Scotland Yard abre una investigación internacional. Un ministro habla de «conspiración de implicaciones internacionales». Las autoridades británicas harán pruebas en decenas de escuelas y hospitales. El Gobierno ha pedido ayuda a la Europol para abordar el escándalo
Scotland Yard ha decidido abrir una investigación por el escándalo de la carne de caballo, reactivado ayer tras el hallazgo de carne equina en la lasaña congelada de la marca Findus en el Reino Unido. El origen de la «contaminación» ha sido esta vez una planta de procesamiento francesa, Conigel, que exporta sus productos a 15 países europeos.
Owen Paterson, el ministro de Medio Ambiente, ha advertido que puede tratarse de «una conspiración de implicaciones internacionales», mientras las autoridades británicas se disponen a hacer pruebas en decenas de escuelas y hospitales para detectar la posible presencia de ADN de caballo en la carne picada.
La voz de alarma la dio ayer la Agencia de Alimentación Británica (FSA) tras los análisis que descubrieron niveles del 60% al 100% de carne de caballo en la lasaña congelada de Findus, que decidió retirar el producto de los supermercados dos días después de conocer la noticia.
La FSA ha admitido que estamos ante un caso de «flagrante negligencia o de contaminación deliberada de la cadena alimenticia». El ministro de Alimentación y Agricultura, David Heath, adelantó por su parte que se exigirán responsabilidades penales por el posible fraude alimenticio, detectado por primera vez hace un mes en las hamburguesas de vacuno procesadas en la planta irlandesa ABP/Silvercrest.
La parlamentaria laborista Mary Creagh reconoció entre tanto que tiene información confidencial sobre la existencia de una red de compañías británicas supuestamente implicadas en el comercio ilegal de carne de caballo. «Voy a compartir esta información con la policía para asegurarnos de que haya una investigación completa sobre esta conducta delictiva», dijo Creagh.
La FSA ha extendido entre tanto sus análisis a otras marcas de hamburguesas, lasañas y espaguetis a la boloñesa, ante el temor de que estén también contaminadas con carne equina. Las pruebas podrían extenderse a la carne servida en escuelas y hospitales. Cow and Gate, fabricante de comida para bebés, ha anunciado también que hará pruebas para garantizar que sus productos no están contaminados.
Hamburguesas retiradas
Las autoridades británicas han pedido asistencia a la Europol. El escándalo estalló en Irlanda y Gran Bretaña —donde un millón de hamburguesas fueron retiradas de los supermercados— y fue atribuido es última instancia a suministradores de origen. En España y en Suecia se ha detectado también el ADN de caballo en productos de carne vacuna.
La FSA pondrá también a partir de ahora un especial énfasis en rastrear la posible presencia en la carne equina de fenilbutazona, un antinflamatorio usado por los veterinarios y que está prohibido en la cadena alimenticia humana. Hasta el momento, los resultados han sido negativos y la FSA insiste en que no ha habido riesgos para la salud.
Fuente: El Mundo. Aportado por Eduardo J. Carletti
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