán cósmico, novela infantil-juvenil publicada por Editorial Hidra dentro de la colección Tú decides la aventura.

PUDO SER – Claudio Guillermo del Castillo Pérez
CUBA

La máquina del tiempo estaba lista. Eusebio accionó el conmutador. Nada ocurrió. Tres veces pulsó el botón rojo y un fusible se volatilizó. Mascullando apretó una tuerca. Algo traqueó y mi cuento de ciencia ficción se acabó de joder.

Nací el 13 de septiembre de 1976 en la ciudad de Santa Clara, Villa Clara, Cuba. Soy ingeniero en Telecomunicaciones y Electrónica, graduado en la Universidad Central de Las Villas. Trabajo en el aeropuerto internacional «Abel Santamaría» como Técnico en Servicios de Radionavegación y Comunicaciones Aeronáuticas. Antecedentes como escritor: Obras de teatro: Año Nuevo, Guayabas verdes, Perronejos. Cuentos: Séptimo Sentido, Error de Juicio, El Mago, Pudo Ser, Convicción, Alien, Mundo mp3, La Era del PPM, Mínima Epopeya, entre otros.

LOS NUEVOS DESCUBRIMIENTOS PERDIDOS: LOS HOLOGRAMAS – Magnus Dagon
ESPAÑA

A mediados del siglo XXI Kenji Kato, un físico teórico especializado en reflexión y refracción de ondas, ideó un aparato que formaba un campo esférico capaz de modificar el espectro visible. El primer prototipo, que no quiso enseñar a nadie para poder preparar sin presiones uno más potente, tenía un rango aproximado de dos metros. Con una dedicación sin igual, Kato manipuló las ondas y las alteró sobre el campo, como un pintor hace con un lienzo o un escultor con un bloque de granito, para crear nuevas imágenes sobre ellas. La colocó sobre una ventana, de modo que cada vez que llovía en su ciudad natal, cosa muy frecuente, desde allí se veía un brillante y luminoso atardecer. Kato observó, sin embargo, que la alteración ondulatoria permanecía incluso después de retirar el aparato, con lo que trató de llevar a su casa la menor cantidad de visitas posibles.

Por un infortunio del destino, uno de sus vecinos, que era yakuza, fue testigo del milagro al bajar a pedirle una patata (para usarla de improvisado silenciador), y lo notificó a sus jefes, quienes requirieron la presencia del científico. Coaccionado, reveló a los más altos mandos la naturaleza de su capacidad para crear ilusiones. Los yakuza planearon volver a sus tiempos de gloria y aterrorizar al mundo con una demostración de poder inexistente. Ordenaron al desdichado Kato que construyera un holograma tan grande que desde afuera pareciera que toda la ciudad había sido víctima de una horrenda explosión nuclear, más potente que cualquier bomba de hidrógeno conocida, y, para que los habitantes de la ciudad no trataran de salir de ella, se creó un segundo holograma dentro del primero, que les haría creer que estaban rodeados por las ruinas de una guerra mundial radiactiva. El miedo de los compatriotas de Kato a los desastres nucleares fue suficiente para que nadie, en efecto, tratara de escapar de la ciudad, mientras que la ONU, asustada, permanecía alerta.

Pero ocurrió que, en lo que los yakuza preparaban sus exigencias para notificarlas fuera del campo holográfico, donde sí se podían efectuar transmisiones, Kato, en un arranque de nobleza recuperada, saboteó su propio instrumento para así eliminar a los jefes de la organización criminal, aun a costa de su propia vida. De ese modo no hubo nadie en todo el mundo, ni dentro ni fuera de la ciudad, que supiera que lo que tenían delante de ellos era sólo un holograma. Al igual que había pasado con el prototipo, la imagen ficticia permaneció después de destruida la fuente y duró varios miles de años. En la ciudad, creyéndose los únicos supervivientes de la raza humana, prosperaron y se desarrollaron al margen del resto de la especie, y para cuando las barreras inexistentes se desvanecieron, dos culturas tan distintas que cada una parecía alienígena a los ojos de la otra volvieron a unirse de nuevo. Atribuyeron el desvanecimiento de la radiación a causas naturales y de ese modo la tecnología holográfica se perdió para siempre en el olvido.

Matemático nacido en Madrid en 1981. Ganador del premio UPC en 2006 y del IX Certamen de Narrativa Corta Villa de Torrecampo en 2009. Ha publicado relatos en Alfa Eridiani, Artifex, Axolotl, Bem Online, Bewildering Stories, Miasma, Necronomicón, Nuevomundo, Tau Zero y Ubikverso, entre otras publicaciones. Es miembro de la asociación Nocte de escritores de terror y autor de la sección de ensayo «Guía del Autoescritor Galáctico» en NGC 3660. Tiene pendiente de publicación un libro con la editorial Equipo Sirius y otro con Grupo Ajec.

LA HECHICERA Y EL GUERRERO – Néstor Darío Figueiras
ARGENTINA

El guerrero busca refugio en una cabaña de madera cuya puerta está desvencijada: los goznes apenas la sostienen. El fuego de la refriega ha devorado parte del techo y un rayo de sol se cuela por el agujero. La luz le muestra un suelo de tierra apisonada que está cubierto por numerosas bacinicas de cerámica. Se arrodilla frente a ellas y el olor fétido lo golpea: están llenas de la sangre azulina de los agfolls, los niños-ángeles de Pürnami, la ciudad de los dioses.

Ésta es la casa de la hechicera, se dice, y empuña su espada.

Pero no hay nadie en la casilla maltrecha. Se acomoda en un rincón y se dispone a esperar. Entonces oye un aleteo estruendoso y su mano vuelve a cerrarse sobre la empuñadura de oro. Divisa la cabeza de una enorme harpía que se asoma por el boquete del techo. El ave lo descubre y emite un graznido que le hiela la sangre. Con el pico y las garras agranda el hueco y se desliza dentro de la cabaña.

¡La hechicera!

La rapaz se yergue majestuosa, tan alta como un hombre, y comienza a lanzar feroces picotazos en dirección a su cabeza. Él logra esquivarlos y lanza una estocada que traspasa el pescuezo del ave. El chorro de sangre lo salpica y cae sobre las bacinicas, profanando su contenido. La harpía se desploma chillando entre espasmos que la transfiguran: la corona de plumas se torna una espesa cabellera, el poderoso pecho se convierte en un par de prominentes senos y surgen dos estilizados brazos de las anchas alas. Por último, las garras se vuelven muslos torneados. Ahora un torrente carmesí mana de la garganta de la mujer que yace sobre un espeso charco de sangre de agfoll.

Sin perder tiempo, él se lanza sobre ella y le abre las piernas. La penetra con brusquedad y empuja impetuosamente. Pero los estertores burbujeantes cesan antes de que eyacule. De todos modos, sigue embistiéndola hasta vaciarse. Luego se levanta y mira en derredor. Se lamenta porque no sólo no obtuvo los poderes de la hechicera, sino que también malogró la venerable sangre de los agfolls.

El cuerpo de la hechicera se contrae hasta transformarse en un bollo sanguinolento. La próxima vez deberá poseerla antes de ultimarla, doblegándola cuando todavía es una harpía. Pero le cuesta creer que eso sea posible…

Entonces el contenido de la balldrive se agotó y la derruida cabaña se desvaneció. Cuando sus ojos se ajustaron al cambio, pudo contemplar el habitual desorden de su cuarto.

Se sentó sobre la cama y miró sus calzoncillos manchados. Sonrió. Se despegó los electrodos de la cabeza rapada. Luego desconectó los plugs y se pasó un algodón embebido en antisépticos y coagulantes sobre las incisiones que Juanca, el dueño de
La esquinita, le había hecho en la nuca con un bisturí láser. Se levantó con dificultad y se vistió. Sobre la mesa de luz, la plateada Emubox brillaba como un objeto de otro mundo, con las luces del módem titilando sin parar. Extrajo de ella una esfera del tamaño de una ciruela: la balldrive vacía, y la guardó en el bolsillo derecho de sus pantalones.

Miró el reloj despertador: las 22:42. ¡El episodio había durado más de cinco horas! Se encogió de hombros. Manoteó en un cajón de la mesa de luz y sacó una barra nutritiva, que engulló mientras bajaba las escaleras. Cruzó el living en cuatro zancadas, salió a la calle y corrió hasta llegar a La esquinita.

Entró al ciber y gritó:

—¡Juanca! ¡Juanca!

Entonces reparó en la chica que esperaba apoyada sobre el mostrador. Vestía unas calzas ajustadas y una corta campera de cuero. Salvo su tez, todo en ella era negro, desde los borceguíes hasta la melena, que, aunque frondosa, dejaba ver el cuero cabelludo en los puntos donde se fijaban los electrodos.

Lindo culo, pensó él, mirándola de soslayo, cuando un hombre que escondía su macilento rostro detrás de unos anteojos de sol e incontables piercings se acercó desde el fondo del local.

—Voy, voy, Iván. ¿Qué querés?

—Dale, Juanca. Ya sabés: llenala —y le tendió la balldrive.

—¿Con qué?

—Episodio tres de Götter

—¡Shhh! ¡Bajá la voz, boludo! El Götterdämmerung es un emugame prohibido. Si algún inspector encubierto nos escucha, cagamos. Van a descubrir todo: los episodios piratas, la red clandestina de jugadores… Todo, ¿me oíste? ¡Así que no me jodas y baja la voz!

—¡Está bien! Bajo la voz. Dale, Juanca. Poneme el episodio tres.

—¿La morada de la hechicera? ¿No lo llevaste ayer? Hmmm… A que no te la cogiste — le dijo el hombre, y los piercings le fruncieron el rostro en una mueca burlona.

—¡Me la cogí! Lo que pasa es que le ensarté la espada en la garganta y se murió antes que pudiera acabar, la muy puta.

—¡Qué tarado! Y seguro que dejaste que estropeara la sangre de los agfolls…

—¡Sí! Soy un pelotudo… Pero ahora la voy a hacer mierda.

—Oíme: ¿te estás limpiando las heridas después de sacarte los plugs? Mirá que si no…

—¡Sí, sí! Me las limpio. Dale. Llenámela.

Sólo entonces advirtió que la chica de negro lo estaba mirando de reojo.

Tal vez esta noche consiga otro tipo de diversión, se dijo, y ya se imaginaba retrepado sobre ese culo.

Juanca le dio la memoria a un asistente, quien a su vez le entregó otra balldrive. Entonces el dueño de La esquinita llamó a la chica:

—Iris. Tu episodio.

—¿Cuánto es, Juanca?

—Lo de siempre, muñeca —contestó, y una sonrisa le atornilló los anteojos a la cara.

Ella arrojó sobre el mostrador un arrugado billete y se guardó la memoria en la campera de cuero. Se plantó frente a Iván, y, con una voz que helaba la sangre, dijo:

—¿Iván, eh? Vamos a ver quién hace mierda a quién esta vez, imbécil. Esperame en la cabaña —y le clavó la reforzada punta de uno de sus borceguíes en la entrepierna.

Néstor Darío Figueiras nació en 1973 y es músico, aunque sueña con conectar el universo de la ciencia ficción con el de las melodías y sonidos, hasta el punto que ha afirmado que algunas de las creaciones del Hacedor de estrellas de Stapledon son universos musicales. Ya veremos qué razones lo asisten para afirmar tal cosa. Pero estamos seguros de sus progresos como narrador, prueba palpable de que el taller de Creación de Universos de Carletti y Alonso, al que Néstor asistió, era cosa seria.

Publicó en AXXÓN, NECRONOMICÓN, NGC 3660, NM, AURORA BITZINE, ALFA ERIDIANI, MINATURA, ÓPERA GALÁCTICA, SENSACIÓN!, en PRÉSENCES D’ESPRITS, etc… Ganó una mención en el certamen «Más Allá» edición 1991, por su cuento Organicasa, una mención en el Premio Andrómeda 2005, por su relato Reunión de consorcio, y una mención en el Certamen de Poesía Fantástica miNatura 2009, por su poema La sirena y los pájaros muertos.

Hemos publicado en Axxón: RUMORES (151), TRAICIÓN (163), FUGITIVO (168), ABUSO DE LOS FX EN EL CINE EXTRANJERO (180), HASTÍO (180), DREAMTHEATRE (185), REALITY (187), MISIÓN DIPLOMÁTICA (192)

NOME Y YO – Graciela Lorenzo Tillard
ARGENTINA

Se sentía solo y no lo sabía; era único en su especie.

Sus largos ratos de ocio se veían interrumpidos de vez en vez por una sensación de urgencia que le obligaba a llevarse objetos hacia dentro, o sacarlos fuera, sin mucho protocolo previo.

Podía desplazarse libremente de un lugar a otro y cuando un límite aparecía en su camino entonces sí que se divertía.

Disfrutaba presionándolo y deslizándose tangencialmente a todo lo largo o lo alto, hasta que eso no estaba más, y entonces se sentía lanzado a gran velocidad, perpendicularmente a la dirección que llevaba; se relajaba y sentía el aire frotar sus contornos; luego, un murmullo sordo entrecortado salía desde su propio centro y sentía placer.

Una vez se le ocurrió retroceder alguna distancia, y desde allí acelerar sin control en dirección al límite… y rebotar, y relajarse… y sentir placer. Pero no siempre volvía al mismo lugar de partida, entonces reanudaba su desplazamiento, a la búsqueda de algún otro.

No lo hacía frecuentemente porque una vez sintió en su centro un aviso de que estaba sufriendo algún daño y después tuvo temor. No le gustó, pero algunas veces lo olvidaba y empujaba todos los límites que hallaba.

En otras ocasiones el límite aparecía sin buscarlo. Eso le causaba enojo, se enardecía y se ponía a presionar en un solo lugar, hasta que sentía que, en correspondencia con su centro, el límite cedía con un gemido y un temblor. Si se quedaba quieto, el límite también se quedaba quieto; pero si continuaba sentía que el límite lanzaba rayos que hormigueaban su superficie, con rumores de vientos arenosos.

Había aprendido, por experiencias anteriores, que si continuaba empujando el límite desaparecía en medio de un sonido mayor y que si lo buscaba otra vez no lo encontraba. En cambio, si dejaba de presionar podía encontrarlo en otra oportunidad.

Ahora estaba aburrido. Deseaba encontrar algo diferente para variar la rutina y se movió sin orden, buscándolo. Entonces encontró uno. Y claro que no se parecía a nada que hubiese encontrado antes. Cuando apoyó su superficie contra él por primera vez sintió frío. Esperó hasta acostumbrarse a esa sensación; esperó que el límite no fuese un límite y se moviera; por primera vez se dio cuenta de que se sentía solo.

Con angustia presionó… y presionó. Le costó mucho esfuerzo lograr que el otro sintiera su empuje; al final lo consiguió. Esperó el sonido y no ocurrió; presionó más… y más… pero no sonó. Desconcertado puso toda su atención en este hecho nuevo; juntó fuerzas, empujó y el límite se movió más, pero no sonó. Creyó que los sentidos lo engañaban y los verificó, pero esto lo distrajo aflojando la presión. Así, de pronto, sintió que el límite lo empujaba, lanzándolo hacia atrás. Se relajó, y disfrutó del roce del aire, y supo que había inventado un juego para dos, y creyó que ya no estaba solo.

Entonces se puso a pensar en un nombre para él, y en otro para el otro…

Y lo llamó Nome, y a sí mismo Yo.

Graciela Lorenzo Tillard, nacida en Córdoba, Argentina, ha colaborado con fanzines tanto electrónicos como de papel, y en un par de antologías. Uno de sus relatos es La peste amarilla en la Buenos Aires, que apareció en MENHIR 2 (papel) y en ALFA ERIDIANI 4 (digital). Ha publicado prosa, crítica, infantil y poesía, además de traducciones. La lista detallada puede ser consultada en su página.

Hemos publicado en Axxón sus ficciones: ESPORA en co-autoría con Fabio Andrés Ferreras (140), LA RESIDENCIA (181), MATRYOSHKA, en co-autoría con Fabio Andrés Ferreras (188), CARTA A IVÁN (190)

Ha traducido para Axxón: CUANDO LOS ADMINISTRADORES DE SISTEMA GOBERNARON LA TIERRA, de Cory Doctorow (Canadá) (176), LLAMA DESNUDA, de Dimitris G. Vekios (Grecia) (177), GUANTES BLANCOS, de Guido Eekhaut (Bélgica) (177), PORTADORES, de Gene Stewart (Estados Unidos) (179), EL PODER SALVADOR, de Luke Jackson (Estados Unidos) (179), LA ANGUSTIA, Y NO BROMEO, DE DIOS, de Michael Bishop (Estados Unidos), con Claudia De Bella (182), LA CASA EN EL CONFÍN DE LA TIERRA (novela), de William Hope Hodgson (Inglaterra) (183), CRÍPTICO, de Jack McDevitt (Estados Unidos), con Claudia De Bella (183), LA MANO, de Guy de Maupassant (Francia) (184), BAILARINES, de William Meikle (Escocia) (184), EL SACRIFICIO, de Dimitris G. Vekios (Grecia) (184), PRESIÓN, de Jeff Carlson (Estados Unidos) (185), MÁS ALLÁ DEL RÍO NEGRO, de Robert Ervin Howard (Estados Unidos) (185), Sueños, de Milenko Zupanovic (Croacia) (186), MAGNETISMO, de Guy de Maupassant (Francia) (186), LA MADRE DE LOS MONSTRUOS, de Guy de Maupassant (Francia) (189), LA TAQUIPORTA, UNA DEMOSTRACIÓN MATEMÁTICA, de Edward Page Mitchell (Estados Unidos) (189), OBJETIVO PRINCIPAL, de Frank Roger (Bélgica) (191), DES-HUELGA, de Frank Roger (Bélgica) (193)

LA CARPETA – Mónica Forte
ARGENTINA

De la construcción de una casa Juan parece conocerlo todo… Te pone los caños, te arregla el techo, te hace la estructura de la escalera… Todo… Pero si tiene algo en lo que es prolijo mal, como dicen los chicos, es en poner las cerámicas. Derechitas, niveladas, con el pedacito de dibujo correspondiente en esos huecos malditos que te dan a elegir si liso, si no liso…

Esas virtudes me decidieron. Vamos a cambiar el piso del patio y lo vamos a bajar de nivel… sí… no quiero que el agua entre más por los pasillos cuando estas lluvias de Buenos Aires te inundan hasta el alma porque la maldita rejilla se tapó.

Juan ha pasado muchos días trabajando en casa… Yo no lo molesto… No quiero ser de esas viejas hincha pelotas que le dicen a los que saben cómo miércoles tienen que trabajar… Sin embargo, lo noto raro. Debe tener algún trabajo pendiente con mayor premio y es como que se quiere ir… Bueno, qué me importa… Mañana va a arrancar esos viejos mosaicos y bajará el nivel.

¡Por fin! Mi madre, no veo la hora de dejar de preocuparme por esas tormentas… Debajo de la escalera lo dejaremos así como está… ése será el nivel definitivo del fondo, y luego el nivel bajará y bajará, bien sumergido por acá, a la entrada de los pasillos. Espero no tener problemas… no quiero que suceda otra vez… Bueno, no depende de mí… no puedo elegir.

Debo reconocer que estos chicos de Juan son rápidos y trabajan bien… Ya llenaron dos volquetes… mi Dios, qué precios te cobra la volquetería esta… si vienen te tiran el envase… Uno les tiene que poner los escombros y luego se los llevan… Ja, ¿y dónde los tirarán? Bueno, qué me importa… mañana es el gran evento.

Siiiií… el gran día… Juan empezó a hacer la carpeta… Cuánto revuelo, material y más material… Parece apurado… Si yo le pago a este tarado… Me voy a guardar para que nada lo moleste, qué sé yo, el tipo es raro, y yo me voy a guardar.

Marga vino de visita justo hoy… Le voy a mostrar a estos hombres sudorosos en plena tarea… Jajaja… A las solteronas eso les gusta. Vamos, pues… pero…

Juan… ¿qué está haciendo? ¿A qué nivel está haciendo la carpeta? ¿Va a quedar todo más arriba que antes? Juan… Juan… usted se confundió… yo le hice romper los mosaicos para que todo baje… Juan…

¡¡Ah, no!! Me larga el tipo… ¡¡Yo no puedo trabajar así!! ¡¡Yo dejo todo y me voy!! Juan, por favor… ¡¡No, no, ya no tengo más tiempo!! ¡¡¿Qué quiere que haga ahora, que lo baje?!! Y sí, Juancito, sí. No, señora. ¡Basta! Lo termino así y me voy. De pronto… el material se movió, solo se movió, y Juan, sin dar crédito a sus ojos, vio como la carpeta lo envolvía y lo hundía y lo hundía, sin que sus empleados notaran lo que estaba pasando… Toda la carpeta se hundió hasta el nivel que yo quería, con Juan adentro. Quedó todo lisito… y a Juan no se lo vio más. Parece que nadie se dio cuenta… Mejor… Tengo que contenerme y no desear más.

Mónica Forte nació en Buenos Aires en 1952, es madre de cuatro hijos y felicísima abuela de Martín. Es licenciada en Física y escribe por prescripción médica.

Axxón 199 – agosto de 2009
Cuentos de autores varios (Cuento : Fantástico : Ciencia Ficción : Fantasía : Temas diversos : Internacional).

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