Un modelo que usa la ley de Moore (que se ha utilizado para evaluar el desarrollo de las computadoras) aplicada a la complejidad genética daría como resultado que la vida se originó antes de que se formara la Tierra
La llamada ley de Moore describe el comportamiento de la industria microleectrónica. Esta ley empírica establece que aproximadamente cada dos años se duplica el número de transistores de los circuitos integrados. Fue formulada por el cofundador de la empresa Intel, Gordon E. Moore, el 19 de abril de 1965.
En un principio establecía que la duplicación se hacía cada año, pero en 1975 modificó su propia ley y predijo que el ritmo bajaría hasta los 18 meses. En la actualidad se establece que es aproximadamente cada dos años. En cualquier caso, se trata de un ritmo exponencial. La consecuencia directa de esta ley es que los precios bajan al mismo tiempo que suben las prestaciones. Se espera que a comienzos de la próxima década la ley de Moore deje de cumplirse al alcanzarse los límites de la escala atómica.
Ahora, Richard Gordon (Gulf Specimen Marine Laboratory en Florida) y Alexei Sharov (National Institute on Aging en Baltimore) proponen que la evolución de la vida, o más bien complejidad biológica, sigue una ley parecida a la ley de Moore.
Las formas de vida más primitivas fueron microorganismos muy parecidos a las bacterias actuales. Más tarde la evolución descubrió la célula eucariota y los animales pluricelulares. Hasta ahora se admite que la vida apareció sobre la Tierra hace 2.500 millones de años, aunque algunos autores la sitúan en hace 3.800 millones de años. Pero los primeros seres pluricelulares aparecieron hace sólo 600 millones de años.
Asumiendo que la ley de Moore se puede aplicar a la complejidad genética de los organismos vivos, estos autores calculan que la duplicidad se da en este caso cada 376 millones de años a partir de los datos disponibles de diversos organismos.
El resultado más curioso que obtienen es que si extrapolan este comportamiento hacia el pasado el origen de la vida en la Tierra se daría hace 9.700 millones de años, con una margen de error de un par de miles de millones. Como la Tierra tiene unos 4.500 millones de años de edad esto significaría que el origen de la vida terrestre precedió a la propia Tierra. Es decir, se hubieran necesitado unos 5.000 millones de años para conseguir la primera bacteria.
Esto avalaría la idea de la panspermia, que propone que la vida viaja de un lado a otro del cosmos y que la vida terrestre vendría de otro lugar.
Sin embargo, estos investigadores admiten que sólo se trata de un ejercicio teórico. Puede que durante un tiempo la evolución de la vida terrestre haya seguido una ley de Moore, pero no necesariamente tuvo que ser así siempre.
Quizás al principio de la vida en la Tierra no se siguió el mismo ritmo y la evolución era aún más rápida. Esto permitiría encajar el resultado según lo asumido en la actualidad. Además, puede que durante ciertos periodos, como los llamado “bola de nieve” en el que el planeta estaba casi totalmente congelado, el ritmo de evolución se redujera grandemente. Otros eventos cataclismos o de extinción masiva pudieron retrasar durante un tiempo la evolución biológica global. El problema es que desconocemos si hubo estos eventos de extinción masiva antes de la aparición de la vida compleja, pues el registro fósil de extinciones masivas sólo se puede remontar hasta la aparición de vida compleja.
También pudiera ser que la idea de la panspermia fuera correcta. Gordon y Sharov señalan que las esporas de bacterias pueden congelarse y volver a la vida después de mucho tiempo y que el polvo y gas que formó el Sistema Solar pudo provenir en parte de otros sistemas solares previos. Esto permitiría la aparición de la vida en la Tierra por “sembrado” de estas esporas una vez el planeta se enfrió lo suficiente. Esto explicaría, además, la aparición tan pronta de la vida en la Tierra.
Obviamente esto no soluciona el problema de cómo puede aparecer la vida a partir de compuestos simples, pues la panspermia simplemente relega el problema a un tiempo anterior.
Estos investigadores proponen que un día se pueda hacer una replicación desde cero del origen de la vida que emule una acumulación de raros eventos. Si esto es así, las estimaciones de la ecuación de Drake no serían correctas y sólo ahora empezaría a aparecer la vida inteligente en el Universo. Esto explicaría la paradoja de Fermi, según la cual ya tendríamos noticias de otras civilizaciones avanzadas y no es así.
Según ellos, si la teoría de la panspermia fuese correcta tendría un importante impacto, entre otras cosas, sobre el pensamiento religioso.
Proponen que, una vez conseguida la primera célula con capacidad de replicación, la evolución de organismos más avanzados se habría acelerado a través sistemas de procesamiento de información adicionales como la memoria epigenética, cerebro multicelular, lenguaje, libros, computadoras e Internet, etc.
Por último, los autores del trabajo especulan cómo será la evolución de la civilización humana en el futuro según distintos aspectos y sugieren que la complejidad en general de la civilización se duplica cada 20 años y que la tendencia continuará debido a la existencia de ciclos de retroalimentación positiva.
Fuente: Neofronteras y ArXiv. Aportado por Eduardo J. Carletti
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