¿Puede haberse saboteado a sí mismo desde el futuro el mismo Gran Colisionador de Hadrones?
Esto es lo que sugieren un par de físicos teóricos razonablemente distinguidos, que han recibido un respaldo en el New York Times de hoy.
En realidad, quien está haciendo el sabotaje es el bosón de Higgs. Al parecer, entre las muchas propiedades singulares del Higgs que intenta descubrir el LHC podría estar la capacidad de retroceder en el tiempo para evitar que se queme su cubierta.
O por lo menos así lo dice el New York Times:
«…el hipotético bosón de Higgs… podría ser tan detestable para la naturaleza que su creación haría ondas hacia atrás en el tiempo y detendría el acelerador antes de que se pudiera crear uno, como un viajero del tiempo que va atrás en el tiempo para matar a su abuelo».
Esa es la razón definitiva, sugiere el duo —el pionero danés de la teoría de cuerdas Holger Bech Nielsen y el físico japonés Masao Ninomiya—, por el cual el Congreso detuvo la financiación del súper colisionador superconductor (Superconducting Super Collider) de EEUU en 1993, y es por eso qie el LHC ha sufrido en carne propia una vergonzoza fusión poco después de la puesta en marcha el año pasado.
Leyendo el primer artículo científico de hace un par de años, y la continuación de la semana pasada, no queda muy claro cómo o por qué el bosón de Higgs se las ingenia para influir en la mente de los congresistas, o para hacer que los imanes del LHC se sobrecalienten desde su situación temporal del descubrimiento, ubiicada en el futuro.
«Incluso el tratar de considerar cómo se podrían lograr tales hazañas hace que mis propios imanes se sobrecalienten», dice Richard Webb, editor de Física de New Scientist.
Los autores aclaran un poco el misterio al describir el punto de partida de su modelo como «una serie de suposiciones no totalmente convincentes, pero sugerentes».
Algunos rincones más excitables de la blogosfera de la física han sido mucho menos educados acerca de la teoría.
Aún más divertida es la sugerencia de Nielsen y Ninomiya de cómo se puede comprobar su teoría con un juego de cartas.
En primer lugar, tome un millón o más de tarjetas, cada una con un destino futuro para el LHC garabateado en ella. Haz que digan mayoritariamente «seguir adelante», pero añade una o dos que digan «cerrar la cosa». Si usted justo retira al azar una de las que dicen «cerrar», usted tiene una prueba bastante buena de que el bosón de Higgs está tratando de decirle algo desde el futuro.
No sé qué sucede si uno desobedece la advertencia: tal vez ahí es donde la cosa con el agujero negro se come el mundo del porvenir.
«No estoy seguro de que nadie de los que están a cargo necesite mi consejo sobre esto», dice Richard Webb, «pero yo estaría tentado de seguir adelante de todos modos con el reinicio del LHC, sólo por la remota posibilidad de que Nielsen y Ninomiya estén equivocados.
Si la cosa sigue fallando, por lo menos tienes la excusa perfecta: no fui yo, fue el bosón de Higgs.
Fuente: News Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti