El misterio de la Isla de Pascua —hileras de estatuas en una isla de la Polinesia sin árboles— fascina a los turistas y estudiosos. E inspira el debate
«¿Quién o qué fue lo que destruyó el antiguo bosque de palmas en Rapa Nui, Isla de Pascua?», se preguntan los ecologistas alemanes Andreas Mieth y Hans-Rudolf Borkel en un artículo que aperecrá en el Journal of Archaeological Science. «Las circunstancias, causas y factores que desencadenaron estos cambios ambientales son objeto de una persistente discusión científica.»
En 2005, Jared Diamond, ganador del premio Pulitzer, revivió la isla en la conciencia pública con su trabajo Collapse: How Societies Choose to Fail or Succeed Collapse (Colapso: Cómo las sociedades eligen fracasar o tener éxito). ¿Qué estaban pensando cuando cortaron el último árbol de palma?», se pregunta en el libro. Esta cuestión ha desconcertado a muchos estudiosos que vieron la isla despoblada, deforestada, y llos concluyeron finalmente que los habitantes despojaron su entorno de palmas, que les proporcionaban alimento, para construir trineos para las estatuas y techos de casas, una parábola ecológica de la autodestrucción.
Pero apenas un año más tarde, apareció otra explicación en una serie de artículos escritos por Terry Hunt y Carl Lipo, de la Universidad de Hawai. En primer lugar, fijaron la fecha de la colonización de la isla en el año 1.200 de nuestra era en un documento de datación por radiocarbono en la revista Science, o sea una fecha más reciente en al menos un siglo que las estimaciones anteriores. A continuación, propusieron en el Journal of Archaeological Science, en base a la evidencia de ADN y los restos mordidos de palmas, que las ratas que los inmigrantes trajeron de Polinesia habrían sido los culpables de la deforestación, comiéndose las nueces de las palmas.
Sin depredadores para mantener a raya la cantidad de ratas, los roedores se comieron la mayoría de las semillas y la mayoría de los árboles viejos ya habían muerto sin reproducirse en el año 1772, cuando llegaron los europeos en sus buques. Los europeos acabaron con los isleños, sugirieren ellos, por las enfermedades qye trajeron y liuego la esclavitud. «Fue un genocidio, no un ecocidio, lo que causó la desaparición de los rapanui. Se produjo una catástrofe ecológica en Rapa Nui, pero fue el resultado de una serie de factores, no sólo la miopía de los humanos», escribió Hunt en la revista The American Scientist.
En su nuevo estudio, sin embargo, Mieth y Bork, ambos de la Universidad alemana Christian Albrechts de Kiel, «no están de acuerdo con la hipótesis de un impacto importante de las ratas», para explicar la decadencia de la Isla de Pascua. En su estudio, ellos analizaron los restos de carbón de los incendios y vieron evidencias de la propagación de la agricultura de tala y quema desde la costa de la isla hasta su punto más alto. «En grandes zonas, por debajo de la superficie se encuentra una capa reciente de carbón y cenizas de varios milímetros de espesor, y tambien lo hay en la parte superior de los suelos de cultivo prehistóricos, que pertenecen al periodo de cultivo del bosque», escriben. «La amplia distribución de las capas de carbón sólo puede tener una explicación: incendios generalizados en los bosques de Rapa Nui».
Observando el avance de la quema de árboles a lo largo del tiempo, los troncos cortados de palma y la falta de marcas de mordeduras de ratas en las nueces de palma que se encuentran en las capas de carbón, la conclusión de que «la deforestación fue un acto de los seres humanos».
«Pero nunca hablamos de ratas matando árboles maduros», dice Hunt en una entrevista. «Es muy tentador encontrar una explicación total, o las personas o las ratas, pero lo que estabábamos diciendo es que las ratas sin duda tuvieron un rol en la Isla de Pascua». Él rechaza la idea de que la falta de nueves de palma mordidas por ratas en las capas de carbón sea prueba de nada, diciendo, «es poco probable que las ratas coman carbón».
Además, dice, «¿cómo se puede explicar la idea de que las ratas no produjeron un efecto?» Con comida abundante y sin el obstáculo de los depredadores, la población de ratas debe haber explotado en la Isla de Pascua, según él, comiendo frutos secos, incluso cuando los colonos desarrollaron sus granjas.
La única cosa en que estos puntos de vista rivales estan de acuerdo es en que la sequía, una causa probable ubicada en tercer lugar, no tuvo un gran efecto en los bosques de palma de la isla de Pascua, que para el año 1.100 cubrían el 70 % de la isla. «La pregunta es ¿qué peso tuvo cada factor en juego y cómo interactuaron?»
Por supuesto, reconoce Hunt, es probable que los primeros colonos llevaran las ratas con ellos. «Pero es poco probable que ellos hayan podido prever los resultados de la agricultura o de llevar las ratas», dice. «Culpar a los seres humanos de todo es demasiado simple.»
Fuente: Usa Today. Aportado por Eduardo J. Carletti