Primero fue un pequeño saltamontes con aires de superhéroe que no podía aterrizar sin estampar su delicado cuerpecito en el suelo. Sus creadores no han perdido las esperanzas con él, y ahora llegan con un nuevo añadido que le permitirá recorrer mucho más
Se trata de la incorporación de un par de alas y un sensor de luz, de forma que el robot sea capaz de detectar las fuentes de luz e intente volar hacia ellas, algo que se le conoce como fototaxis, pero que preferimos llamarle «efecto polilla».
Si la idea de utilizarlo en zonas de catrástofes sigue adelante, no estaría mal incluirle una cámara frontal que permita detectar supervivientes, y por pedir, podrían incluso implantar una cámara térmica, pero esto nos llevaría a una patrulla cibernética atrapa ladrones que acabaría con el adorable el aspecto de nuestro querido saltamontes. Mejor dejarlo tal cual.
Fuente: Engadget. Aportado por Eduardo J. Carletti