El vehículo robótico Curiosity midió la composición atmosférica del planeta rojo. Uno de sus aparatos, Sam, Sample Analysis at Mars, o Análisis de Muestras en Marte, evaluará la concentración de gases en el aire marciano succionado por el robot
Es la primera vez que se estudia la composición química de la atmósfera de Marte en su propia superficie desde el aterrizaje de las sondas Viking en la década de los setenta.
El análisis de los gases está siendo realizado en estos momentos e inicialmente no se esperan grandes sorpresas. El gas más abundante será el dióxido de carbono.
El CO2 es el principal componente del aire marciano, algo que fue constatado ya por las sondas Viking. Más interesante para los científicos será explorar la presencia de metano.
Partes por trillón
Este gas ha sido observado recientemente a través de telescopios desde la Tierra y su presencia en el planeta rojo es intrigante.
El metano es un gas de corta vida, por lo que su presencia constante indica la existencia de alguna fuente de producción, sea biológica o geoquímica. Y se espera que Sam pueda ayudar a dilucidar el misterio.
Los resultados de estos primeros análisis podrían ser anunciados la semana entrante, señaló Joy Crisp, vicedirectora científica del Curiosity. Pero la investigadora advirtió que pasará algún tiempo antes de que sea posible anunciar resultados definitivos sobre el metano en Marte.
«De acuerdo a lo observado desde la Tierra pensamos que en el caso de Marte la presencia de metano se medirá en una pocas o diez partes por trillón».
Curiosity –también conocido como MSL, Mars Science Laboratory o Laboratorio Científico de Marte–, se ha desplazado más de 100 metros desde el sitio en el cráter Gale donde aterrizó hace un mes.
Una nueva imagen de la sonda espacial Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) muestra el progreso del robot.
«Puede verse el techo blanco del robot con sus ruedas negras y sus huellas detrás», dijo el director de la misión, Mike Watkins.
«Estamos a una distancia del punto de aterrizaje de aproximadamente un estadio de fútbol».
Curiosity se dirige a un punto denominado Glenelg por los científicos, que se encuentra a unos 300 metros al este de su ubicación actual.
Imágenes satelitales muestran a Glenelg como una intersección de tres tipos diferentes de terrenos rocosos y los investigadores creen que sería un sitio ideal para estudiar la geología del cráter Gale. Pero pasarán varias semanas antes de que Curiosity llegue a Glenelg.
Prácticas con el brazo robótico
Los ingenieros han decidido estacionar ahora al vehículo durante algunos días para practicar las maniobras con su brazo de dos metros, que lleva en su extremo una pequeña torre de 30kg con distintas herramientas.
La NASA quiere determinar con mayor precisión cómo mover el brazo robótico en las condiciones de baja gravedad que existen en el planeta rojo.
«Marte tiene cerca de un 38% de la gravedad terrestre», dijo Matt Robinson, ingeniero principal a cargo del brazo robótico.
«Si utilizáramos en Marte los mismos parámetros fijados durante las prácticas en la Tierra, la torre acabaría en una posición más alta».
«Para compensar esto, usamos un software de ingeniería de vuelo que hace los cálculos matemáticos necesarios para bajar el brazo y colocar la torre en la posición adecuada. Gran parte del ejercicio ahora consiste en verificar que el software realice la compensación correcta», dijo Robinson a la BBC.
Luego de las prácticas el vehículo se dirigirá a Glenelg y durante su trayectoria buscará oportunidades para probar los instrumentos de la torre.
Curiosity utilizará un lente conocido como Mahli, Mars Hand Lens Imager, acercándolo a diversos objetos.
Mahli consiste esencialmente en una cámara macro de alta potencia que puede captar imágenes de minerales en las rocas con una resolución equivalente a un grano de talco.
El otro instrumento de la torre que los científicos quieren ver en acción es APXS, un espectrómetro de rayos X que puede determinar la abundancia de elementos químicos en las rocas.
También se espera pronto el debut del mecanismo de recolección manual Chimra (Collection and Handling for Interior Martian Rock Analysis), una pala que permitirá recoger muestras de suelo que serán analizadas por los instrumentos a bordo del vehículo robot.
Fuente: BBC Mundo. Aportado por Eduardo J. Carletti
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