Se deslizan por el suelo alimentándose de materia vegetal en descomposición. La gran pregunta es cómo logran orientarse
Aunque carecen de cerebro, los organismos conocidos como mohos mucilaginosos utilizan una forma de memoria espacial para navegar, según un nuevo estudio. En el pasado se pensaba que estos mohos eran hongos, pero actualmente se clasifican como protistas.
Científicos en Australia estudiaron estos organismos en un experimento utilizado normalmente para probar el desempeño de robots. Los investigadores constataron que estos mohos pueden utilizar las pistas que van dejando con sustancias viscosas para navegar y encontrar una fuente de alimento.
El moho mucilaginoso logra orientarse con sus propias pistas de sustancias viscosas, en un método parecido al de Hansel y Gretel
El método utilizado por los organismos fue comparado por los científicos al de Hansel y Gretel, que hallaron su camino de regreso siguiendo las huellas que habían marcado con trozos de pan. «Hemos mostrado por primera vez que un organismo unicelular sin cerebro usa memoria espacial externa para navegar en un ambiente complejo», dijo Christopher Reid, de la Escuela de Biología de la Universidad de Sidney, autor principal del estudio.
Navegación reactiva
«Los llamado mohos mucilaginosos no son ni un hongo ni un moho, sino protistas, una parte del mundo natural que no encaja con el resto de nuestro sistema de agrupación taxonómica», dijo Reid. «Todo el organismo está compuesto por tejidos que constantemente se están expandiendo o contrayendo, utilizando un mecanismo similar al de las células en nuestros tejidos musculares. Son organismos verdaderamente extraños y sin embargo están por todas partes, alimentándose de bacterias, hongos y levaduras».
Estos organismos pueden hallarse en el suelo o en bosques caducifolios y algunos son acuáticos.
El experimento se inspiró en pruebas realizadas con robots que utilizan un mecanismo de retroalimentación respondiendo a datos de su ambiente inmediato para navegar obstáculos o evitar trampas. Esta navegación reactiva permite a los robots navegar sin un mapa y los mohos mucilaginosos usan el mismo método.
En la prueba, los científicos hicieron que los organismos intentaran sortear una barrera en forma de U. A medida que se desplazan los mohos mucilaginosos dejan una pista de sustancias viscosas traslúcidas y cuando buscan alimento, evitan áreas ya marcadas por la sustancia, reconociendo sitios que ya han explorado.
«Cuando colocamos el desafío de la barrera en forma de U encontramos que su habilidad de navegar dependía en gran medida de la posibilidad de usar esa memoria externa», señaló Reid.
Pistas químicas
En el experimento, el 96% de los mohos mucilaginosos estudiados logró llegar hasta una fuente de alimento, tardando un promedio de 57 horas para lograrlo. Pero cuando los investigadores cubrieron todo el platillo Petri con sustancias viscosas de forma que los organismos no pudieran identificar sus pistas, solo el 33% logró llegar a su meta tardando hasta 120 horas.
«Sin el beneficio de la memoria, los mohos mucilaginosos pasaron un tiempo hasta 10 veces superior reexplorando áreas en las que ya habían estado», dijo Reid.
El estudio es el primero que identifica un sistema de memoria en un organismo que no tiene cerebro o sistema nervioso central. El científico señaló que el descubrimiento podría «ayudar a comprender cómo la memoria de los organismos multicelulares puede haber evolucionado a partir del uso de pistas químicas, antes del desarrollo de sistemas de memoria interna».
«Otros estudios han demostrado, por ejemplo, cómo las hormigas dejan pistas de sustancias químicas o feromonas, cuestionando la afirmación de que orientarse requiera habilidades espaciales sofisticadas. Ahora hemos dado un paso más mostrando que incluso un organismo sin un sistema nervioso central puede navegar ambientes complejos con la ayuda de memoria externa».
Los científicos esperan ahora continuar explorando las habilidades de los mohos mucilaginosos.
«Estos organismos unicelulares nos han sorprendido continuamente hallando su camino en laberintos y anticipando eventos», dijo Reid a la BBC. «Son seres extraordinarios que están redefiniendo nuestra noción de qué significa la palabra ‘inteligencia'».
El estudio fue publicado en la revista de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, Proceedings of the National Academy of Sciences, PNAS
Robótica
El algoritmo de navegación es la clave para que un robot móvil se pueda mover en un entorno. Existen dos grandes grupos de algoritmos de navegación: Por un lado, están los algoritmos basados en información completa o mapas del entorno donde van a moverse, por otro se encuentran los algoritmos basados en información incompleta o reactiva. Estos últimos constituyen una de las técnicas más interesantes en robótica móvil, pues en la mayoría de los casos los robots no dispondrán de un mapa del entorno sobre el que se van a mover.
El hecho de que los algoritmos reactivos no posean información previa sobre el entorno, implica que el robot deberá de tener un sistema sensorial adecuado y fiable, que permita a los algoritmos de control “conocer”, a medida que se mueve el robot, datos sobre el entorno para poder tomar decisiones. Además otra de las características más importantes de este tipo de técnicas es que se deberá tener una política clara de actuación y decisión, es decir, qué hacer cuando cierto sensor esté activo, qué hacer si los sensores no devuelven información sobre el entorno, etc.
Fuente: BBC Mundo. Aportado por Eduardo J. Carletti
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