Stephen Hawking está preocupado por los alienígenas. El famoso físico sugirió hace poco que debemos ser cautelosos respecto al contacto con extraterrestres, citando lo que pasó con los nativos americanos cuando los europeos desembarcaron en sus costas. Dado que cualquier especie que pueda visitarnos estaría mucho más allá de nuestro nivel tecnológico, encontrar extraterrestres podría ser una mala noticia
Stephen Hawking estaba haciendo una extrapolación sobre las posibles consecuencias de mi trabajo diario: un pequeño pero duradero programa llamado SETI o Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre.
A pesar de que no hemos detectado ninguna señal alienígena, las mejoras tecnológicas nos han animado a pensar que, si hay extraterrestres transmitiendo ahí afuera, podríamos encontrarlos pronto. Eso sería revolucionario. Pero algunas personas, incluyendo a Hawking, prevén una catástrofe.
Pensemos en qué ocurriría si tenemos éxito. ¿Deberíamos responder? Cualquier transmisión puede hacer desaparecer la cubierta de la Tierra, invitando a un posible ataque por parte de una sociedad lo suficientemente avanzada como para captar nuestras señales.
A primera vista, parece un escenario de ciencia ficción barata. Pero aunque las posiblidades de que suceda una calamidad sean pequeñas, ¿por qué jugar?
Durante tres años este tema ha estado ejercitando a un grupo de científicos del SETI en la Academia Internacional de Astronáutica. El quid de la disputa fue la inciativa de unos pocos miembros de proscribir cualquier transmisión a los alienígenas, hayamos recibido una señal de ellos primero o no.
En realidad, prohibir las emisiones sería poco práctico, y claramente, es demasiado tarde para hacerlo. Hemos estado traicionando nuestra presencia durante sesenta años con nuestras transmisiones de televisión, radio y radar. Los primeros episodios de Yo quiero a Lucy se han extendido a cerca de 6000 sistemas solares, y llega a nuevas audiencias a razón de un sistema solar por día. Si hay seres conscientes ahí afuera, las señales ya les llegaron.
Captar esta radiación de fuga no es tan difícil. Su intensidad disminuye con el cuadrado de la distancia pero, aunque los alienígenas más cercanos estuviera a 1000 años luz, serían capaces de detectarla si su tecnología de antena estuviera uno o dos siglos más avanzada que la nuestra.
Esto hace que sea engañoso sugerir que debemos prohibir los mensajes deliberados sobre la base de que éstos serían más potentes que las señales que se nos filtran. Solamente una sociedad próxima a nuestro nivel de desarrollo sería capaz de captar una emisión intencional sin advertir las señales de televisión y de radar. Y una sociedad que esté a nuestro nivel no es una amenaza.
El otro aspecto de la cuestión es que, para cualquier sociedad alienígena que pueda resultar peligrosa, un mensaje deliberado no hace ninguna diferencia. Una sociedad semejante podría usar su propia estrella como una lente gravitacional, y ver incluso las luces del alumbrado de nuestras calles. La advertencia de Hawking es irrelevante.
Tales consideraciones han llevado al grupo SETI de la Academia Internacional de Astronáutica a rechazar la prohibición de hacer transmisiones al cielo. Fue la decisión correcta. Los extraterrestres pueden estar por ahí, y podemos aprender mucho si los descubrimos, pero es un tipo raro de paranoia cerrar la Tierra por temor a que nos descubran ellos.
Por Seth Shostak (astrónomo senior del Instituto SETI y presidente del grupo de estudio permanente del SETI de la Academia
Internacional de Astronáutica).
Fuente: NewScientist. Aportado por Silvia Angiola
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