Hay una barrera artificial rodeando nuestro planeta

Hemos creado accidentalmente una barrera alrededor de nuestro planeta, y aunque puede que no sea un campo de fuerza futurista, todavía es condenadamente interesante

Investigadores de la NASA han descubierto que ciertas comunicaciones de radio, conocidas como VLF (frecuencia muy baja), son capaces de interactuar con partículas en el espacio, moviéndolas en ciertas direcciones. Sabemos que podemos afectar el clima espacial alrededor de nuestro planeta, pero este descubrimiento podría llevarnos a formas en las que podríamos manipularlo. El estudio está publicado en Space Science Reviews .

«Una serie de experimentos y observaciones han descubierto que, en las condiciones adecuadas, las señales de radiocomunicaciones en el rango de frecuencia VLF pueden afectar las propiedades del entorno de radiación de alta energía alrededor de la Tierra», dijo el coautor Phil Erickson, asistente del director en el MIT Haystack Observatory, en un comunicado .

El estudio es una revisión exhaustiva sobre los efectos humanos en nuestro planeta. Discute el impacto de pruebas nucleares a gran altitud, experimentos de liberación de sustancias químicas y calentamiento de ondas de alta frecuencia en la ionosfera. La revisión se dirige a la física detrás de todos esos eventos y revela el último análisis de la interacción VLF.

La Tierra está rodeada por regiones llenas de partículas cargadas, conocidas como los cinturones de Van Allen. Tradicionalmente se suponía que había dos regiones, pero resulta que la imagen es mucho más compleja . Son una consecuencia del campo magnético de la Tierra y actúan como una barrera casi impenetrable, evitando que los electrones más energéticos lleguen a nuestro planeta.




Utilizando datos de la sonda Van Allen de la NASA , los investigadores descubrieron que la burbuja inducida por VLF se extiende hasta el borde interior del cinturón de Van Allen y no más allá. El equipo especula que la burbuja VLF está empujando el cinturón de Van Allen hacia afuera.

Esta idea se ve reforzada por los datos de la década de 1960, que muestra que el cinturón de Van Allen está mucho más cerca de nuestro planeta de lo que es actualmente. En aquel entonces, las transmisiones de VLF eran mucho más limitadas, lo que podría explicar la diferencia. Los investigadores especulan que si no hubiera VLF, el límite se estiraría más cerca de la Tierra.

El equipo sugiere que con un estudio posterior, podríamos descubrir si podemos eliminar el exceso de partículas de la órbita terrestre inferior. Esto podría ayudar durante eventos climáticos espaciales extremos que podrían dañar satélites y otros instrumentos.

Ya existen planes para probar VLF desde lo alto de la atmósfera para ver exactamente qué podemos lograr con ellos.

Fuente: IFL Science. Aportado por Eduardo J. Carletti

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