Las grandes cosas vienen en paquetes pequeños. Los pequeños robots que se observan en el video pueden transportar cosas que pesan más de 100 veces su propio peso. Estos robots súper fuertes —construidos por ingenieros mecánicos de la Universidad de Stanford en California— se presentarán el próximo mes en la Conferencia Internacional de Robótica y Automatización (International Conference on Robotics and Automation) en Seattle, Washington
El secreto está en el mecanismo adhesivo que se ha colocado en los pies de los robots. Su diseño está inspirado en los geckos, que tienen legendarias habilidades para escalar en el reino animal. El mecanismo adhesivo está cubierto de pequeños filamentos de goma que se agarran firmemente sobre la pared cuando los robots trepan. Cuando se les aplica presión, los filamentos se curvan, aumentan el área de su superficie, y con ello su capacidad de adhesión. Cuando el robot retira su pie hacia arriba, los filamentos se enderezan y entonces se desprenden con facilidad.
Los robots también se mueven con un estilo que se tomó prestado de la biología. Al igual que algunos gusanos, el robot desliza una almohadilla hacia adelante, mientras que otra permanece en el lugar para dar apoyo a la pesada carga. Esto ayuda a evitar que el robot caiga por errar un paso, y lo sostiene sin necesidad de utilizar una preciosa energía.
Levantar objetos pesados
Todo esto le aporta a los robots una importante fuerza. Por ejemplo, un robot de 9 gramos puede izar más de un kilogramo mientras sube. En este video está llevando cargado a Stickybot, el primer gecko robot construido en el laboratorio de Stanford en el año 2006.
Otro pequeño robot escalador pesa sólo 20 miligramos, pero puede llevar a 500 miligramos, una carga de más o menos la escala de un clip de papel de alambre. El ingeniero Elliot Hawkes construyó el robot bajo el microscopio, utilizando pinzas para juntar las piezas.
La proeza de fortaleza más impresionante viene de un robot terrestre apodado µTug. A pesar de que pesa sólo 12 gramos, puede arrastrar un peso 2.000 veces mayor: «lo mismo que arrastrar una ballena azul», explica David Christensen, quien está en el mismo laboratorio.
El equipo cree que en el futuro unas máquinas como éstas podrían ser útiles para transportar cosas pesadas en las fábricas o en la construcción. También podrían ser útiles en caso de emergencias: por ejemplo, se podría llevar una escalera de soga hasta una persona atrapada en un piso alto en un edificio en llamas.
Pero para tareas como éstas, los ingenieros pueden tener que empezar a colocar sus adhesivos en robots todavía más grandes, y por lo tanto más potentes. «Si usted se da la oportunidad, puede hacer algunas cosas muy sorprendentes», dice Christensen.
Fuente: New Scientist y Univ. Stanford. Aportado por Eduardo J. Carletti
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