Spirit llegó a Marte junto a su gemelo Opportunity en enero de 2004, y los ingenieros de JPL la habían estimado un plazo de vida operativa de tres meses. Sin embargo, el vehículo superó con creces su «vencimiento» y desde entonces ha enviado miles de fotografías del planeta rojo, además de valiosos datos sobre su estructura geológica y de su tenue atmósfera
Los ingenieros del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA intensificaron sus esfuerzos para liberar al vehículo explorador Spirit, que se quedó atrapado en el suelo de un cráter de Marte desde hace más de cuatro meses.
«Existe la posibilidad muy real de que no pueda salir», reconocieron desde el equipo de trabajo.
Los inconvenientes se hacen cada vez mayores, posiblemente porque en los cinco años que el vehículo lleva recorriendo la superficie del planeta la exposición al medio ambiente marciano ha hecho mella en su estructura, y ahora, debido al oscurecimiento de sus paneles solares por el polvo, declina su capacidad de continuar enviando información.
El desgaste de los sistemas, la paralización de una de sus seis ruedas, y el polvo marciano que ha cubierto sus paneles solares, que son los que le proporcionan la energía, estuvieron a punto de inutilizarlo.
Una y otra vez los ingenieros de la NASA lograron superar los problemas y, aunque con dificultades, el vehículo del tamaño de un lavarropas doméstico continuó su exploración planetaria.
Tapado por el polvo
En esta ocasión, los inconvenientes se ven insuperables, han admitido los ingenieros de JPL. «Estamos procediendo con mucha cautela y explorando todas las opciones razonables. Existe la posibilidad muy real de que no pueda salir» del cráter, admitió John Callas, director del proyecto de los dos robots marcianos, Spirit y Opportunity. El vehículo quedó atrapado en el terreno movedizo de un sitio llamado «Troy» en el cráter Gusev, y su centro de gravedad fue alterado por una roca ubicada debajo de él. Peor aún, una tormenta de polvo ha cubierto los paneles y volvió a reducir la energía al punto de que sus sistemas están trabajando en un nivel mínimo, dijeron en JPL.
A pesar de que los problemas parecen ser más graves ahora, las autoridades científicas de JPL abrigan la remota esperanza de que el Spirit camine de nuevo. Según los expertos de la NASA, es probable que la intensidad de las tormentas se reduzca en las próximas semanas, lo que permitiría poner en marcha el próximo mes las pruebas que se han planeado en los laboratorios de JPL. «Esperamos que el suministro de energía aumente al pasar la tormenta, aunque nos mantendremos atentos», ha manifestado Callas. «Spirit se mantiene en energía positiva con márgenes saludables de suministro y las baterías cargadas», añadió.
Las últimas imágenes enviadas por el Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) que gira en torno al planeta como complemento del trabajo de los vehículos exploradores muestran un desplazamiento de una de las tormentas, al tiempo que se ha reducido su intensidad, dijeron desde el JPL.
Los dos vehículos han enviado hasta ahora más de 250.000 imágenes de Marte así como 36 gigabytes de información sobre la geología y la atmósfera del planeta, incluyendo la confirmación de que el planeta albergó agua en su pasado remoto.
Desde 2004, cuando llegaron a extremos opuestos del planeta, han recorrido 21 kilómetros del agreste terreno marciano superando las temperaturas extremas, que van desde los 20 grados centígrados a los 100 grados bajo cero. «Estos vehículos son increíblemente resistentes, considerando el ambiente extremo que experimentan sus equipos», señaló Callas.
Aunque el proyecto se realizó a un costo de 820 millones de dólares, con un objetivo puramente científico, con el paso de los años se ha convertido en algo mucho más grande, según Steve Squyres, científico de la Universidad Cornell y su principal investigador. Sus viajes han pasado a ser «la primera expedición terrestre en otro planeta». «Cuando la gente recuerde este período de la exploración de Marte en las próximas décadas, Spirit y Opportunity serán considerados importantes no sólo por los resultados científicos, sino por ser los primeros que exploraron su superficie».
Fuente: Aportado por Eduardo J. Carletti
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