Las obras de reparación del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) se están prolongando más del doble de lo previsto y han revelado nuevos problemas con los que los técnicos no contaban. Pese a ello, todo indica que, al fin, el que será el mayor acelerador de partículas del mundo podrá funcionar a partir del próximo mes de noviembre. Eso sí, lo hará, al menos hasta 2011, a la mitad de la potencia prevista
Con el fin de evitar nuevos fallos como el que ya obligó a cerrar el gran experimento europeo pocos días después de su inauguración, en septiembre de 2008, se han revisado alrededor de 10.000 juntas eléctricas adicionales y se ha llegado a la conclusión de que lo mejor será empezar poco a poco. En lugar de la potencia de siete teraelectronvoltios (TeV) para la cual se diseñó la máquina, tendrá que funcionar durante un tiempo a 3.5 TeV.
Así las cosas, es muy probable que los principales y más ambiciosos objetivos científicos del proyecto tengan que esperar, aunque los expertos no descartan que, incluso con la potencia limitada, se pueda hallar el bosón de Higgs, la llamada partícula de Dios que los físicos necesitan para confirmar sus teorías y completar sus modelos.
«En cualquier caso, es muy importante que empiece a funcionar. No sólo es la búsqueda del Higgs, sino que se pueden hacer experimentos muy válidos a esa energía», aclara Carlos Pajares, catedrático de Física de la Universidad de Santiago de Compostela y delegado científico español en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN). «También sociológicamente es muy importante, porque estamos en la «gran ciencia» y ya hay miles de personas involucradas; algunas de ellas llevan un importante retraso para hacer sus tesis», añade Pajares.
Otro problema, según The New York Times, es la pequeña fuga de cerebros que está sufriendo en equipo del LHC: algunos investigadores se han ido temporalmente a EEUU.
Las resistencias eléctricas que causaron el fallo del año pasado son menores al nano-ohmnio (es decir, la milmillónesima parte de la unidad estándar de resistencia) por lo que su revisión llevará 14 meses en lugar de los cinco que estimó en unprincipio los anteriores directivos CERN. Sólo así, y con la potencia reducida, los expertos están seguros de que el LHC, compuesto por un gran anillo de 27 kilómetros de diámetro, no sufrirá nuevos daños.
Tras un año colisionando protones, la máquina se detendrá de nuevo en octubre o noviembre de 2011, volverá a ser revisada y, si todo sale bien, comenzará a funcionar con la potencia sin parangón para la que fue concebida.
Fuente: El Mundo. Aportado por Matías Buonfrate
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