AMOR, DE POSTRE

Antonio Peláez Barceló

España

Usted quiere seguridad, quiere certeza, antes de tomar el más mínimo riesgo, antes de dar el más pequeño paso, y eso es lógico, pues nuestro sello de garantía muestra el recorrido pormenorizado que nuestros alimentos han realizado antes de llegar a la cocina. ¿Quiere entrar? Adelante; eso sí, le rogamos que, por razones de higiene, se calce estos protectores de calzado, se coloque este gorro cubriendo su cabello y se enfunde estos guantes de látex (no será usted alérgico, ¿verdad?). Si me permite la inmodestia, señor, dudo que haya usted visto cocina más limpia hasta el día de hoy. Seleccionamos ingredientes sólo de primerísima calidad, nuestros cocineros son maestros de reconocido prestigio y, sobre todo, ¡sobre todo!, cuidamos especialmente la pulcritud. ¿Puede olerlo? No huele a grasas, ni a condimentos artificiales, ni a conservantes, ni siquiera a bebidas refrescantes, no, ¡huele a comida!, como la que cocinaban nuestras abuelas, ¿recuerda?

Y es que usted quiere seguridad, quiere certeza, antes de tomar el más mínimo riesgo.


APERITIVO


Si son tan amables y tienen la bondad de tomar un aperitivo al que, por supuesto, invita la casa, en diez minutos tendremos preparada su mesa. Como verán, hoy —como, en general, todos los días— registramos una gran afluencia de parejas. También contamos con mesas para cuatro, aunque un servidor personalmente no lo recomienda, pues dichos experimentos (ustedes me entienden, ¿no?) suelen salir mal.

Aquí tiene su cerveza, caballero, y el Martini para la señorita. Me he permitido acompañar sus bebidas con un modesto aperitivo de queso flambeado con azúcar de caña brasileña que es la nueva creación gastronómica de nuestro chef. Ustedes, que tengo la viva impresión de que son una pareja —o futura pareja, es un decir— sofisticada, supongo que lo sabrán apreciar.

En unos minutos los acomodaré en su mesa; mientras tanto les recomiendo que disfruten de nuestra música en directo, hoy con la melodiosa voz de la gran Thelma Swinton, ¿verdad que es genial? Y, si me lo permiten, les recomiendo que visiten nuestra pequeña pinacoteca con obras originales —ninguna reproducción— de artistas románticos de primera fila (Delacroix, Constable, Turner...) y una exposición temporal dedicada a Caspar David Friedrich.


ENTRANTES


Caballero, señorita. Si me permiten, voy a corregir los ajustes de sus asientos para que se amolden perfectamente a sus figuras. Por cierto, señorita, luce usted un broche espléndido, se ve que goza usted de un gusto exquisito.

Como podrán observar, y quizá conozcan ya por alguno de los reportajes emitidos por televisión, hemos prescindido de los antiguos y voluminosos cascos y los hemos sustituido por estos pequeños chips que se adhieren a la muñeca tal y como les estoy mostrando ahora. Así que, con su permiso, voy a colocárselos, muy bien, muy bien, y aquí les dejo el cuestionario-guía. No es imprescindible que sigan al pie de la letra todos los temas y preguntas planteadas, pero sí le resultará útil al ordenador central tener la mayor cantidad posible de información sobre ustedes dos. Les ruego, por tanto, que profundicen e incluso discutan sobre los temas que son —según mi humilde opinión— la auténtica esencia de la vida: la amistad, la cultura, el arte, la religión (y quien dice la religión dice Dios), la familia, el sentido de la vida, la muerte... No caigan en esas banales conversaciones de actualidad sociopolítica o, peor aún, en los comentarios vacuos sobre los chismes de famosos que tan de moda están hoy en día en los establecimientos de (dicho sea con todo mi respeto para ellos) baja estofa. Abran su mente. Abran su mente a la vida.

Y, por supuesto, para favorecer el comienzo de todo este complicado proceso, que —como cualquier principio— siempre resulta intimidante, les recomiendo cualquiera de nuestros deliciosos entrantes para compartir. Aros de cebolla de Nebraska, tacos de queso cheddar escocés, barcas de patata neozelandesa... en fin, todas esas magníficas variedades que, con un toque de autor, recoge nuestra selecta a la par que extensa carta. Ah, y para seleccionar su vino, permítanme que les presente a nuestro sommelier.


CARNES, PESCADOS, ESPECIALIDADES DE LA CASA



Ilustración: Fraga

Agradezco sus elogios hacia la ensalada y lamento que la ración de queso les pareciera escasa, tomaremos nota para mejorar nuestro servicio. Les ruego que cualquier otro inconveniente, por mínimo que sea, que pueda surgir a lo largo de la cena nos lo hagan saber, a mí o a cualquiera de mis compañeros, para que lo solventemos inmediatamente.

Ahora bien, seguidamente llegamos a uno de los momentos más especiales de esta velada. Como habrán podido leer en el cuestionario-guía, la casa sugiere que en estos momentos tenga lugar el primer contacto sexual. Por supuesto, todo depende de ustedes, pero sería muy importante para la correcta evaluación final poder comprobar cómo se desenvuelven a nivel físico. Para ello, y pensando en su comodidad, disponemos de compartimentos privados en los que la intimidad está garantizada o, por otro lado, unos completos y excitantes aseos donde la falta de intimidad también puede ser un aliciente. Como habrán comprobado durante la noche, los más osados realizan algunos rituales sexuales en el propio comedor, en cuyo caso sólo pedimos que ninguna parte de su cuerpo sobresalga de la zona delimitada como perteneciente a su mesa. Pensando siempre en ustedes, nuestros clientes, contamos con un amplio catálogo de dispensas especiales gracias a los numerosos y gratificantes acuerdos que hemos suscrito con las principales religiones de todo el globo para que este importante paso en su posible relación no se vea obstaculizado por impedimentos ajenos a sus sentimientos. Si por alguna remota casualidad su religión no se encontrara entre las que colaboran con nosotros, disponemos de una infraestructura humana y tecnológica capaz de ponerse en contacto con su líder espiritual y suscribir un acuerdo en un tiempo máximo de quince minutos.

Les recuerdo que el doctor Juan Benjamín, prestigioso sexólogo e indiscutible estrella de la televisión, se encuentra a su disposición para cualquier consulta o recomendación que deseen pedirle.


POSTRES Y CAFÉ


Me alegra reconocer en sus miradas una chispa, un fulgor que no figuraba cuando llegaron a esta casa. Ya lo dice nuestro lema, y creo sinceramente que en este caso no se trata sólo de un recurso publicitario, "el final de su cena es tan sólo el principio...".

Como habrán podido comprobar gracias al cuestionario-guía, afrontamos ahora una de las etapas fundamentales en nuestro viaje gastronómico por el siempre difícil mundo de la relación de pareja: la convivencia. Una vez que hayan elegido entre nuestros helados, tartas (les recomiendo la de tres chocolates, un auténtico delicatessen), frutas del tiempo o sorpresas exóticas (no me pidan que les devele sus ingredientes, ¡son secretos!), les acompañaré a nuestros Reservados de Convivencia. De este modo, mientras un maestro artesano prepara el postre de su elección, ustedes podrán convivir en un ambiente creado específicamente a partir de los gustos de ambos. Para el desarrollo exitoso de la prueba les ruego que refrenen la pasión, si es que los instintos sexuales siguen aflorando —que, por sus sonrisas, imagino que sí—, y centren sus esfuerzos en facilitar la vida de su compañero o de su compañera. Eso es con-vivir, "vivir con", ¿no creen que puede ser hermoso?

Recuerden que una vez que hayan tomado tranquilamente su postre, y al mismo tiempo que les servimos el café o infusión de su elección, les presentaré los resultados finales, derivados de los pormenorizados análisis efectuados por nuestro ordenador central.


CUENTA Y PROPINA


Señorita, su poleo-menta. Caballero, su café. Ha llegado el momento, sí, finalmente, y en estos casos mucha gente nos pregunta por qué, ya que contamos con una tecnología tan avanzada, entregamos los resultados en papel, dentro de un sobre. El romanticismo se perdería, ¿no creen? ¿Sería lo mismo si yo les trajera los resultados en una pantalla de plasma con vídeos interactivos y conexión a Internet? ¡Por favor! Señorita, el suyo es el azul, como su color favorito, y el suyo, caballero, es el rojo, como el suyo.

Pero no, por favor, no los abran tan rápidamente, deténganse un momento para mirarse a los ojos, para leer en la brillante pupila del otro la autenticidad de un sentimiento, la ilusión de un proyecto en común, ¿no disfrutan de la intriga de este instante? El amor verdadero, el amor ver-da-de-ro, ¿no les produce un cierto temor ya el sólo hecho de pensar en ello? ¿No es cierto que al pronunciar esas palabras necesitamos suspirar y cerrar los ojos con ilusión infantil? Y, sin embargo, qué difícil es encontrarlo.

Detecto la misma alegría y satisfacción en sus miradas, sí, creo que... pero... ¡Oh, no! ¡No saben cuánto lo siento, yo...! En cualquier caso, siempre les queda el consuelo de haberse conocido en profundidad, de ser a partir de ahora —y eso no es poco— dos buenos amigos, claro que sí. O, si me permiten la picardía, dos buenos amantes. Señorita, no sabe usted lo hermosa que se pone cuando se sonroja.

Muchas gracias, señores, han sido ustedes muy amables. Ya saben que si desean volver en otra ocasión estaremos encantados de atenderles y cuenten con nuestra total y absoluta discreción.


CAJA


Sí, señor, la cocina ya está limpia y ordenada, lista para reanudar sus tareas mañana. La última pareja salió hace un cuarto de hora aproximadamente.

Ya sólo nos queda apagar las luces y marcharnos. Déjeme que le ayude a subir esos escalones. Su nuevo bastón es elegantísimo, señor, el amigo que se lo regaló goza, indudablemente, de muy buen gusto. Como es habitual, su chofer se encuentra a la entrada con la limusina en marcha. Fíjese qué noche, cómo luce una luna llena espléndida, aunque sí, reconozco que corre un poco de aire para detenerse a observarla.

Ah, señor, si me lo permite le voy a dar un consejo. Perdone mi osadía, pero yo en su lugar no me daría prisa en arreglar el ordenador central, hacemos mucha más caja desde que se estropeó.

Buenas noches. Hasta mañana, señor.


CERRADO



Antonio Peláez Barceló es madrileño desde 1972 y economista de formación; es actualmente el director de la radio on-line sobre cine "Radiocine", y de la productora de publicidad y eventos "Tracia". Montador de cine, director de algunos cortometrajes y colaborador habitual como crítico en varias radios españolas, confiesa que -pese a su escasa producción de ficción publicada- se encuentra a menudo más cómodo escribiendo que hablándole al micrófono, aun habiendo escrito mucha más literatura de índole económica o informática que de ficción. Dice Antonio: Actualmente, además soy estudiante de historia y con este párrafo acabo de empezar a explorar el género de la autobiografía.

Hemos publicado en Axxón: EL HOMBRE DE LAS ALGAS (184)


Este cuento se vincula temáticamente con LIBERACIÓN DE LAS AUTOESCUELAS, de Marc Rodríguez Soto (148), BACH HA MUERTO, de Saurio (151) LA ANFITRIONA, de Zdravka Evtimova (164) y FAMILIA DEL VEINTIUNO, de Moisés Cabello Alemán (195)

Axxón 197 - mayo de 2009
Cuento de autor europeo (Cuento: Fantástico : Ciencia ficción : Condiciones de vida : Humor : Español : España).