El pionero de la secuenciación del genoma, Craig Venter, y su equipo, han ideado una manera de «meter de contrabando» un genoma extraño en las células bacterianas sin que lo detecten. La nueva técnica lleva a los científicos un paso más hacia su objetivo de crear nuevos microorganismos con genomas sintéticos
El equipo de Venter tomó el genoma de la bacteria Mycoplasma mycoides, la copió y modificó sobre levadura, y luego lo trasplantó en otra especie bacteriana, M. capricolum.
Cuando el genoma modificado se insertó en la célula receptora, fue inmediatamente reconocido y degradado.
El equipo probó dos métodos para superar el problema. En primer lugar, se buscó y desactivó en M. capricolum la enzima capaz de reconocer y dañar el ADN extraño.
Sin reconocimiento
Luego se buscó ocultar el ADN donante con el fin de engañar a la especie receptora, haciéndole creer que ese genoma había pertenecido siempre a la célula. Encontraron que la solución más confiable para el trasplante era «secuestrar» las enzimas de reconocimiento de la célula receptora y detener su trabajo.
«El nuevo ciclo [de trasplante] desarrollado no existía en la biología molecular», dice Venter, que describe la obra como «dominando las herramientas para mover genomas a través de las ramas de la vida».
Los genomas de las bacterias son muy difíciles de modificar, y utilizar la transferencia sobre levaduras como un paso intermedio permite que los científicos utilicen una gama mucho más amplia de herramientas genéticas para ajustar el genoma.
Jim Collins, ingeniero biomédico de la Universidad de Boston que no participa en el estudio, está interesado en la forma en que esta investigación amplía las capacidades de la ingeniería genética. «Este es un avance maravilloso que nos proporciona una forma sencilla de hacer grandes cambios a gran escala en los organismos bacterianos, que antes no eran posibles», dice.
La vida sintética avanza
El trabajo reciente de Venter lo lleva un paso más hacia la creación de vida sintética. Él ya ha demostrado que los genomas se pueden construir desde cero, tomando la secuencia del gen de la bacteria Mycoplasma genitalium y construyéndolo en el laboratorio.
El próximo paso será insertar un genoma construido en laboratorio en una célula bacteriana, creando un nuevo tipo de organismo vivo. Evitar el reconocimiento y la destrucción será una parte muy importante de este proceso.
Si se puede combinar la capacidad de construir un genoma sintético con esta técnica de trasplante, entonces podría estar cerca la aparición de la vida sintética. De hecho, Venter espera que este hito biológico sea posible en sólo un mes, o algo así.
La búsqueda de Venter de vida sintética tiene como objetivo, en última instancia, crear organismos expresamente construidos que puedan llevar a cabo funciones específicas, tales como la producción de biocombustibles, o incluso producir hidrógeno.
«La ventaja de un ADN sintético es que permite cambios aún más radicales que un genoma modificado por ingeniería», dice el genetista George Church, de Harvard Medical School. «Me parece que el avance clave en este trabajo es la transferencia de ADN derivado de Mycoplasma sobre la levadura en una cepa diferente de Mycoplasma«.
Referencia de la publicación Science, DOI: 10.1126/science.1173759
Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti
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