La época de la misión Apolo puede haber terminado por falta de financiación, y los astronautas del programa pueden ser los fans más grandes de Marte, pero en realidad, la esperanza de volver a la Luna nunca se ha perdido
Hace veinte años, en el 20º aniversario de la Apollo 11 en la Luna, el entonces presidente George H.W. Bush propuso que EEUU construyera una base en la Luna, y también que se enviara una expedición a Marte. La convocatoria quedó en la nada en el Congreso, que no proporcionó los fondos para respaldar el plan.
Pero una década y media más tarde, su hijo, el presidente George W. Bush, articuló una visión similar con un plazo claro, un objetivo para que los seres humanos vuelvan a la Luna antes del 2020, como trampolín en el camino hacia Marte.
«Vamos a la Luna para aprender a utilizar sus recursos, a desarrollar nuevas capacidades en los vuelos espaciales tripulados», dice Paul Spudis del Instituto Lunar y Planetaria en Houston, Texas, y miembro de los equipos de dos vehículos orbitales lunares, uno de la India, Chandrayaan-1, y uno de la NASA, el nuevo Lunar Reconnaissance Orbiter.
En teoría, los materiales en la Luna —o en Marte— se podrían procesar para que los utilicen los astronautas, por ejemplo, se podría liberar oxígeno para respirar o para usar con el combustible de los cohetes. «En este momento no sabemos si podemos utilizar los recursos espaciales o no, pero uno de los propósitos de ir a la Luna es llegar a saber si podemos», dijo Spudis a New Scientist.
Futuro incierto
Mientras duraban los ecos del anuncio de George W. Bush, la NASA decidió que la mejor manera de cumplir el objetivo de volver a la Luna era construir allí un puesto de avanzada que podría sostener a cuatro astronautas durante 180 días seguidos.
Estos planes pueden cambiar, sin embargo. Esto es porque el presidente Barack Obama, quien apoyó un regreso a la Luna a principios de 2009, ha ordenado una amplia revisión de los planes de vuelos espaciales tripulados de la NASA. La revisión está prevista para fines de agosto.
La solicitud de presupuesto de la NASA para el año 2010 también ha causado que el calendario lunar se corra hacia adelante. «El presupuesto que nos han otorgado no admite humanos de vuelta a la Luna en el 2020», dice Leonard Mateo, director adjunto de la Oficina de Proyecto del Sistema de Superficie Lunar de la NASA en el Centro Espacial Johnson en Houston, Texas.
No obstante, la agencia sigue adelante con sus planes, con el fin de enviar la primera tripulación a la luna en el 2021 y crear una presencia humana mediante el envío de carga y tripulación a la Luna a razón de dos misiones por año.
Competencia de diseños
La oficina de sistemas lunares de superficie de la agencia ha examinado más de una docena de diferentes escenarios que se prepararon para los hábitats de los astronautas de la misión, procurando tener una revisión a mediados de 2010.
El más adelantado es un escenario de «grandes éxitos» que combina las mejores partes de otros diseños de misión, le dijo Leonard a New Scientist. En este enfoque, los aterrizadores lunares aportarían hábitats, vehículos todo terreno y robots que pueden moverse a través de la superficie lunar, propulsados por energía solar.
Después de varios años de exploración, la caravana se instalaría en un sitio más permanente. Se enviaría un reactor nuclear para proporcionar energía para el puesto. La más extensa de las dos versiones de este plan, el puesto de avanzada estaría operativo en el 2028.
Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti