Lleva toneladas de alimentos, material científico, combustible y gases. Se trata del segundo vehículo de carga ATV de la Agencia Espacial Europea. Llegará dentro de ocho días
El mayor vehículo de abastecimiento lanzado por la Agencia Espacial Europea (ESA) despegará esta noche desde el puerto espacial de Kourou, en la Guayana francesa. A las 23:13 (hora peninsular española), el ATV-2 Johannes Kepler será lanzado a bordo del cohete Ariane 5 rumbo a la Estación Espacial Internacional (ISS), donde está previsto que llegue dentro de ocho días.
La nave Kepler llevará a la tripulación de la ISS toneladas de combustible, alimentos, material científico y gases para renovar la atmósfera de la plataforma orbital. Con sus 20 toneladas de peso, el ATV-2 (Automated Transfer Vehicle), podría trasladar un autobús de dos pisos.
Las tareas de abastecimiento se hacen habitualmente mediante las naves rusas Soyuz y Progress. Con las naves de carga ATV, la Agencia Espacial Europea espera tener un papel cada vez más relevante en esta tarea.
Kepler es el segundo vehículo automatizado lanzado por la Agencia Espacial Europea. El anterior ATV, ‘Julio Verne’, fue puesto en órbita en 2008. En la agenda hay previstos otros tres lanzamientos de cargueros. El próximo año despegará el ‘ATV-3 Edoardo Amaldi’, que en la actualidad está siendo probado en Bremen. En 2013 está previsto el lanzamiento del ATV-4 y dos años más tarde, el ATV-5.
Tecnología española a bordo
Diez empresas españolas han colaborado en este proyecto, que cuenta con un presupuesto de unos 350 millones de euros.
Crisa (que junto a CASA compone Astrium España, filial española de EADS) ha fabricado los equipos de aproximación y acoplado automático a la Estación Internacional. Se trata de una de las fases más críticas debido al riesgo de colisión con la plataforma espacial.
Durante la presentación de la misión a la prensa, el pasado viernes, el responsable técnico de la misión ATV-2 en Crisa, Alfonso González, comparaba la función de la tecnología desarrollada por su empresa con la de «los ojos y la boca» de la nave espacial, que harán posible el acoplamiento a la ISS de forma automática, sin intervención de los astronautas: «Es el único vehículo que se acopla de esta forma, aunque la maniobra estará supervisada por la tripulación de la ISS, que podrá llevar a cabo maniobras de evasión si fueran necesarias», añade.
Los equipos ha sido fabricados en las instalaciones que la empresa tiene en Tres Cantos (Madrid) y en las que en la actualidad desarrollan nuevas tecnologías para futuras misiones espaciales en Marte y Mercurio.
La integración de todos los elementos que conforman la Kepler se ha llevado a cabo en las instalaciones de Astrium en Bremen (Alemania).
De momento este tipo de naves de carga no está preparado para transportar astronautas debido a las fuertes aceleraciones y las turbulencias que se producen durante el vuelo así que, en principio, ninguna de las misiones previstas será tripulada.
Impulsar la ISS
Una de las principales tareas de Kepler será impulsar la Estación Espacial Internacional, de 420 toneladas de peso, para corregir la pérdida de altura que se produce a diario. La ISS orbita a muy alta velocidad (unos 28.000 kilómetros por hora) y está situada a unos 350 kilómetros de distancia de la Tierra. Cada día su posición baja entre 50 y 100 metros, por lo que periódicamente es necesario empujarla hacia arriba.
El vehículo estará en órbita tres meses y medio, durante los cuales se utilizará como zona de almacenaje e incluso como lugar de descanso de la tripulación, ya que se trata de un lugar mucho más tranquilo que otras partes de la Estación Internacional. Cuando concluya este periodo, será cargada con residuos de la ISS, que se desintegrarán con la nave cuando ésta vuelva a entrar en la atmósfera terrestre, sobre el Océano Pacífico.
Una ‘mini-Tierra’ a bordo
Entre el material científico que viaja a bordo de la Kepler, destaca un experimento de la Universidad de Cottbus (Alemania) construido por Astrium y denominado Geoflow II. Se trata de un contenedor del tamaño de una caja de zapatos en el que se ha reproducido una mini-Tierra.
El objetivo es investigar los procesos que tienen lugar en el manto terrestre y que originan los procesos volcánicos, la tectónica de placas y los terremotos. En 2008 Geoflow I estudió ya los flujos y la composición del núcleo de la Tierra. El objetivo del nuevo experimento es llegar a conocer mejor estos fenómenos para ayudar a predecirlos.
Fuente: El Mundo. Aportado por Eduardo J. Carletti
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