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¡ME GUSTA
AXXÓN!
  
 

Archivo de abril 2018

 

 

 ARGENTINA

Sí, Axxón volvió. De a poco, con vacilaciones, volvemos a asomar y a publicar nuevo contenido en nuestro sitio. Nos dolía mucho a todos que esta voz que se hizo oír durante tanto tiempo tuviera que guardar silencio por causas de fuerza mayor. Como ha pasado otras veces con anterioridad, algún colaborador o amigo de la casa miró para los costados, y dijo: «Bueno, si no hay nadie más que pueda hacerlo, seré yo.»

Y aquí estamos.

Este que escribe no pensó que en algún momento estaría en esta posición. Ciertamente no era eso lo que tenía en mente al enviar el mensaje que salió publicado en el Correo del número 53, y al que respondieron varias personas en el Correo mismo y en la Garrafa Virtual (¿se acuerdan?). Tampoco al ver publicados alguno de sus cuentos en las Axxones ejecutables o ya en la Axxón en formato web, a lo largo de los años.

Axxón ha sido siempre parte de mi vida y es por eso que siempre he colaborado en lo que he podido, con formatos móviles, con artículos, y últimamente con el proceso de selección, aportando las herramientas que permiten ordenarlo y gestionarlo mejor y facilitando a nuestros evaluadores hacernos llegar sus aportes en forma fácil y centralizada.

Ahora estoy dando el paso final, seleccionando los textos que se publican a partir de esas evaluaciones. Y la sensación de estar intentando llenar un par de zapatos muy grandes es bastante abrumadora.

Pero la necesidad era mayor que mis propias dudas, así que pusimos manos a la obra, y el número 282 está a la vista de todos.

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Así que Axxón está de vuelta. El propósito de mi labor aquí será seguir trabajando para que se siga escuchando esta voz, este lugar tan querido por mucha gente, desde el que muchas voces se sumaron al coro de la literatura de ciencia ficción, fantasía y terror. Seguir «abriendo puertas», como dice nuestra página principal, para que nuevas y viejas voces que comparten nuestra pasión por el género sigan resonando en nuestro idioma.

¿Cómo seguimos?

Todavía hay mucho por hacer. Hay que restablecer las rutinas, reconectar con colaboradores, establecer un ritmo que sea sostenible. Por ahora, entonces, el retorno a la periodicidad mensual no será posible. Como dicen en el mundo de la programación de aplicaciones, Axxón saldrá «cuando esté listo», aunque desde luego la idea es que no haya pausas de un año de duración como la última.

Poco después de la salida de este número alguien me preguntó sobre la periodicidad y yo recordé a mi profesora de literatura del secundario, Lilí Rena, y la periodicidad de nuestro periódico escolar, Atlas, para cuya aparición ella trabajaba incansablemente cada año. Lilí siempre respondía, quizá citando una frase chistosa de algún otro docente: «Atlas es un masomenosario devezencuandino». Y así, por ahora, hasta que empecemos a pisar con pie más firme, Axxón también tendrá un carácter un poco devezencuandino.

Pero estamos. Alentamos a nuestros lectores a que nos difundan, nos comenten, nos propongan. Como un joven tímido probando traje nuevo, Axxón estrena nuevo timonel. Y la tripulación espera que nos acompañen en esta nueva etapa.

Daremos lo mejor de nosotros para procurar no decepcionarlos.

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No quiero terminar este comentario sin mencionar algo que tiene todo que ver con Axxón y nos produjo muchísima tristeza, y quizá es una de las razones más importantes por las que pospuse escribir este texto ya que mencionarlo era inevitable. El 23 de marzo de 2018 murió nuestra amiga Claudia De Bella. Claudia era una persona inseparable de Axxón, tanto por sus textos sólidos y sus talentosas traducciones como por la cercana y cariñosa relación que tuvo con muchos de los miembros de la familia de Axxón.

Una porción (comparativamente ínfima) del dolor que siento por su ausencia es el hecho de que, si bien Claudia sabía que estábamos trabajando para la vuelta de Axxón, no llegó a verla concretada. Pero además del dolor, lo que siento es una absoluta incredulidad. Pese a haberla escuchado comentar muchos detalles sobre sus inconvenientes de salud, y de haber experimentado sus largas desapariciones de los lugares cienciaficcionales que solía frecuentar, en nuestros encuentros Claudia siempre transmitió una energía y una vitalidad que hacían difícil pensar en un desenlace triste. La realidad, sin embargo, no nos pide permiso.

El vacío que nos deja su ausencia es profundo. Los que tuvimos el privilegio de ser considerados sus amigos sabemos que ese lugar no lo ocupaba cualquiera. Era el resultado de la apreciación lúcida y generosa de una persona brillante, divertida y de enorme corazón que volvió incomparablemente mejor el mundo de aquellos con los que tuvo relación.

La vamos a extrañar.