Descubren restos de tejido blando en el fósil de Archaeopteryx

Cuenta con algo más que impresiones hermosas de plumas desaparecidas hace tiempo. Uno de los fósiles más famosos del mundo —de las primeras aves conocidas, Archaeopteryx— también contiene restos del tejido blando de las plumas

«Es sorprendente que la química se conserve después de 150 millones de años», dice Roy Wogelius , un geoquímico de la Universidad de Manchester, Reino Unido. Wogelius y sus colegas escanearon el «espécimen de Termópilas» utilizando un poderoso haz de rayos X de un sincrotrón en la fuente de radiación del sincrotón de Stanford en California.

El sincrotrón excita los átomos de los materiales en el blanco para que emitan rayos X de longitudes de onda característica. El escaneo revela la distribución de los elementos en el fósil. El resplandor verde de los huesos en esta imagen de color falso que se presenta muestra que el Archaeopteryx, como las aves modernas, concentraba zinc en sus huesos. El rojo en la roca de base viene del calcio de la caliza que ha encerrado el fósil desde que el animal murió.

El cobre y el zinc son nutrientes esenciales para las aves, y su presencia en los huesos fósiles muestra la relación evolutiva con los dinosaurios. El estudio también reveló fósforo a lo largo del eje principal de las plumas en el fósil, donde los paleontólogos pensaron durante tiempo que sólo quedaban las impresiones.

«Hay química de tejidos blandos conservada en lugares que la gente no se lo esperaba «, dijo Wogelius.

Referencia de publicación: Proceedings of the National Academy of Sciences , DOI: 10.1073/pnas.1001569107

Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti

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