Dos astrónomos del Reino Unido dicen que, aún al mayor radiotelescopio que se está construyendo, costará mucho detectar civilizaciones extraterrestres como la nuestra
Sus cálculos indican que cuando el Conjunto del Kilómetro Cuadrado (SKA) empiece a funcionar en el 2022, resultará difícil sintonizar señales de radio procedentes de civilizaciones alienígenas que posean una tecnología similar a la terrestre. El hallazgo, dicen, es una prueba más de que los científicos deberían adoptar un enfoque multidisciplinario para la búsqueda de vida alienígena, sin basarse únicamente en detectar señales de radio.
La Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI) ha escuchado pacientemente la galaxia a la búsqueda de posibles señales alienígenas desde hace más de 50 años, hasta ahora sin éxito. El SKA, que tiene entre sus muchos objetivos científicos esta búqueda, se unirá al esfuerzo en el 2022, con la esperanza de responder a la vieja cuestión de si nuestra civilización es realmente única.
Sin embargo, una investigación de Duncan Forgan, de la Universidad de Edimburgo, y Bob Nichol, de la Universidad de Portsmouth, indica que las posibilidades de que se encuentren con él civilizaciones como la humana son ínfimas: sólo una en 10 millones.
Ellos crearon un modelo en computadora con una simulación de galaxia del tipo de la Vía Láctea para ver cuántas civilizaciones inteligentes podría alojar. «Queríamos aportar una evaluación lo más sólida posible del uso de los más recientes radiotelescopios dedicados a SETI», le dijo Forgan a Physics World. El dúo puso a cocinar los más recientes datos sobre, entre otras cosas, la evolución estelar, la formación de sistemas planetarios y zonas habitables, el área alrededor de una estrella lo suficientemente cálida como para que un planeta posea agua líquida en su superficie.
10.000 civilizaciones por galaxia
Para calcular el mejor escenario para que el SKA tenga éxito, supusieron con optimismo que si un planeta como la Tierra está situado en la zona habitable, siempre albergaría vida inteligente. A partir de esto pudieron poblar la galaxia con vida inteligente, asignando a las estrellas propiedades aleatorias con una distribución estadística. Luego de correr su modelo 30 veces, encontraron que una galaxia promedio sería hogar de unas 10.000 civilizaciones inteligentes.
«Ahora tenemos un grupo de datos de civilizaciones galácticas a lo largo del tiempo y el espacio», dice Forgan. «Pero hay factores que pueden evitar que se pueda escuchar a una civilización: la civilización se podría autodestruir o ser extinguida a causa del impacto de un asteroide. Sin embargo, es más probable que un avance en su tecnología los hicera difíciles de detectar», añadió.
En la Tierra, hemos estado emitiendo señales de radio al espacio durante casi un siglo y cualquier civilización cercana podría espiar nuestras señales. En efecto, el SKA nos podría detectar si estuviésemos en algún punto hasta 100 pársecs —que son 326 años luz— de distancia. Sin embargo, conforme se desarrolla nuestra tecnología y decrece la potencia que se necesita para generar las señales, pasamos de un planeta «estruendoso» en radio a uno «tranquilo».
Demasiado viejo para radiar a todo volumen
Con estos factores en mente, Forgan y Nichol combinaron sus resultados respecto a la población galáctica con las restricciones de las extinciones masivas, en base al registro fósil de la Tierra, y la idea de que una civilización es «estruendosa en radio» sólo en sus primeros 100 años. Encontraron que la posibilidad de comunicación radial entre nosotros y un mundo similar a la Tierra o una civilización que ha tenido una corta vida, dentro del límite de sensibilidad de 100 pársecs del SKA, es de una en 10 millones.
Sin embargo, estos resultados sólo se aplican a civilizaciones con tecnología similar a la nuestra; no excluye que nos tropecemos con señales de una civilización mucho más desarrollada. «Ésta es sólo una pequeña parte de SETI. Otras búsquedas SETI trabajan suponiendo que buscan civilizaciones de vida más extensa que emiten, con el propósito que sea, una radiación más potente», señala Alan Penny, investigador SETI en la Universidad de St. Andrews.
A Forgan le gustaría ver más recursos dedicados a otros métodos para apoyar y complementar las búsquedas SETI. «La forma en que se encara SETI es bastante unidimensional. Siempre habrá un lugar para la comunicación de radio, pero nos estamos aproximando a un límite y deberíamos encontrar otras maneras de intertarlo”, dijo.
Esta investigación fue aceptada para publicarla en International Journal of Astrobiology y el borrador se puede hallar en arXiv.
Fuente: Physics World. Aportado por Eduardo J. Carletti
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