Las células cancerosas tienen el instinto de explorar y viajan con determinación durante horas sin necesidad de una guía externa. Así lo revela un nuevo dispositivo que muestra su movimiento. Este tipo de conocimiento podría ayudar a desarrollar nuevas estrategias contra la enfermedad
Los tumores secundarios, o metástasis, se forman cuando las células cancerosas migran a través del cuerpo y establecen nuevos tumores. Son responsables del 90 por ciento de las muertes asociadas al cáncer.
Sin embargo, la mayoría de los tratamientos sólo procuran destruir los tumores existentes o limitar su crecimiento, dice Daniel Irimia del Hospital General de Massachussetts en Boston y la Escuela Médica de Harvard. Junto a su colega Mehmet Toner, construyeron un dispositivo para revelar las tendencias de traslación de las células cancerosas, considerando que esto podría abrir nuevos frentes en la guerra contra la enfermedad.
Laberinto Microscópico
Irimia y Toner hicieron un gran número de fichas plásticas atravesadas con una serie de canales microscópicos de 6 a 100 micrometros de ancho y alineadas por proteínas como las halladas en el tejido conectivo, tal como el colágeno. El progreso de las células por los canales puede ser rastreado bajo un microscopio.
Los investigadores sembraron los mecanismos con células cancerosas, incluyendo células de cáncer de pulmón, próstata y seno. «Pensamos que confinando las células en pequeños canales en la presencia de gradientes (químicos) podríamos replicar mejor las interacciones mecánicas y químicas que estas células tienen al interior de los tejidos», declara Irimia.
Los primeros resultados fueron imprevistos. Células de todos los tipos, sanas o enfermas, típicamente navegan usando gradientes químicos (diferencias en concentraciones químicas) como «balizas» de navegación. Pero incluso en los dispositivos controlados sin esos gradientes, la mayoría de las células cancerosas evaluadas comenzaron a moverse en una dirección a través de los canales sin detenerse, por más de 12 horas.
Movimiento Aleatorio
Sin una guía externa, las células normalmente se mueven hacia delante y atrás aleatoriamente, dice Irimia. «Una pista direccional (tal como) un gradiente químico es necesaria para que ese comportamiento aleatorio tienda hacia una dirección». Pero las células cancerosas, dice, parecen guiarse por sí mismas.
Experimentos posteriores revelaron aún más sorpresas. Los investigadores evaluaron el efecto del paclitaxel (vendido como Taxol) una droga quimioterapéutica utilizada para prevenir el crecimiento de la población de células cancerosas, esperando que tuviera algún efecto sobre el movimiento de las células.
Resultado Alarmante
Inclusive en concentraciones más que suficientes para prevenir el crecimiento de tumores, algunas células cancerosas continuaron migrando rápidamente a través de los canales.
Ese es un resultado alarmante, dice Irimia. «Nuestro conocimiento actual sugiere que es suficiente una célula para comenzar la metástasis si todas las condiciones son correctas. Lo que las células hacen individualmente es más importante en el cáncer que lo que hace la población celular promedio.
Irimia dice que al permitir a los investigadores medir la movilidad de las células cancerosas, el nuevo dispositivo puede ayudar a desarrollar y probar nuevas drogas que lo combatan.
Fuente: New Scientist. Aportado por Matías Buonfrate
Más información: