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Buenos Aires para armar

Buenos Aires Próxima, Antología fantástica, Laura Ponce (compiladora), 200 páginas, ediciones Ayarmanot, Buenos Aires, 2014

Este libro reúne relatos que de un modo u otro se relacionan con Buenos Aires. Tratándose sobre todo de cuentos de ciencia ficción, no necesariamente se refieren a una urbe similar a la actual, sino también a ciudades futuras o paralelas.

Laura Ponce (1972), la antóloga de este trabajo, tiene una larga y fructífera experiencia en el campo de la ciencia ficción, y en Argentina es sin duda uno de los grandes referentes en este tema. Es la autora del notable libro de relatos «Cosmografía general» (editorial Outsider, 2015). Publicó además en numerosas antologías y revistas de Argentina, España, Cuba y Perú; formó parte del colectivo Pórtico CF, integró el grupo de dirección editorial de la revista Axxón, y actualmente del Centro de Ciencia Ficción y Filosofía. Asiste regularmente a charlas y convenciones, coordina talleres y escribe una columna mensual en el sitio de Amazing Stories, sobre Mujeres y Ciencia Ficción (la mujer como autora, lectora, temática y mirada dentro de la CF). También participa del programa de radio Contragolpe con una columna semanal: «Escribir CF y Género Fantástico hoy: Autogestionando el futuro». Es la fundadora del sello Ediciones Ayarmanot con el que editó dos revistas: Sensación!, dedicada al pulp, que llegó a cinco números (diciembre 2008 -enero 2010); y sobre todo Próxima, más enfocada en la c.f. actual, que nació en marzo del 2009, ya va por el número 27.

En el primer número de Sensación! había un relato de Jack Williamson, fue la única vez que se publicó a un autor no hispano. Por su parte, Próxima, desde su salida hasta ahora, ha publicado exclusivamente autores españoles y latinoamericanos. No es novedad que los autores hispanos de ciencia ficción venden mucho menos que sus pares anglosajones; ni siquiera aquellos que han ganado el premio UPC o el Minotauro han podido evitar que sus obras fuesen a parar a las mesas de liquidación. Pero no es un tema de calidad sino de costumbre. Existen autores y relatos muy meritorios que merecen nuestra atención. Algunas publicaciones muy buenas, como la argentina Cuásar, El Péndulo y la edición española de Asimov (estas últimas dos hoy desaparecidas) optaron por una mixtura de anglosajones e hispanos. Pero pocas revistas impresas lograron una trayectoria tan meritoria como la de Próxima apelando exclusivamente al material «autóctono». Y si algo ha sostenido a esta publicación de la vecina orilla, además del trabajo infatigable de su editora, es la calidad del material incluido. En este sentido, no exagero si digo que Próxima, como también lo hicieron en su momento Más Allá y El Péndulo, y como actualmente lo hacen NM, Axxón, y Cuásar, ha contribuido a crear en Argentina una escuela de ciencia ficción en español.

Buenos Aires Próxima

La presente antología, aunque se basó en la plataforma de autores de la revista Próxima, no utilizó relatos aparecidos en esta publicación, sino que se planteó el desafío de incluir solo material inédito. La consigna era que los relatos tuviesen que ver de alguna manera con la ciudad de Buenos Aires, en «un acto de recreación» y una «búsqueda de identidad y reflejo». «El sujeto y motor de ese viaje», apunta Laura Ponce, «es el Ser Humano. Y lo que se busca es a sí mismo».

El volumen, primer libro de ediciones Ayarmanot, consta de 12 relatos: Tango Bejerman (Juan Guinot), Quedarse afuera (Néstor Toledo), Fecunda (Claudia Cortalezzi), Luz azul (Pablo Martínez Burkett), El último chamán porteño (Luis Mazzarello), En el fondo (Ramiro Sanchiz), Mientras mientes (Laura Ponce), N. Bs. As. (Guillermo Echeverría de Mira y Teresa Mira de Echeverría), Con la correa corta (Hernán Domínguez Nimo), La máquina del doctor Landart (Juan Pablo Cozzi), Remake Theory #6 (Juan Manuel Candal) y Una nota que garpe (Néstor Darío Figueiras). Los argumentos son variados, pero entre los temas que se repiten y el lenguaje rioplatense, es posible encontrar claros signos de identidad. Hace ya varias décadas, el crítico Pablo Capanna señalaba que los argentinos escribían ciencia ficción a partir de la literatura anglosajona de ciencia ficción. Es discutible si esto fue cierto en determinado momento, pero claramente ya no lo es. En Argentina se escriben excelentes relatos del género, y con personalidad. No se escribe a partir de la literatura, sino a partir del propio medio. Si alguien podía tener dudas, este libro se encargará de despejarlas.

Todo tiempo pasado

«Tango Bejerman», de Juan Guinot, cuenta la historia de dos amigos que trabajan en una oficina pública cosiendo expedientes que no tienen ningún valor, en una tarea inocua inventada por el gobierno para mantener a la población ocupada. (Digamos de paso que la gracia de usar estos dos nombres, Tango y Bejerman, es que así se llaman dos programas de administración; muy comunes en las pc de las reparticiones gubernamentales y las más tradicionales empresas privadas de Argentina.)

En esta Buenos Aires distópica la gente participa de concursos televisivos para tener la posibilidad de recuperar recuerdos de la infancia. Se sospecha que los recuerdos que se sortean son truchos y, cuando Bejerman descubre una posible fuente de recuerdos verdaderos, la trama se complica. Más allá del ingenioso argumento, el relato funciona a las mil maravillas no solo por el oficio de Guinot y el final sorprendente, sino también por la multiplicidad de lecturas que permite. Así, estos dos amigos pueden ser interpretados, en clave alegórica, como los componentes de un mismo ser. Hastiados de sus empleos, Bejerman es el que piensa negocios delirantes y Tango el que se preocupa de que los números cierren. Tango es el cerebral, representa la razón; Bejerman se identifica con los sueños, el deseo. El título del cuento, donde aparecen los nombres de ambos, está en consonancia con el destino que los une. Si a alguien se le ocurriera juntar todas las antologías de relatos de ciencia ficción escritas en español para a partir de allí elaborar una nueva y mejor antología, Tango Bejerman es un relato que no debería faltar.

Ciberpunk y experimentos

«Quedarse afuera» de Néstor Toledo, cuenta la historia de una doctora del Hospital de Clínicas (de Buenos Aires) que, con indignación y pesar, comienza a descubrir el costado perverso de las corporaciones informáticas. En esta distopía, los bonaerenses utilizan implantes multimedia susceptibles de producir cáncer, y la información recogida en los implantes retinianos se utiliza (de forma solapada) por las grandes compañías. La dignidad y privacidad de las personas es ignorada, y el afán mercantil llega al extremo de crear una Buenos Aires virtual para experimentos de marketing. Toledo es en este momento uno de los máximos exponentes de ciberpunk y ciencia ficción dura de la Argentina. La editorial Próxima acaba de editar su excelente libro de relatos titulado «Umbral y Océano y otros cuentos».

Controlada

«Fecunda», de Claudia Cortalezzi, es el relato más breve de la selección, poco más de dos páginas. Sin embargo, a pesar de su corta extensión la autora logra que nos asomemos a un mundo en el que tres cuartas partes de la humanidad ha sido arrasada por unos seres repulsivos de los que sabemos muy poco. El relato se centra en una mujer que es prisionera de una de estas criaturas. Pese a la corta extensión, la colaboración de Cortalezzi funciona bien, sobre todo porque al dosificar la información del modo en que lo hace, provoca en el lector una sensación de inseguridad y angustia crecientes donde un erotismo mórbido juega un papel importante.

Sin memoria

«Luz azul», de Pablo Martínez Burkett es un juego de realidades múltiples y esquivas. El narrador (en primera persona) se identifica plenamente con el escritor. Burkett se refiere a sí mismo como el autor de un cuento publicado con anterioridad en la revista Próxima. En ese cuento de ciencia ficción, Burkett contaba un episodio real, pero él no sabía que era verídico porque había perdido la memoria al caer en otra realidad. En «Luz azul», con la llegada de un misterioso personaje, se verá obligado a recordar.

Una falla en el «Gran Colisionador de Hadrones, el acelerador de partículas destinado a simular el Big Bang, la explosión que dio origen al Universo», había provocado un desdoblamiento de los mundos paralelos.
Después de algunas vacilaciones, Burkett comienza a recordar que, antes que las realidades se dislocaran, había tenido lugar una epidemia mundial, y él había sido un comandante de la resistencia que luchaba contra un gobierno tiránico.

Hay un par de frases de que redimensionan el relato: «Conocer es recordar», y «…me pidió que recordara todas esas cosas porque «el tiempo es la dimensión donde viaja la conciencia».
Si fuéramos a leer este relato en clave simbólica (una lectura posible) deberíamos considerar que la confusión y el desajuste imperante en el mundo es el resultado de la incapacidad del hombre para recordar el pasado y actuar en consecuencia. Un hombre sin memoria sería entonces un hombre sin conciencia. Una víctima en «el imperio de lo efímero».

Recuperar el centro

«El último chamán porteño» de Luis Mazzarello es un relato onírico, que puede tomar desprevenido a algunos lectores, pero es muy interesante. La sociedad es víctima de «bombardeos psicotrónicos» y el mundo parece más desquiciado que de costumbre; aunque lo más justo sería decir que ese bombardeo hace más transparente la locura habitual. En plan alegórico, los conductores de autos intentan asesinar a los peatones y a los ciclistas, y una forma de vida natural y espiritual es amenazada por el mecanicismo y la deshumanización. El último chamán porteño intentará, recurriendo al arte de ensoñar, localizar en el mundo físico un puente que permita conectar «los mundos». En un final inspirado, él logrará llegar hasta una construcción con forma de flor (símbolo del «centro» y arquetipo simbólico del alma), pero tal vez la verdad que encuentre no sea la esperada.

Ajenidad

«En el fondo» de Ramiro Sanchiz, es el único trabajo presentado por un autor no argentino. Sin embargo, a pesar de ser «un infiltrado», Sanchiz se las ingenia para dar una imagen de Buenos Aires. Incluso, lejos de ser un impedimento, su condición de montevideano le sirve para hacer un contraste ilustrativo.

Hay una librería, situada en Tristán Narvaja, que tiene réplicas en todos los mundos alternativos. En ella se pueden encontrar libros (de autores conocidos) que nunca fueron escritos en nuestra realidad pero sí en otras. Uno de esos libros es la pista para descubrir que una civilización extraterrestre tuvo una influencia (a partir de 1350) en nuestra propia cultura. Sin que lo advirtiéramos, los extraterrestres lograron a través del arte (pintura, arquitectura, escultura) modificar nuestro modo de vida. Acá hay una más que interesante reactualización de aquella vieja aspiración surrealista que hablaba de modificar el mundo mediante la inclusión en el mismo de objetos surrealistas. El arte, en el cuento de Sanchiz, fue utilizado como una vía de conocimiento, y en algunos casos pudo haber provocado demencia. Cuando el protagonista aprende a identificar los vestigios dejados por los extraterrestres, llega a la conclusión de que Buenos Aires ha sido un blanco elegido por los alienígenas, en contraste con Montevideo, que parece haber sido dejada de lado. Respecto a esa intromisión, «algunos creen que se trata de una invasión», «a través del arte están intentando convertir nuestro mundo en el suyo», otros afirman que es una trampa «para que no veamos la verdad», «un mecanismo de control».

De nuevo, como en otros cuentos de esta misma antología, «En el fondo» tiene que ver entonces con el hombre que experimenta una sensación de ajenidad en su propia ciudad. La idea del individuo separado de sí mismo, y que siempre será un hombre de ningún lugar.

El deber y el placer

«Mientras mientes», el cuento de la antóloga, tiene por protagonista a un individuo que trabaja para el gobierno de turno, pero que sufre un significativo hándicap: es adicto a una «droga» que solo puede ser proporcionada por un grupo opositor: la orden de los musicantes. La «droga» que venden las bellas y peligrosas sacerdotisas de los musicantes es muy inusual: es una música (Bach, Mozart, etc.) que se ejecuta en vivo con un chelo hibrido de origen extraterrestre, y que tiene el poder de provocar estados alterados de conciencia. El dilema moral que se plantea el adicto es si debe o no entregar información confidencial del gobierno a cambio del servicio de las sacerdotisas. Si lo hace, la orden de los musicantes conseguiría un acceso ilimitado a la red, lo que le permitiría llegar con su música a todas partes e intervenir, para bien o para mal, en los movimientos sociales. El relato funciona porque está muy bien explotado el potencial erótico, y el deseo juega un papel trascendente. La inestabilidad emocional del protagonista es el retrato de un hombre que se debate entre cumplir con lo que el gobierno espera de él, o abandonarse al placer. Es muy interesante, además, considerar que ese cambio que podría llegar a producir un eventual gobierno de los musicantes tiene un carácter ambivalente: la liberación de la conciencia podría conducir al placer, pero también al caos, y no está claro el límite entre ambos.
El tango y los sueños dormidos

«N. Bs. As.», del matrimonio formado por Guillermo Echeverría de Mira y Teresa Mira de Echeverría, es un relato pulp que se desarrolla en una Nueva Buenos Aires que fue levantada en un planeta «acuático» llamado Óbelos. Más tarde se verá que «en realidad no es un mar o un océano, sino un gigantesco ser paracelular que ocupa casi todo Óbelos». Esta criatura, que permanece en estado de hibernación, tiene el poder de materializar los sueños, razón por la cual algunas sectas intentarán despertarlo y manipularlo, al tiempo que otras intentarán que no despierte. De nuevo, como en otros relatos, se plantea una lucha entre el orden y la libertad. También hay androides, animales pintorescos y divertidos seres fabulosos.

En la Nueva Buenos Aires los clásicos bares tienen el valor de verdaderos templos, y hay toda una liturgia relacionada con el tango y sus costumbres.

El protagonista, un detective que se desempeña en la Central de la Policía Sobrenatural (lugar donde se investiga todo tipo de casos relacionados con fantasmas, apariciones y misterios del inframundo), se enfrentará a un caso que podría alterar la faz del planeta y la vida de la comunidad. Se destaca la trama: con oficio se logra que en lo que en un principio podía pasar por un detalle decorativo, cobre, en el momento justo, un valor estructural. Más allá de un humor amable y aparentemente liviano, es significativo que Nueva Buenos Aires, que es como una ensoñación de la verdadera Buenos Aires, se haya levantado sobre un ser paracelular que duerme desde hace milenios y tiene el poder de materializar los sueños. Hay allí una punta para el análisis de la verdad y la apariencia, de la realidad y los simulacros, del mapa y el territorio. Está muy bien narrado, es un cuento genial.

Peligro exterior

«Con la correa corta» de Hernán Domínguez Nimo es una historia simple pero bien contada. La escasa acción pone a prueba la capacidad narrativa del autor y el resultado es satisfactorio. Un hombre le pone la correa a su perro y «sale de su casa cerrando la puerta de calle de un tirón». Cuando se dispone a abrir la reja que tiene enfrente, recuerda que ha olvidado las llaves arriba de la mesa. Así, de la forma más tonta posible, queda atrapado entre la reja y la puerta, en un espacio de menos de un metro de lado. Un vecino intenta ayudarlo, pero algo en el cielo lo distrae y una luz azulada, potente como un relámpago, lo reduce a cenizas. El mismo efecto deja electrificada la reja, y ahora el protagonista y su perro deben apretarse aún más para no sufrir una descarga eléctrica. Sin embargo, el hombre termina por tocar el metal y su cuerpo empieza a consumirse. El peligro no está definido, puede tener origen en una invasión extraterrestre, ser la venganza del creador, etc. Lo importante, de todos modos, es que es un peligro exterior. El dueño de casa, motivado por la sensación de inseguridad que los medios de comunicación se encargaban de resaltar, había instalado las rejas apenas dos meses atrás. Los puntos importantes del relato pasan entonces por la antinomia seguridad/ libertad, y yendo más al fondo de la cuestión, por la situación de estancamiento del individuo frente a una realidad que se muestra hostil.

Control psíquico

«La máquina del doctor Landart» se refiere a la creación de un ingenio elaborado con fines terapéuticos que actúa sobre la psiquis de las personas. Pero, en su sentido más profundo, es una historia sobre el restablecimiento del orden y los castigos que sufren aquellos que se atreven a enfrentarlo. Visto desde esta óptica, se comprenden todos los pequeños detalles que en un principio podían pasar desapercibidos, y es fácil admitir después que Cozzi ha realizado un trabajo memorable. La obra funciona también como extrapolación de una realidad actual. La Buenos Aires que se describe es, de un modo conveniente, inmutable: más allá de los cambios futuristas, los usuarios del subte «mantienen el mismo rictus hace décadas, porque nada cambió radicalmente.» El propio narrador que está enamorado de la paciente que se desvía de lo permitido, siente sin embargo una pulsión hacia el orden: le molesta que le muevan una mesita de lugar, que una medialuna esté en el plato boca abajo, etc. La ominosa máquina, en su esquema y funcionamiento, es la expresión del deseo de integrar al individuo con el medio, en un intento de control total nunca antes concebido.

Identidad difusa

«Remake Theory #6» de Juan Manuel Candal es un relato cercano a lo experimental. La estructura al principio sugiere un retroceso, pero luego amenaza con proyectarse de forma espiralada. Esta característica, lejos de ser un mero divertimento, es un logro, ya que establecen una adecuada correspondencia entre fondo y forma. No hay una conclusión al modo tradicional de los relatos, ni puede haberla, porque así lo exige la naturaleza de la historia. Por indicios, es posible conjeturar que el personaje es un físico que, para eludir una vejez prematura, logra saltar transversalmente entre distintas realidades y así evitar avanzar en el tiempo y eludir la muerte. Periódicamente despierta en diversos lugares, con nombres distintos, y acompañado de mujeres que nunca son las mismas. Para complicar aún más la situación, sueña con una película en la que a veces él mismo se confunde con el actor. Los límites entre la ficción y la realidad son elásticos. El tema de fondo, atendiendo a todo lo señalado, es la identidad difusa de alguien que nunca deja de sentirse ajeno al mundo. En este sentido, puede leerse también como una reflexión sobre la condición del hombre contemporáneo.

Cartoneros al poder

«Una nota que garpe» de Néstor Darío Figueiras, el relato más largo del libro, casi una nouvelle, es un cóctel de aventura pulp, sexo y ciberpunk que se adapta de un modo muy natural a la realidad de Buenos Aires. Una buena muestra de esto último, por poner un ejemplo, lo encontramos en la inspirada invención del «Movimiento independentista cartonero» que configura una sociedad con su propio lenguaje, códigos y rituales.
El argumento gira en torno a tres noteros que se embarcan en busca de un reportaje que podría poner al descubierto un importante secreto. Con mucho tino e ingenio, el autor baraja conceptos de antropología cultural, lingüística, teorías evolutivas y desde luego, como el género lo exige, tecnología de avanzada. La Buenos Aires de Figueras está contaminada por el smog, pero también por la política, las tribus urbanas, las sectas religiosas y los medios de comunicación que luchan por el poder. El hombre, objeto de nano implantes que le sirven para comunicarse de un modo extraordinario pero que también pueden afectar su salud, ha perdido humanidad en una sociedad fracturada. La trama es excelente, las ideas son estupendas, el ritmo es perfecto y el interés jamás decae. Cuando uno llega al final, se queda con ese sabor de boca que solo logran provocar las obras absolutamente brillantes.
La ficción y la ciudad

Buena parte de los escritores y editores de ciencia ficción coinciden en afirmar que la literatura que escriben y promueven es la que mejor refleja las preocupaciones del presente. Y esto ocurre porque la c.f. hace extrapolación de situaciones actuales y, aunque ponga un pie en lo fantástico, siempre mantiene otro en la realidad, aunque no todos tengamos la misma idea de «realidad». Si todo esto es cierto, uno tiene derecho a preguntarse: ¿cuál es la imagen que los escritores de «Buenos Aires Próxima» nos dan de la sociedad en que viven? ¿Cuáles son sus preocupaciones?

Un intento de síntesis me señala lo siguiente: orden opresivo, deshumanización, sueños postergados, inseguridad. Más o menos por ahí andan los temas. Antes de que alguien se moleste (algo tan común en tiempos de crispación política), no creo que esto sea una cuestión de un partido o un gobierno, va mucho más allá de eso. Seguramente los escritores tengan cosas para decir, y también los lectores, por supuesto. De momento, tengo la certeza de que esta antología, por su calidad excepcional, habrá de entrar a la historia de la ciencia ficción argentina como un referente ineludible.

 

 

Fuente: Pablo Dobrinin. Aportado por Pablo Dobrinin

Más información:

Apertura de recepción de relatos para la convocatoria de 2015 de la antología "Visiones"

NORMAS DE PARTICIPACIÓN EN LA ANTOLOGÍA “VISIONES 2015”

Como viene siendo habitual estos últimos años, la AEFCFT tiene a bien anunciar la apertura de recepción de relatos para la convocatoria de 2015 de la antología “Visiones”. Como sabéis los que seáis habituales de estas convocatorias, los seleccionadores de las antologías Visiones suelen ser tanto escritores como aficionados afines a los géneros que dan nombre a la AEFCFT. Tras la elección el año pasado del escritor Joaquín Revuelta, este año la AEFCFT ha elegido a un grupo de estos aficionados. Los seleccionadores de la antología “Visiones 2015” serán Ricardo G. Yayo, José Manuel Cárdenas y Francisco Javier Vidiella. Los tres son miembros activos de la web Tercera Fundación (www.tercerafundacion.net). Además, participan más o menos activamente en diferentes asociaciones (como puede ser la propia AEFCFT) y son asiduos a diversas convenciones, tertulias, foros (virtuales o no) y jaleos varios afines a la literatura de género.

La intención de los seleccionadores, degustadores de los platos más diversos, es no restringir la temática de los relatos de este año, así que confían en que los participantes aprovechen la libertad de tema (siempre dentro de la fantasía, la ciencia-ficción y el terror que se esconden en las siglas de la AEFCFT) para sorprenderles de todas las maneras posibles. Eso sí, los seleccionadores ruegan a los participantes que sean especialmente cuidadosos con la ortografía y recuerdan a los autores que la mayoría de editores de texto tienen herramientas de corrección ortográfica.

Y ahora ya sí, a continuación podéis encontrar las bases de la convocatoria de la antología “Visiones 2015”.

Bases de la convocatoria “Visiones 2015”

Sobre la convocatoria

  1. Se podrán presentar relatos de hasta 7000 palabras y temática libre, siempre que se ciñan a cualquiera de los géneros (fantasía, ciencia-ficción, terror) que auspicia la AEFCFT.
  2. Cada autor podrá enviar un máximo de 2 relatos, si bien en la antología definitiva sólo podrá aparecer uno de ellos.
  3. El número de relatos que formará parte de la selección no está predeterminado y será decisión exclusiva de los seleccionadores.
  4. Los relatos deberán ser inéditos, entendiendo como tal el hecho de que no hayan sido publicados ni en papel ni en cualquier soporte digital (páginas web, blog, foros, edición electrónica, etc.).
  5. Los relatos deberán estar escritos en español.
  6. Se admitirán relatos de cualquier autor. A los seleccionadores les gustaría dar preferencia a autores que no hayan sido nunca seleccionados en ediciones previas del Visiones, pero animan encarecidamente a todos los anteriores seleccionados a presentar sus relatos siempre y cuando no hayan sido elegidos para participar en antologías Visiones en más de 2 ocasiones.
  7. Para una mayor uniformidad (y para comodidad para los seleccionadores), los relatos se presentarán en un archivo en formato Word, tipografía Arial, tamaño de letra 11 e interlineado doble. El archivo se nombrará únicamente con el nombre del relato. En el texto del archivo no deberá figurar el nombre del autor, simplemente el título y el el relato. Dichos relatos deberán remitirse como archivo adjunto a la dirección de correo electrónico visiones2015@gmail.com. El asunto del mensaje deberá ser “VISIONES 2015” y el título del relato. En el cuerpo del mensaje se incluirá necesariamente el nombre y apellidos del autor y la dirección de correo electrónico para contactar con él en caso de ser necesario. También se incluirán la nacionalidad, edad y sexo: estos últimos datos son requeridos a efectos puramente estadísticos (ver el apartado “Sobre la protección de datos” más adelante).
  8. En el caso de que un autor decidiese enviar 2 relatos a la presente convocatoria, deberá hacerlo en 2 envíos diferentes.
  9. Los seleccionadores se comprometen a dar acuse de recibo a todos los participantes a la mayor brevedad posible.
  10. La fecha límite de recepción de los relatos será el 15 de abril de 2015 a las 23:59, hora de Madrid. Los relatos seleccionados se darán a conocer el 15 de mayo de 2015.
  11. Adicionalmente, de entre todos los relatos elegidos para su publicación en la antología, los seleccionadores destacarán un único relato para ser traducido al italiano y formar parte de una de las antologías que periódicamente publica la asociación italiana RiLL (Associazione Riflessi di Luce Lunare, www.rill.it), según el acuerdo de cooperación entre esta asociación y la AEFCFT.
  12. Los relatos que no cumplan todas las condiciones establecidas para su participación serán automáticamente descartados.
  13. Los seleccionadores se reservan el derecho de interpretar y decidir sobre cualquier cuestión no prevista en estas bases.

Sobre la cesión de derechos y la contraprestación a los autores

  1. La tirada de la antología será de un máximo de 500 ejemplares en papel, sin posibilidad de reedición alguna. Su distribución se realizará dentro del territorio español. La edición electrónica, en caso de producirse, no tendrá un número limitado de ventas o de descargas.
  2. El envío de cualquier relato implica que el remitente declara ser su autor y cede a la AEFCFT, en caso de ser seleccionada, los derechos para su publicación en la siguiente forma: la AEFCFT se reserva en exclusiva el derecho de primera publicación del relato por un plazo de 12 meses tras la publicación del libro en formato físico y por un plazo de 24 meses tras la publicación en formato electrónico.
  3. Transcurridos estos plazos, la AEFCFT se reserva los derechos de reedición de los relatos seleccionados en otras antologías o publicaciones de la propia Asociación, si bien carecerá de cualquier derecho de exclusividad sobre los mismos.
  4. La AEFCFT perderá sus derechos sobre los relatos seleccionados, volviendo estos a sus respectivos autores, si no publica dichos relatos antes de transcurrir 9 meses (para la edición en papel) y 15 meses (parar la edición en formato electrónico), a contar desde la publicación oficial de la lista de relatos seleccionados en la página web de la AEFCFT.
  5. Los autores no percibirán contraprestación económica alguna por la publicación de sus relatos en la antología “Visiones 2015”, ni directamente ni a través de la percepción de comisiones sobre los ejemplares que puedan ser vendidos.
  6. Los autores de los relatos seleccionados recibirán como única contraprestación 2 ejemplares en formato papel y 1 ejemplar en formato electrónico.
  7. Los relatos que no sean seleccionados para formar parte de la antología Visiones sólo cederán los derechos indicados hasta el momento en que se haga pública la lista de relatos a publicar en la antología.

Sobre la protección de datos

  1. Los datos personales de los participantes serán tratados con la exclusiva finalidad de permitir a los seleccionadores mantener el contacto con ellos y serán cancelados en cuanto se haya cerrado el proceso de selección (en el caso de relatos descartados) y cuando se hayan remitidos los ejemplares a los autores de los relatos ganadores. No serán cedidos a ninguna otra persona o entidad. Se exceptúan los datos relativos a edad, nacionalidad y sexo, que serán tratados con finalidad meramente estadística y como variables independientes.

Fuente: Gacetilla. Aportado por Eduardo J. Carletti

 

 

Reseña de "Cuentos de la Abadía de Carfax 4", recopilados por Ricardo Giorno

Desde el Gótico hasta la actualidad, la literatura de lo extraño y lo insólito viene sacudiendo la más íntima sensibilidad del lector, lo invita constantemente a un asombroso viaje por las ocultas regiones del ser

Leí mis primeros cuentos de la Abadía de Carfax en octubre de 2012. Se trataba de la tercera recopilación, hecha por Claudia Cortalezzi, y me gustó mucho. Sabía de la existencia del grupo desde un par de años antes, ya que habíamos coincidido con varios miembros en las Tertulias de Ciencia Ficción y Fantasía; en algún momento, inclusive, habré visto ejemplares de sus libros en las mesas del bar La Alameda, donde nos reunimos.

Nunca me había despertado gran interés, porque desde el nombre de reminiscencias victorianas y vampíricas hasta la estética de las tapas, con destacadas calaveras y lúgubres colores, sin mencionar los breves comentarios de contratapa, todo proclamaba a las claras que eran de terror. Del género de terror, digo, no que fueran malos (je, años esperando hacer este chiste en público). Y yo… no soy lector del género de terror. Si bien me considero un lector de criterio amplio (lo que se traduce en que leo hasta los boletos de colectivo, cuando los había disponibles), tiendo a leer principalmente fantasía y ciencia-ficción. Es lo cómodo de los géneros: uno encuentra lo que le gusta y puede ir por más de lo mismo. Entonces, teniendo poco tiempo para leer, suelo preferir las apuestas seguras. Por supuesto, leí a Lovecraft, Poe, al mismo Stoker, una pequeña parva de antologías, algún Barker, King y otros más. Aún así, generalmente escojo del terror y lo siniestro lo que más elementos fantásticos tenga, para no salirme mucho de «mis» géneros.

Entonces, ¿por qué leí ese Carfax 3? Una razón de lo más trivial (o quizás el oscuro destino, como el lector prefiera): lo había ganado en un sorteo y, como no soporto tener libros sin leer en la biblioteca, lo tomé y lo leí. Después, ya quedé enganchado. Lo leí rápidamente, sorprendido del nivel, del atractivo, de las voces, de las tramas… ni siquiera me acordé que no era mi género favorito, hasta que ya lo había terminado. De ahí, contacté a Claudia y, con un poco más de tiempo, conseguí y leí los primeros dos. Encontré más de lo mismo, las mismas sensaciones (excepto la novedad y la sorpresa, claro, porque ya estaba advertido de lo que iba a encontrar).

A partir de ahí, profundicé un poco más mi contacto con el grupo, por lo menos como seguidor, Así, me enteré de la preparación de la cuarta antología, esta vez a cargo de Ricardo Giorno. Me enteré con agrado de su publicación y arreglé con Ricardo, que trajo ejemplares a una de esas Tertulias, donde conseguí uno, previamente reservado.

Después de todo este prolegómeno, puedo decirles que terminé de leerlo y empezar a hablar del libro. Toda esta introducción era más que nada para ponerlos en situación, recordarles los (prestigiosos) antecedentes de esta antología y justificar mis expectativas previas a la lectura.

Hay que decir que estas expectativas eran altas, ya que las tres anteriores han colocado un listón muy elevado. Hay que decir también que ésta está a la altura del desafío y no desluce para nada la colección, aunque debo aclarar que, en mis preferencias personales, quedó un poco por debajo en varios aspectos, y un poco por encima en otros.

Pasaré a explicar tan singular juicio.

Todas han tenido el mismo modus operandi: una colección de cuentos, varios cuentos (quizás muchos, quizás demasiados incluso) de diversos autores, de variada longitud, sin unidad temática ni de época. Sólo los une el género (muy vagamente, pero siempre relacionado con el terror, con elementos fantásticos) y las relaciones entre los autores, que han participado de los mismos talleres, se conocen, tiene los mismos maestros, lecturas similares y son coetáneos.

No mucha más relación se puede encontrar entre los cuentos del mismo volumen, y si bien no es poca, marca una característica de estas antologías: la diversidad. Semejante diversidad, deseable para que el libro tenga llegada a los lectores más diversos también, implica que a cada lector en particular habrá cuentos que le gusten más y cuentos que le gusten menos, o directamente no le gusten. Y he aquí el meollo de mi apreciación.

La antología queda por debajo en el sentido de que encontré un cuento que directamente me disgustó. Esto no me había pasado en las otras, donde encontré unos cuantos que gustaron y otros que me resultaron indiferentes; éste me disgustó y me chocó. Lo cual no es necesariamente malo desde el punto de vista del libro, por dos razones: una, la diversidad que ya mencioné hace que, casi seguramente, lo que a mí me disgusta, otro lo encontrará interesante; otra, que se trata de arte y en el arte muchas veces se busca impacto, no siempre agradar, sino producir algo. Bueno, lo que me produce «Jugando a la familia» de Matías Orta es un fuerte disgusto. Está bien escrito, eh, no se trata de esa clase de disgusto. Bien desarrollado, bien trazado, bien los personajes, el ritmo.. técnicamente está muy bien. Pero la temática y el tratamiento me producen sensaciones violentas y no encontré el elemento fantástico en ninguna parte, así que tampoco entiendo bien (ya le preguntaré a Ricardo) su inclusión en el libro.

Queda por encima en otros aspectos. El invitado que eligieron es otro amigo mío, un escritor al que admiro desde hace mucho, al que la mayoría de ustedes conoce más como el editor y creador de Axxón: Eduardo Carletti. Que se incluya un cuento suyo, y uno muy bueno, le da (para mí) a esta antología un valor agregado muy particular.

Pero no es ló único, a tal punto que ni siquiera fue el cuento de Eduardo lo que más me gustó de este Carfax. Hay varios que me han gustado tanto como ése, y algunos más. Los menciono en desorden, para mantener la diversidad:

«Apuntes para un Apocalipsis» de Luis Catenazzi: con aire de «Soy Leyenda»… pero en una versión por momentos bizarra, por momentos surrealista; mucho más cercana a nosotros que Matheson. Muy divertido, muy ingenioso y muy bien realizado.

«Las grietas del cielo» de Daniel de Leo: este trae recuerdos de «El color que cayó del cielo», pero muy original, lejos del tono de los horrores de Lovecraft y, nuevamente, más cerca de nuestra estética y situación. Muy bien escrito, muy buen ritmo.

«Amadeo» de Nahuel Fernández Etlis: Quizás es injusto destacarlo porque es, de alguna manera, menor… pero no puedo resistirme a admirar la construcción de los dos personajes y la insostenible situación, la patología de la que no puedo decir nada sin estropear un cuento cuyo absurdo digno de un «Esperando a Godot» sacude nuestra percepción.

«Mausoleo precámbrico» de Federico Buccino: Otro recuerdo, esta vez de dos cosas: la película «El enigma de otro mundo» (The Thing) de Carpenter y la novela «La noche de los tiempos» de René Barjavel. La expedición, el hielo, el misterio. Impecable el trabajo con las distintas voces de los personajes-narradores, y muy buen ritmo.

Ya bajando un poco, se siente el impacto de ser la cuarta de una serie. Hay varios autores a los que ya vimos más de una vez, y sabemos o intuimos más qué esperar de ellos. También, al abrevar siempre del mismo círculo, llega un momento en que los mejores cuentos ya están publicados. Mantengan un ojo abierto con Carfax 5 (que lo espero, nuevamente ansioso): autores, redoblen sus apuestas. Hagan cosas distintas.
Antologistas: busquen con cuidado, con afán, con imaginación; ayuden, guíen, sean editores y partícipes; marquen nuevos rumbos. Esta edición muestra,a mi parecer, que si siguen mucho con la misma fórmula, se va a agotar más pronto que tarde.

En esta edición, varios cuentos NO me sorprendieron, y eso sí es malo… sobre todo con esta temática. Hay cuentos que apuestan al final sorpresa, pero el lector ya está advertido (y el miedo no es zonzo). Hay fórmulas que ya están vistas; no es casual que en cada uno de los cuentos que marqué, haya trazado una línea a cosas que me recordaron: lo mismo podría hacer con los que no mencioné. Casi todo tiene un antecedente, es cada vez más difícil hacer algo original y ahí está el mérito y la búsqueda del artista. Está bien que se pueda rastrear una influencia o ver un homenaje, como dije, es casi inevitable. Pero hay que sobreponerse a eso y marcar la propia impronta, dejar huella en el lector.

Todavía, en esta antología, la mayoría lo logra y por eso le doy un buen puntaje y la recomiendo ampliamente. Me gustó en general la selección de Giorno, seguramente compartimos buena proporción de gustos y lecturas.

Es impecable el trabajo de los textos, y esto lo quiero remarcar. La edición está muy cuidada, casi sin errores. El libro tiene buena encuadernación, buena diagramación, letra muy cómoda, buen papel. Pero los textos se destacan, se nota que están todos muy bien trabajados, revisados, cuidados y editados. Se nota el esfuerzo, el aprendizaje y práctica consciente de lo aprendido en talleres y experiencias de escritura. Todos tiene un altísimo nivel, nada está mal escrito, ni siquiera medianamente. Todos demuestran un elevado grado de profesionalismo y merecen ampliamente el título de escritores.

Mención aparte para el recopilador. No me ha tocado, pero no debe ser fácil elegir entre los cuentos, buscar una línea del propio gusto pero pensando en otro público también. Sobre todo, si es un grupo de amigos o conocidos. Explicar las elecciones, pedir revisiones, sugerir ediciones… todas cosas que se complican al tratar con un grupo humano del que uno forma parte.

Me gustan mucho también las mini-biografías de los autores que salen delante de cada cuento. Son muy sintéticas, pero nos permiten identificar un poco más a los escritores y sus voces, además de ver un poco las relaciones entre ellos también.

 

 

Resumiendo y cerrando esta reseña: una nueva edición de una antología que sigue la trayectoria marcada, con muy buen resultado . Las cuatro se pueden leer en cualquier orden, son completamente independientes. Muy recomendable, no importa si les gusta el género del terror o la fantasía: todo está bien escrito, es suficientemente variado para que seguramente encuentren algo que les guste y da una muy buena muestra de cómo se escribe terror o fantasía oscura en la actualidad.

Fuente: Aportado por Carlos Ferro