Graficando la lenta muerte del Universo

Un equipo internacional de astrónomos, estudiando más de 200.000 galaxias, ha medido la energía generada dentro de una enorme zona del espacio con una precisión nunca antes alcanzada. Se trata de la evaluación más completa de la emisión de energía del universo cercano. El equipo confirma que la energía producida hoy en una sección del Universo es sólo la mitad de lo que era hace dos mil millones de años y ha revelado que esta disminución tiene lugar en todas las longitudes de onda, desde el ultravioleta hasta el infrarrojo lejano. El Universo está muriendo lentamente.

El estudio incluye observaciones de muchos de los telescopios más potentes del mundo, entre ellos los telescopios de sondeo de ESO, VISTA y VST, en el Observatorio Paranal (Chile). Se realizaron observaciones de soporte con dos telescopios espaciales en órbita operados por la NASA (GALEX y WISE) y con otro que pertenece a la ESA, Agencia Espacial Europea (Herschel) [1].

La investigación forma parte del proyecto GAMA (Galaxy And Mass Assembly), el mayor sondeo conjunto en múltiples longitudes de onda hecho hasta ahora.

«Utilizamos todas las instalaciones terrestres y espaciales a nuestro alcance para medir la emisión de energía de más de 200.000 galaxias en cuantas longitudes de onda nos fue posible«, afirma Simon Driver (ICRAR, Universidad de Australia Occidental), que dirige el gran equipo de GAMA.

Los datos del sondeo, dados a conocer hoy a los astrónomos de todo el mundo, incluyen las medidas de la emisión de energía de cada galaxia en 21 longitudes de onda, desde el ultravioleta hasta el infrarrojo lejano. Este conjunto de datos ayudará a los científicos a comprender mejor cómo se forman y evolucionan los diferentes tipos de galaxias.

Toda la energía del universo fue creada en el Big Bang, con parte de la misma en forma de masa. Las estrellas brillan porque transforman su masa de nuevo en energía, tal y como describe la conocida ecuación de Einstein E=mc2 [2]. El estudio de GAMA propone modelar y crear un mapa de toda la energía generada dentro de un gran volumen de espacio actualmente y en diferentes momentos en el pasado.

«Mientras que la mayoría de la energía que se encuentra dispersa alrededor del Universo surgió después del Big Bang, la energía adicional es generada de manera constante por las estrellas a través de la fusión de elementos como hidrógeno y helio juntos», afirma Simon Driver. «Esta nueva energía es, o bien es absorbida por el polvo que viaja por la galaxia anfitriona, o bien escapa hacia el espacio intergaláctico y viaja hasta que choca con algo, como otra estrella, un planeta o, muy ocasionalmente, un espejo de telescopio«.

El hecho de que el Universo se esté apagando lentamente se conoce desde finales de los 90, pero este trabajo muestra que está ocurriendo en todas las longitudes de onda, desde el ultravioleta al infrarrojo, lo cual representa la evaluación más completa de la emisión de energía del universo cercano.

«De aquí en adelante, el Universo irá decayendo, envejeciendo lentamente. Básicamente, el Universo se ha sentado en el sofá, se ha tapado con una manta y está a punto de dar una cabezada para echarse una siesta eterna«, concluye Simon Driver.

El equipo de investigadores pretende ampliar el trabajo con el fin de obtener un mapa de la producción de energía a lo largo de toda la historia del Universo, utilizando para ellos nuevas instalaciones, como el radiotelescopio más grande del mundo, el Square Kilometre Array, que se construirá en Australia y Sudáfrica durante la próxima década.

El equipo presentará este trabajo en la XXIX Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional (IAU), que tendrá lugar en Honolulu (Hawaii) el lunes, 10 de agosto de 2015.

Notas

[1] Los telescopios y sondeos utilizados, en orden de tamaño de longitud de onda, han sido: GALEX, SDSS, VST (KiDS survey), AAT, VISTA (VIKING survey)/UKIRT, WISE, Herschel (PACS/SPIRE).

[2] Gran parte de la producción de energía del Universo proviene de la fusión nuclear en estrellas, que lentamente convierte masa en energía. Otra fuente importante son los discos muy calientes que hay alrededor de los agujeros negros que se encuentran en los centros de las galaxias, donde la energía gravitatoria se convierte en radiación electromagnética de cuásares y otros núcleos galácticos activos. Hay radiaciones de longitudes de onda mucho más largas que provienen de las enormes nubes de polvo que irradian de nuevo la energía de las estrellas de su interior.

Información adicional

Este trabajo de investigación se presenta en el artículo científico titulado «Galaxy And Mass Assembly (GAMA): Panchromatic Data Release (far-UV-far-IR) and the low-z energy budget», por S. Driver et al., enviado a la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. También será objeto de una charla y una rueda de prensa en la Asamblea General de la IAU (Unión Astronómica Internacional) que tendrá lugar en Hawaii el 10 de agosto de 2015.

El equipo está formado por Simon P. Driver (ICRAR; Universidad de Australia Occidental, Crawley, Western Australia; Australia [ICRAR]; Universidad de St Andrews; Reino Unido); Angus H. Wright (ICRAR); Stephen K. Andrews (ICRAR); Luke J. Davies (ICRAR); Prajwal R. Kafle (ICRAR); Rebecca Lange (ICRAR); Amanda J. Moffett (ICRAR); Elizabeth Mannering (ICRAR); Aaron S. G. Robotham (ICRAR); Kevin Vinsen (ICRAR); Mehmet Alpaslan (Centro de Investigación Ames de la NASA, Mountain View, California, EE.UU.); Ellen Andrae (Instituto Max Planck de Físina Nuclear, Heidelberg, Alemania [MPIK]); Ivan K. Baldry (Universidad de Liverpool John Moores, Liverpool, Reino Unido); Amanda E. Bauer (Observatorio Astronómico Australiano, North Ryde, NSW, Australia [AAO]); Steve Bamford (Universidad de Nottingham, Reino Unido); Joss Bland-Hawthorn (Universidad de Sydney, NSW, Australia); Nathan Bourne (Instituto de Astronomía, Universidad de Edimburgo, Real Observatorio, Edimburgo, Reino Unido); Sarah Brough (AAO); Michael J. I. Brown (Universidad Monash, Clayton, Victoria, Australia); Michelle E. Cluver (Universidad de Western Cape, Bellville, Sudáfrica); Scott Croom (Universidad de Sydney, NSW, Australia); Matthew Colless (Universidad Nacional Australiana; Canberra; ACT; Australia); Christopher J. Conselice (Universidad de Nottingham; Reino Unido); Elisabete da Cunha (Universidad Macquarie; Sídney NSW; Australia); Roberto De Propris (Universidad de Turku; Piikkiö; Finlandia); Michael Drinkwater (Universidad Queensland de Tecnología; Brisbane; Queensland; Australia); Loretta Dunne (Instituto de Astronomía, Universidad de Edimburgo, Real Observatorio, Edimburgo, Reino Unido; Universidad de Cardiff, Cardiff, Reino Unido); Steve Eales (Universidad de Cardiff, Cardiff, Reino Unido); Alastair Edge (Universidad de Durham, Durham, Reino Unido); Carlos Frenk (Universidad de Durham, Durham, Reino Unido); Alister W. Graham (Universidad Macquarie, Sydney NSW, Australia); Meiert Grootes (MPIK); Benne W. Holwerda (Observatorio de Leiden, Universidad de Leiden, Leiden, Países Bajos); Andrew M. Hopkins (AAO) ; Edo Ibar (Universidad de Valparaíso, Valparaíso, Chile); Eelco van Kampen (ESO, Garching, Alemania); Lee S. Kelvin (Universidad John Moores de Liverpool, Liverpool, Reino Unido); Tom Jarrett (Universidad de Ciudad del Cabo, Rondebosch, Sudáfrica); D. Heath Jones (Universidad Macquarie, Sídney; NSW; Australia); Maritza A. Lara-López (Universidad Nacional Autónoma de México, México); Ángel R. López-Sánchez (AAO); Joe Liske (Observatorio de Hamburgo, Universidad de Hamburgo, Hamburgo, Alemania); Jon Loveday (Universidad de Sussex, Falmer, Brighton, Reino Unido); Steve J. Maddox (Instituto de Astronomía; Universidad de Edimburgo, Real Observatorio, Edimburgo, Reino Unido; Universidad de Cardiff, Cardiff, Reino Unido); Barry Madore (Observatorios de la Institución Carnegie de Washington, Pasadena, California, EE.UU. [OCIW]); Martin Meyer (ICRAR) ; Peder Norberg (Universidad de Durham, Durham, Reino Unido); Samantha J. Penny (Universidad de Portsmouth, Portsmouth, Reino Unido); Stephen Phillipps (Universidad de Bristol, Bristol, Reino Unido); Cristina Popescu (Universidad de Lancashire Central, Preston, Lancashire); Richard J. Tuffs (MPIK); John A. Peacock (Instituto de Astronomía, Universidad de Edimburgo, Real Observatorio, Edimburgo, Reino Unido); Kevin A.Pimbblet (Universidad Monash, Clayton, Victoria, Australia; Universidad de Hull, Hull, Reino Unido); Kate Rowlands (Universidad de St Andrews, Reino Unido); Anne E. Sansom (Universidad de Lancashire Central, Preston, Lancashire); Mark Seibert (OCIW); Matthew W.L. Smith (Universidad Queensland de Tecnología, Brisbane, Queensland, Australia); Will J. Sutherland (Universidad Queen Mary de Londres, Londres, Reino Unido); Edward N. Taylor (Universidad de Melbourne, Parkville, Victoria, Australia); Elisabetta Valiante (Universidad de Cardiff, Cardiff, Reino Unido); Lingyu Wang (Universidad de Durham, Durham, Reino Unido; SRON Instituto de Investigación Espacial de Países Bajos, Groningen, Países Bajos); Stephen M. Wilkins (Universidad de Sussex, Falmer, Brighton, Reino Unido) y Richard Williams (Universidad John Moores de Liverpool, Liverpool, Reino Unido).

El sondeo GAMA (Galaxy and Mass Assembly Survey), es una colaboración de casi 100 científicos de más de 30 universidades ubicadas en Australia, Europa y los Estados Unidos.

ICRAR es una empresa conjunta en la que participan la Universidad de Curtin y la Universidad de Australia Occidental con el apoyo y la financiación del gobierno del estado de Australia Occidental.

 

 

ESO es la principal organización astronómica intergubernamental de Europa y el observatorio astronómico más productivo del mundo. Cuenta con el respaldo de dieciséis países: Alemania, Austria, Bélgica, Brasil, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal, el Reino Unido, República Checa, Suecia y Suiza, junto con el país anfitrión, Chile. ESO desarrolla un ambicioso programa centrado en el diseño, construcción y operación de poderosas instalaciones de observación terrestres que permiten a los astrónomos hacer importantes descubrimientos científicos. ESO también desarrolla un importante papel al promover y organizar la cooperación en investigación astronómica. ESO opera en Chile tres instalaciones de observación únicas en el mundo: La Silla, Paranal y Chajnantor. En Paranal, ESO opera el Very Large Telescope, el observatorio óptico más avanzado del mundo, y dos telescopios de rastreo. VISTA (siglas en inglés de Telescopio de Rastreo Óptico e Infrarrojo para Astronomía) trabaja en el infrarrojo y es el telescopio de rastreo más grande del mundo, y el VST (VLT Survey Telescope, Telescopio de Rastreo del VLT) es el telescopio más grande diseñado exclusivamente para rastrear el cielo en luz visible. ESO es el socio europeo de un revolucionario telescopio, ALMA, actualmente el mayor proyecto astronómico en funcionamiento del mundo. Además, cerca de Paranal, en Cerro Armazones, ESO está construyendo el E-ELT (European Extremely Large Telescope), el telescopio óptico y de infrarrojo cercano de 39 metros que llegará a ser «el ojo más grande del mundo para mirar el cielo».

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Enlaces

Fuente: ESO. Aportado por Eduardo J. Carletti

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