El entusiasmo del Pentágono por las armas no letales de control de muchedumbres parece haber aumentado con su decisión de desarrollar un sistema para infligir dolor por medio de microondas que puede ser disparado desde un avión
El dispositivo es una extensión de su controvertido Sistema de Denegación Activa (Active Denial System), que utiliza microondas para calentar la superficie de la piel, creando una sensación dolorosa sin quemar, lo que motiva al objetivo a huir. El ADS se probó en el 2001, pero no ha sido implementado debido a cuestiones jurídicas y temores con su seguridad.
Sin embargo, la junta de la Dirección de Armas no Letales del Pentágono (JNLWD) en Quantico, Virginia, ha pedido que se mejore. La fuerza aérea de los EEUU, en cuya tecnología de radar se basa el ADS, está aumentando su financiación anual para el sistema de $2 millones a 10 millones de dólares.
La antena de transmisión del sistema actual es de 2 metros de ancho y produce un haz de la misma extensión, que debe ser dirigido mecánicamente, por lo que es engorroso. En el núcleo de la nueva arma está una antena aérea compacta, que se dirige por medios electrónicos y es capaz de generar haces de calor múltiples, cada uno de los cuales puede dirigirse a un objeto en movimiento.
El ADS ha sido perseguido por las polémicas. Jürgen Altmann, físico en la Universidad de Dortmund en Alemania, demostró que los haces de microondas puede causar quemaduras graves en niveles no muy superiores a los requeridas a fin de repeler las personas. Esto fue comprobado cuando un aviador EEUU fue hospitalizado con quemaduras de segundo grado durante una prueba en abril de 2007.
La versión aérea no será menos controvertida. «Independientemente del modo de producirlo, con este tamaño de antena el haz muestra variaciones de intensidad con la distancia —y no sólo una simple reducción— hasta unos 500 metros», dice Altmann. Será difícil hacer con precisión disparos en movimiento, añade.
Dave Ley, jefe de la división de tecnología de la JNLWD, dice que el arma aérea operará al nivel de potencia efectivo más bajo posible y tendrá un sofisticado sistema automático de seguimiento de objetivo.
En un reciente análisis de costo-beneficio, la Oficina de Rendición de Cuentas del gobierno de los EEUU puso al desarrollo del ADS como el peor valorado entre las ocho armas no letales que se llevan adelante en la actualidad.
Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti