Hasta ahora se pensaba que esta «brújula» estaba en el cerebro. Estas mariposas recorren en otoño más de 3.200 kilómetros desde Norteamérica hasta México. La lectura que las antenas hacen de la luz solar es fundamental para su viaje
El sentido de la orientación que ayuda a las errantes mariposas monarcas a mantener su rumbo a través del cielo reside en sus antenas y no en su cerebro, como se pensaba hasta ahora, según un estudio difundido por la revista Science.
Durante su migración otoñal desde América del Norte a México, las mariposas monarca utilizan la posición del Sol para calcular dónde deben ir, y un «reloj interno» les ayuda a ajustar sus cálculos conforme la luz solar cambia a lo largo del día.
Millones de estos delicados insectos son capaces de volar durante más de 3.200 kilómetros, una migración que siempre ha fascinado a los científicos.
Hasta el momento se pensaba que su orientación estaba ligada al reloj circadiano de sus cerebros, sin embargo, ahora se sabe que las antenas, donde las mariposas tienen su sentido olfativo, son la verdadera brújula de las monarcas.
Para realizar la investigación, el equipo de Christine Merlin, Steven M. Reppert y otros investigadores, quitaron las antenas a algunas mariposas y luego las dejaron volar. Vieron que perdían su orientación normal hacia el sureste, a pesar de que sus cerebros calculaban el tiempo con normalidad.
Luego, los investigadores cubrieron las antenas de ciertas mariposas con pintura negra, para bloquear el paso de la luz. Debido a esto, el cerebro del insecto era capaz de detectar la luz pero no podían ajustar la orientación hacia el destino apropiado.
Después se probó con un esmalte transparente, que no altera la entrada de luz a través de las antenas, y fueron capaces de volar con precisión hacia el sur, lo que indica que la lectura que estos apéndices hacen de la luz es fundamental para su viaje.
«Las antenas de los insectos son un órgano extraordinario, responsables de captar las señales olfativas, la dirección del viento e incluso el sonido», afirmó el profesor de neurobiología Steven M. Reppert, uno de los autores del estudio.
«Sin embargo, su papel exacto en la orientación durante la migración de las mariposas es un descubrimiento nuevo e interesante, que puede servir para abrir una nueva línea de investigación sobre las conexiones neuronales entre las antenas y los mecanismos de orientación de otros insectos», añade Reppert.
Por otro lado, otro estudio reciente ha puesto de manifiesto que el número de hembras en la población de las mariposas monarca ha disminuido en la última década.
El análisis de 70.000 ejemplares señala que mientras en 1985 el 53% de las mariposas eran hembras, en la última década la proporción ha descendido al 43%, según publica National Geographic.
Para explicar este descenso se barajan varias hipótesis que influyen en que haya menor número de hembras en su destino migratorio. Entre ellas el cambio climático, ya que la confusión en las señales del descenso de temperaturas podrían hacer que las mariposas femeninas no emigraran y pusieran sus huevos en el lugar equivocado.
Otra causa posible es la proliferación de un parásito que ataca a estos insectos y daña más rápidamente a las hembras que a los machos.
Fuente: Aportado por Eduardo J. Carletti