Ray Bradbury, autor de Fahrenheit 451 y Crónicas Marcianas, entre otros 500 títulos, llega a los 90 años convencido de que hay que regresar a la Luna y colonizar Marte
Ray Douglas Bradbury cumple hoy noventa años y es considerado uno de esos hombres raros, cuya escritura ha cambiado la forma de pensar de distintas generaciones, mediante un corpus literario inolvidable donde brillan al menos tres piezas: Crónicas marcianas, Fahrenheit 451 y El hombre ilustrado, obras maestras ambientadas en una sociedad futura donde la palabra escrita está prohibida.
En una entrevista que el diario Los Ángeles Times realizó el pasado lunes al autor, señaló que Estados Unidos necesita de una “revolución” que ponga fin al excesivo gobierno con que cuenta. “Es necesario recordar que el gobierno debería ser del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.
Paradójicamente, Bradbury, que es considerado uno de los autores clásicos de ciencia ficción, junto a Isaac Asimov, declaró que no es un ardiente defensor de la tecnología. “Tenemos demasiados teléfonos móviles, demasiada Internet. Deberíamos desembarazarnos de estas máquinas, hay demasiadas”, expresó.
Y aprovechó para reprochar al gobierno del presidente Barack Obama que haya renunciado al proyecto de volver a la luna. “No debimos haber renunciado a eso. Debimos haber ido a la Luna e instalar allí una base para lanzar un cohete con destino a Marte, luego ir a Marte y colonizarlo”, expresó.
HISTORIAS. “Uno se da cuenta de que algunas historias, ya sean relatos, novelas cortas o novelas, se escriben como resultado de un único impulso, claro e inmediato. Otras se desgajan a partir de varios hechos a lo largo de la vida y se unen mucho más tarde para crear un conjunto”, escribió apenas en 2009 en su libro En algún lugar, su más reciente prosa.
En este volumen el autor recrea parte de su infancia, la cual por cierto estuvo llena de visiones y sueños terroríficos, incluso se sabe que desde los 12 años comenzó a escribir cuatro horas diarias para sofocar su imaginación, y vendió su primer relato a los 21.
Por ahora cuenta con más de quinientas obras publicadas, entre cuentos, novelas, obras de teatro y guiones, ejemplo de la imaginación americana en su punto más creativo. Así es como este autor se ha convertido en uno de los clásicos del siglo XX y XXI.
Entre los premios más importantes que ha recibido se encuentran el Gandalf de Fantasía en 1980, Jules Verne en 1984 y Bram Stocker en 1989 y 2003, así como una mención especial al Premio Pulitzer por su “distinguida, prolífica y profundamente influyente carrera como un incomparable autor de ciencia ficción y fantasía».
INCENDIO EN ALEJANDRÍA. Escritor de tiempo completo, Bradbury escribe todos los días, cada mañana, desde hace setenta años, y en su opinión “no hay necesidad de ir a la Universidad, donde no se aprende a escribir. Vayan más bien a las bibliotecas”, le comentó a la periodista Claudine Moular hace tres años.
“Lo que funda toda escritura es el amor, hacer lo que amamos y amar lo que hacemos. Olvidarse del dinero. En mis comienzos, yo ganaba 30 dólares por semana, y mi novia era rica, pero le pedí que hiciera voto de pobreza para casarse conmigo”, apuntó.
«Entonces» –dijo–, «no teníamos ni auto ni teléfono, vivíamos en un departamento pequeño en Venice, pero la estación de servicio de enfrente tenía una cabina telefónica. Iba corriendo a atender cuando sonaba y la gente creía que me llamaba a mi oficina. Yo les repito: Rodéense de personas que los quieran, y si no los quieren, échenlos”.
Por último, Bradbury ha confesado que la inspiración de Fahrenheit 451 se encuentra en el incendio de la biblioteca de Alejandría y los libros quemados por Hitler en Berlín.
Fuente: La crónica de hoy. Aportado por Silvia Angiola
Más información: