Científicos localizan llaves de las enfermedades

Un equipo de científicos de la Universidad de Copenhague y el Instituto Max Planck de Alemania, utilizando la tecnología innovadora, ha identificado no menos de 3.600 interruptores moleculares en el cuerpo humano

Estos interruptores, proteínas que regulan funciones, puede ser un factor crucial en el envejecimiento humano y la aparición y el tratamiento de enfermedades como el cáncer, la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson.

Nuevas perspectivas en el tratamiento de las enfermedades

El equipo, dirigido por el Profesor Matthias Mann, del Centro Novo Nordisk de Investigación de Proteínas de la Universidad de Copenhague y el Instituto Max Planck de Bioquímica de Alemania, ha detectado 3.600 interruptores de acetilación en 1.750 proteínas diferentes.

«Esto es más que un logro tecnológico, también ha aumentado el número de interruptores de acetilación conocidos en un factor de seis, y nos da por primera vez una amplia visión de este tipo de modificación de proteínas», dice el profesor Mann.

Una determinada proteína puede realizar más de una tarea, y su comportamiento se regula por la adición de una pequeña molécula que actúa como un «interruptor» que pueden activar las diferentes tareas. La acetilación es esencial para la capacidad de las células de funcionar normalmente. La regulación defectuosa de las proteínas tiene un papel en el envejecimiento y el desarrollo de enfermedades como el cáncer, el Parkinson y el Alzheimer.

«Con el nuevo mapa, podemos empezar a estudiar y describir cómo los interruptores de acetilación responden a los medicamentos que podrían reparar los defectos. Se puede tener un impacto importante en la atención médica», dice el profesor Mann, añadiendo que los medicamentos para reparar los daños la regulación de proteínas ya se están mostrando prometedores en el tratamiento del cáncer.

Proteínas que cooperan

El equipo también descubrió que se produce una modificación de la acetilación principalmente en las proteínas que trabajan juntas, y que estos interruptores tienen muchas mayores consecuencias para las funciones del organismo que lo que se había pensado antes. Por ejemplo, la función de Cdc28, una importante proteína del crecimiento en la levadura, se puede alterar agregando un botón de acetilación, afectando la capacidad del organismo para sobrevivir.

Fuente: Science Daily. Aportado por Eduardo J. Carletti