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Investigadores logran reducir el miedo durante el sueño

La memoria del miedo se redujo en las personas mediante una terapia de exposición una y otra vez mientras dormían, según una investigación, que se publica este domingo en Nature Neuroscience. Es la primera vez que se ha manipulado la memoria emocional en los seres humanos durante el sueño, informan sus autores, científicos de la Universidad de Northwestern, en Evanston, Illinois, Estados Unidos

El hallazgo ofrece potencialmente una nueva forma de mejorar el tratamiento típico durante el día para las fobias a través de terapia de exposición añadiendo el componente nocturno. La terapia de exposición es un tratamiento común para la fobia que implica una exposición gradual al objeto o situación temida hasta que se extinga el miedo.

«Es un hallazgo novedoso», dijo Katherina Hauner, becaria postdoctoral en Neurología en la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern. «Mostramos una pequeña pero significativa disminución en el miedo. El panorama general es que, tal vez, el tratamiento de las fobias se puede mejorar durante el sueño», agregó Hauner, quien hizo la investigación en el laboratorio de Jay Gottfried, profesor asociado de Neurología en Feinberg y autor principal del artículo.

Proyectos anteriores han demostrado que el aprendizaje espacial y motor de la secuencia de aprendizaje se pueden mejorar durante el sueño, pero se desconocía que las emociones se pueden manipular durante el sueño, recalcaron los autores del estudio, en el que participaron 15 sujetos humanos sanos.

Los participantes recibieron leves descargas eléctricas mientras veían dos caras diferentes, además de oler un olor específico (madera, clavo, zapatilla de deporte nueva, limón o menta) mientras visualizaban cada cara y eran sorprendidos, por lo que la cara y el olor se asociaron con el miedo.

Cuando un sujeto estaba dormido, se le expuso a una de las sustancias olorosas, pero en ausencia de las caras y sin sustos asociados. Esto se hizo durante el sueño de onda lenta, cuando se piensa que se produce la consolidación de la memoria. El sueño es muy importante para el fortalecimiento de nuevos recuerdos, según Hauner, también científico de investigación en el Instituto de Rehabilitación de Chicago, Estados Unidos.

«La exposición a un olor particular durante el sueño reactivó la memoria de la cara una y otra vez, algo que es similar al proceso de extinción del miedo durante la terapia de exposición», explicó Hauner. Cuando los sujetos se despertaron, fueron expuestos a dos caras y, al ver la cara relacionada con el olor al que habían estado expuestos a durante el sueño, sus reacciones de miedo fueron inferiores a sus reacciones de temor a la otra cara.

El miedo se midió de dos maneras: a través de pequeñas cantidades de sudor en la piel, similar a un detector de mentiras, y por medio de neuroimagen con fMRI (resonancia magnética funcional). Los resultados de fMRI mostraron cambios en las regiones asociadas con la memoria, como el hipocampo, y variaciones en los patrones de actividad cerebral en regiones asociadas con la emoción, tales como la amígdala. Estas modificaciones cerebrales muestran una disminución en la reactividad específica para la imagen facial asociada con el olor presentado durante el sueño.

Fuente: EurekAlert. Aportado por Eduardo J. Carletti

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Componen un enorme léxico de relaciones entre palabras y emociones en internet

El análisis de sentimientos en la red social depende de cómo se expresan los estados mentales en palabras. Ahora una nueva base de datos de las relaciones entre palabras y emociones podría darnos un mejor punto de partida para este tipo de análisis

Una de las frases más utilizadas en relación con la web social es el análisis de sentimientos. Esta es la capacidad de determinar la opinión o estado mental de una persona analizando las palabras que usan en Twitter, Facebook o cualquier otro medio.

Este método promete muchas cosas: la capacidad para medir el grado de satisfacción con los políticos, las películas y los productos; la capacidad de manejar mejor las relaciones con los clientes; la capacidad de crear diálogo para juegos basados en las emociones; la capacidad de medir el flujo de la emoción en las novelas, y mucho más.

La idea es automatizar completamente el proceso, analizando la avalancha de palabras producidas por los sitios webs sociales usando técnicas avanzadas de minado de datos para poder medir el sentimiento a gran escala.

Pero todo esto depende de nuestro grado de comprensión de la emoción y polaridad (ya sea positiva o negativa) que la gente asocia con cada palabra o combinación de palabras.

Saif Mohammad y Peter Turney del Consejo Nacional de Investigación de Canadá en Ottawa han develado una enorme base de datos de palabras con las emociones y la polaridad asociadas a ellas. Ellos la crearon de una forma rápida y barata usando el sitio web de crowdsourcing de Amazon Mechanical Turk. Afirman que este mecanismo de crowdsourcing sirve para aumentar el tamaño y la calidad de la base de datos de una manera sencilla y rápida.

La mayoría de los psicólogos creen que hay seis emociones básicas —alegría, tristeza, ira, miedo, asco y sorpresa— o un máximo de ocho si se incluyen la confianza y la expectación. Así que la tarea de cualquier léxico de palabras y emociones es establecer con qué fuerza se asocia una palabra a cada una de estas emociones.

Una forma de hacerlo es usar un pequeño grupo de expertos para que asocien emociones con series de palabras. Una de las bases de datos más famosa, creada en la década de 1960, y conocida como la base de datos de General Inquirer, tiene más de 11.000 palabras etiquetadas con 182 etiquetas distintas, incluyendo algunas de las emociones que los psicólogos consideran las más básicas.

Una base de datos más moderna es el Léxico WordNet Affect, que tiene unos cientos de palabras etiquetadas así. Este léxico contó con un pequeño grupo de expertos para que etiquetaran manualmente una serie de palabras «semilla» con las emociones básicas. El tamaño de la base de datos aumentó de forma drástica al asociar automáticamente las mismas emociones con todos los sinónimos de estas palabras.

Uno de los problemas derivados de estos métodos es el tiempo que lleva recopilar una gran base de datos, así que Mohammad y Turney probaron con un enfoque ligeramente distinto.

Estos investigadores seleccionaron unas 10.000 palabras de un tesauro existente y de los léxicos descritos anteriormente, y crearon una serie de cinco preguntas sobre cada palabra que revelarían las emociones y polaridad asociados con ella. Esto supone más de 50.000 preguntas.

A continuación hicieron estas preguntas a más de 2.000 personas o «Turcos», en el sitio web de Amazon Mechanical Turk (Turco Mecánico), pagando 4 centavos de dólar por cada serie de preguntas respondidas correctamente.

El resultado es un léxico completo de palabras-emociones para más de 10.000 palabras o frases de dos palabras que han bautizado EmoLex.

Un factor importante de esta investigación es la calidad de las respuestas que proporciona el crowdsourcing. Puede ser que algunos Turcos contesten al azar o incluyan respuestas erróneas a propósito.

Mohammad y Turney abordaron este problema insertando preguntas en el test que sirven para evaluar si el «Turco» está contestando bien o no. Si no, todos los datos de esa persona se ignoran.

Han probado la calidad de su base de datos comparándola con bases anteriores creadas por expertos y afirman que sale bien parada. «Comparamos un subconjunto de nuestro léxico con los datos estándar existentes para demostrar que las anotaciones obtenidas son de gran calidad», afirman.

Este enfoque tiene mucho potencial para el futuro. Mohammad y Turney afirman que debería ser relativamente fácil aumentar el tamaño de la base de datos y que la misma técnica se puede adaptar para crear léxicos parecidos en otros idiomas. Y todo ello se puede hacer por muy poco dinero, los investigadores solo gastaron 2.100 dólares (unos 1.600 euros) en Mechanical Turk para este trabajo.

La conclusión final es que el análisis de sentimientos solo será tan bueno como la base de datos de la que depende. Con EmoLex, los analistas tienen una nueva herramienta para su caja de trucos.

Ref: arxiv.org/abs/1308.6297: Crowdsourcing un Léxico de Asociación de Palabras y Emociones

Fuente: Technology Review. Aportado por Eduardo J. Carletti

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Facebook no es capaz de hacer felices a sus usuarios

Es la red social por antonomasia. Acoge en su seno a más de mil millones de personas, les conecta y les ofrece la posibilidad de compartir desde fotos a cotilleos. Pero Facebook no es capaz de hacer felices a sus usuarios. Al menos eso es lo que señala un reciente estudio estadounidense publicado en ‘PLoS One’

Según este trabajo, realizado en la Universidad de Michigan, analizando el uso de la red social se pueden predecir disminuciones en el estado de ánimo. «A priori, Facebook proporciona una incalculable fuente para completar la necesidad humana básica de conexión social», señala en una nota de prensa el psicólogo Ethan Kross, principal firmante del trabajo. Sin embargo, continúa el especialista, «en lugar de mejorar el bienestar, nuestra investigación ha encontrado que tiene el resultado contrario», subraya.

Para su análisis, el equipo de Kross reclutó a 82 jóvenes que habitualmente consultaban Facebook desde su móvil. También a través del teléfono, los investigadores contactaron con cada participante varias veces al día durante cinco jornadas y, a través de un cuestionario, les preguntaron cómo se sentían en ese momento, si estaban preocupados, si habían quedado con alguien y cuánto habían usado Facebook, entre otras cuestiones.

La evaluación de los datos puso de manifiesto que cuanto más usaban la red social, peor se sentían los individuos analizados en los momentos posteriores. En cambio, las interacciones cara a cara con otras personas no tenían ningún impacto negativo en su bienestar.

Aunque no han podido dilucidar el porqué de esta asociación, los investigadores sí descartaron que la clave estuviera en que los usuarios usaran más facebook en los momentos en los que ya se sentían mal.

«Algunos investigadores han especulado que el uso de redes sociales on line podría interferir con la actividad física o aumentar las comparaciones sociales dañinas», apuntan los investigadores como posibles hipótesis de la asociación.

«Nuestro análisis sólo indica que el uso de Facebook predice un descenso en dos componentes del bienestar subjetivo: cómo se siente la gente en cada momento y cómo de satisfecha está con su vida», comentan estos científicos, quienes reclaman investigaciones más completas sobre el influjo de las redes sociales sobre la psicología.

Fuente: Plos One y El Mundo. Aportado por Eduardo J. Carletti

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