La caída de una «bola de fuego» que sorprendió el pasado domingo a pobladores de las provincias argentinas de Mendoza y La Pampa, ha desatado una polémica en ese país después de que algunos científicos aseguraran que se trató de basura espacial rusa, mientras otros insisten en que fue un meteorito.
«Se trata de partes de la nave rusa Progress M-67, que el domingo se desenganchó de la Estación Espacial Internacional (EEI) y regresó para desintegrarse en la atmósfera», sostuvo el astrónomo Jaime García, director científico del Instituto Copérnico de Argentina.
La Progress M-67 fue lanzada el 24 de julio desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajstán) con más de 2,5 toneladas de carga vital para la tripulación de la EEI, y se desenganchó el pasado 21 de septiembre por orden del centro de mando terrestre. «Después de ser separado, el siguiente paso es desorbitarlo, o sea, dejarlo suelto para que derive y sea atraído por el fenómeno gravitacional de la Tierra y termine estrellándose en lo que se conoce como el cementerio de naves espaciales que está en el Pacífico Sur», detalló García.
El científico destacó que su hipótesis está basada en consultas realizadas a distintos centros de investigación en Argentina y de la zona chilena de Concepción. Sin embargo, la doctora en astronomía Beatriz García negó que se trate de basura espacial y ratificó que correspondió a un meteorito por el color «blanco azulado que dejó a la vista».
«No es chatarra espacial. Además, por la onda de choque que produjo en la Tierra, se trata de un meteorito», insistió la doctora García, quien integra el equipo de profesionales del observatorio Pierre Auger, el detector de rayos cósmicos más grande del mundo, situado en la provincia de Mendoza. La caída de la «bola de fuego» sorprendió el pasado domingo, cuando pobladores de Mendoza y La Pampa sintieron una explosión de gran alcance que iluminó el cielo.
«Fue una bola de fuego que cayó y luego se sintió un estruendo», dijo Luis Gutiérrez, delegado de la localidad de Carmensa, en Mendoza. La prensa local advirtió, además, que el estruendo llegó a las provincias de Buenos Aires y San Luis.
Fuente: El Mundo. Aportado por Gustavo Courault
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