Son las 6 de la mañana de un día de abril en 1960 y Frank Drake tiene frío. Se asoma hacia el punto focal del radiotelescopio. Monta una endeble escalera y se sube a un espacio del tamaño de un cubo de basura. Durante los siguientes 45 minutos, sintoniza el receptor que está allí, que suena como el arranque de un coche viejo. Desciende y comienza a escuchar
Drake y sus colegas están llevando a cabo un experimento fundamental: la primera búsqueda moderna de vida extraterrestre. Durante cuatro meses, los investigadores utilizaron el Telescopio Tatel en Green Bank para buscar cualquier señal inteligente de las estrellas Tau Ceti y Epsilon Eridani que pudiera llegar oculto en la misma onda que las radiaciones emitidas naturalmente por el hidrógeno. Drake bautizó este esfuerzo como Proyecto Ozma por el nombre de la princesa en los libros de 0z de Frank Baum, quien escribió que utilizó una radio para saber los acontecimientos que ocurrían allí.
En abril de 2010 se cunplirá el 50 aniversario del inicio del proyecto Ozma, y los implicados en la búsqueda de vida extraterrestre, o SETI, estarán levantando su copa en un brindis. El experimento no sólo inspiró a infinidad de personas para continuar la búsqueda, sino que puso a la búsqueda de extraterrestres en la cultura y se puede decir que fue la semilla de la ciencia de la astrobiología.
Medio siglo después, SETI es un proyecto con varios frentes, desde el espectacular Observatorio de Arecibo en Puerto Rico hasta el Allen Telescope Array, en California, que cuenta con alrededor de 40 pequeños platos trabajando juntos como una mega-telescopio. Sólo se ha construido una parte del ATA, y el Instituto SETI buscará el año próximo dinero fresco para llevar esta instalación a su capacidad completa, con 350 platos cribando tramos enormes del cielo.
Los investigadores también están buscando ahora otras formas de comunicación alienígena, como por ejemplo breves impulsos de luz. Este «SETI de enfoque óptico» fue encarado por primera vez en la Universidad de Harvard. Drake, ahora en los setenta años, planea iniciar el próximo año la más sensible búsqueda hasta el momento de una baliza láser alienígena. Se utilizará un sistema sin precedentes de siete detectores de luz al mismo tiempo. Esto distinguirá señales mucho más débiles en la luz estelar, y es en gran medida inmune a las falsas alarmas que han afectado a otros experimentos.
Frank Drake sigue escuchando. Y ahora está viendo, también.
Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti