Los datos de la nave espacial IBEX muestran que los átomos neutros interestelares están fluyendo en el Sistema Solar desde una dirección diferente a la observada previamente. El flujo interestelar de átomos fluye junto a la Tierra mientras una nube interestelar que rodea el Sistema Solar pasa por el Sol a 23 kilómetros por segundo (82.800 kilómetros por hora)
Científicos de la NASA analizaron registros del viento interestelar durante cuatro décadas de vuelos espaciales y descubrieron que hay cambios en los últimos 40 años.
“Muy probablemente cambió de dirección”, destaca un estudio publicado el 5 de septiembre por el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA
Los datos mostraron que “la dirección del viento interestelar cambió unos cuatro a nueve grados en los últimos 40 años”, destacan en el estudio.
«Antes pensábamos que el medio interestelar local era muy constante, pero estos resultados muestran que es muy dinámico, ya que corresponde a la interacción de la heliosfera con él», dijo David McComas, investigador principal del instrumento Explorador Espacial Boundary (IBEX) para medir partículas estelares del Instituto de Investigación del Suroeste en San Antonio, Texas.
Priscilla Frisch, astrofísico de la Universidad de Chicago, Illinois, y autor principal del artículo, explicó que “si bien la razón y el momento exacto del cambio todavía no están claros, los científicos saben que nuestro Sistema Solar está cerca del borde de una nube interestelar local. Esta zona de la galaxia podría experimentar turbulencia, a medida que se dispara a través del espacio”.
Para el equipo que trabajó junto a Frish, “la heliosfera podría estar expuesta a diferentes direcciones del viento”. En su informe concluyeron que posiblemente observaciones adicionales podrían explicar la causa de este fenómeno, y se logre además dar mayor información acerca de la galaxia que nos rodea.
Observadores de partículas
Los investigadores observaron el viento interestelar, o más bien sus vestigios que penetran a la heliosfera, a cual es como una burbuja que rodea el Sistema Solar, y que está compuesta principalmente por un flujo constante de partículas de nuestra estrella.
La heliosfera se encuentra cerca del borde interior de una nube interestelar y se mueve a una velocidad de 82.000 kilómetros por hora. Este movimiento crea un viento de átomos interestelares neutrales, de los cuales el helio es el más fácil de medir.
Frish explicó que debido a que el Sol se mueve, aunque esta nube de átomos interestelares penetra en el Sistema Solar, estas partículas cargadas no logran llegar al interior del Sistema Solar, sin embargo, muchos de los átomos de este viento son neutrales. “Estos pueden penetrar cerca de la Tierra y se pueden medir”, aclaró.
En enero de 2012 el instrumento IBEX, “mostró que el viento interestelar estaba entrando en la heliosfera desde una dirección ligeramente diferente que había sido observado por la misión Ulises de la NASA en la década de 1990”.
Según Frish, los datos históricos más antiguos en el viento interestelar provienen, del Programa de Pruebas Espaciales de Defensa 72-1 y SolRAD 11B, de Mariner de la NASA y el Prognoz Soviético 6, todos de la década del 70.
El equipo de estudio comparó la información de varios conjuntos de observaciones de los primeros datos y con otros siete conjuntos de datos.
«La dirección del viento obtenida de los datos más recientes no concuerda con la dirección obtenida de las mediciones anteriores, lo que sugiere que el propio viento cambió con el tiempo», dijo Eric Christian, el científico de la misión IBEX en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt.
«Es un resultado interesante, que se basó en la mirada de un conjunto de datos medidos en un montón de maneras diferentes», aseguró Christian.
Estos datos incluyeron registros de la nave Ulises en 1990 a 2001, y los datos más recientes del IBEX, así como otras cuatro misiones de la NASA: 1) el Observatorio Solar de Relaciones Terrestres STEREO, 2) el Explorador de Composición Avanzada ACE, 3) el Explorador Extremo Ultravioleta, entorno Espacial, y geoquímica de la superficie de Mercurio, 4) y la misión MESSENGER, actualmente en órbita alrededor de Mercurio.
Además se incluyó las observaciones de NOZOMI, la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón.
Tres métodos de medición
Los observadores se basaron en tres métodos diferentes para medir el viento interestelar entrante. IBEX y Ulises midieron directamente los átomos neutros de helio, ya que corrían a través del sistema solar interior. Mediciones del IBEX se realizan cerca de la Tierra, mientras que las mediciones de Ulises llegar a la órbita de Júpiter”, aclara la NASA.
El segundo método corresponde a las primeras mediciones en la década de 1970 observaron la fluorescencia que se produce cuando la radiación ultravioleta extrema procedente del Sol y enfrenta el paso del viento de helio interestelar por el Sol. Los átomos neutros de helio quedan atrapados por la gravedad del Sol, focalizándose en un cono. Como la radiación del Sol rebota en estos átomos, que emiten luz. Medición de la luz proporciona información sobre la dirección de entrada de helio.
A su vez la tercera técnica que midió el viento de helio se basó en los resultados de la interacción de estos átomos con la radiación del Sol.
Una fracción de los átomos neutros de helio gana un electrón, y por lo tanto se cargan. Muchos instrumentos en el espacio están orientados a estudiar estas partículas cargadas, entre ellos los instrumentos que están en las sondas espaciales STEREO y ACE de la NASA.
“Tales instrumentos pueden medir la dirección longitudinal del viento de partículas, proporcionando un último conjunto de observaciones históricas para redondear la imagen”, destaca la NASA.
Fuente: Science Daily. Aportado por Eduardo J. Carletti
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