El 4 de noviembre la nave Deep Impact pasó a 700 km. del cometa Hartley 2. El primer análisis de las fotografías muestra una tormenta de nieve. Fue causada por chorros de dióxido de carbono, según la NASA. Es la primera vez que observan algo así en la superficie de un cometa
El encuentro se produjo el pasado 4 de noviembre. La nave espacial Deep Impact pasó a sólo 700 kilómetros del cometa Hartley 2, una distancia que le permitió obtener detalladas fotografías que están empezando a ser analizadas.
Los primeros resultados fueron adelantados el jueves por la NASA. Según explicaron los científicos en rueda de prensa, la información obtenida por la misión EPOXI (Extrasolar Planet Observation and Deep Impact Extended Investigation) está aportando reveladores datos sobre la naturaleza de los cometas e incluso de los planetas.
Los investigadores han podido relacionar los chorros de polvo y gas con determinadas características de la superficie del cometa.
Chorros de dióxido de carbono
Así, las imágenes muestran una tormenta de nieve en la zona rocosa situada en el extremo del cometa. El hielo fue provocado por chorros de dióxido de carbono que expulsaban abundantes copos de nieve de diversos tamaños (desde un tamaño equivalente al de una pelota de ping-pong al de un balón de baloncesto). A pesar de que algunos copos eran muy grandes, no eran bloques sólidos sino porosos y esponjosos. Al mismo tiempo, un proceso distinto hizo que el vapor de agua escapase de un área llana situada en la parte intermedia del planeta.
«Se trata de la primera vez que vemos pedazos de hielo en un cometa, así como chorros de dióxido de carbono», aseguró Michael A’ Hearn, el principal investigador de esta misión en la Universidad de Michigan.
En julio de 2005, la nave Deep Impact lanzó un misil contra el cometa Tempel 1. A’ Hearn afirma que, a pesar de que las buscaron, en aquella ocasión no encontraron partículas de nieve alrededor del cometa.
Distinto a Tempel 1
Hartley 2 es distinto a Tempel 1 y a los otros tres cometas que han sido fotografiados por naves espaciales (Borrelly, Wild 2 y Halley). El cometa Grigg-Skjellerup fue visitado por una nave pero no se obtuvieron imágenes.
El dióxido de carbono parece ser la clave para entender la naturaleza de Hartley 2, que está situado a una distancia de unos 17 millones de kilómetros de la Tierra.
En Tempel 1, la nave espacial encontró chorros de vapor de agua similares a los que se han hallado en la zona central de Hartley 2. Sin embargo, no había rastros de dióxido de carbono o de trozos de hielo.
Según la NASA, el dióxido de carbono de Hartley 2 explica por qué las distintas regiones del cometa (la zona rocosa y la zona llana) responden de manera diferente a la radiación solar y por qué tienen diferentes mecanismos por los que el agua escapa desde el interior del cometa.
Fuente: El Mundo. Aportado por Eduardo J. Carletti
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