Grandes revelaciones en el genoma de unos pequeños animales

El orden alterado de los genes de los tunicados sugiere que puede no importar el orden para el plan corporal de los vertebrados, y apunta al origen de misteriosos bits del ADN

Como cualquier seguidor del programa de TV sobre antiguedades Antiques Roadshow puedo decir que, porque algo se ha guardado, no quiere decir que sea valioso.

Ahora, un estudio sobre el plancton muestra que un genoma bien conservado no es necesariamente responsable de cómo son los animales vertebrados, incluyendo a los humanos, en su conjunto. Investigadores en Noruega y Francia han descifrado el mapa genético de un tunicado llamado Oikopleura dioica, un miembro pequeño de uno de los tipos de plancton más abundante en los océanos. El compacto genoma del animal contiene aproximadamente 18.000 genes, casi tantos como el genoma humano, que tiene 22.000, más o menos, pero con los genes en un orden completamente diferente y menos ADN metido entre ellos, informaron los investigadores en la web el 18 de noviembre en Science.

El hallazgo resultó una sorpresa para los investigadores, ya que se pensaba que el orden de los genes en los cromosomas ayuda a determinar cómo se establecerá el plan corporal de un organismo. Los humanos y otros vertebrados tienden a tener los genes dispuestos en orden similar. Lo mismo ocurre con organismos tales como las esponjas. Muchos investigadores pensaban que esta estructura genómica era importante, ya que se conservó durante millones de años de evolución. Sin embargo, el revuelto orden de los genes en el genoma del tunicado podría indicar que los genomas de otros organismos se establecieron y quedaron de esa manera sin ninguna presión de la selección natural para mantener la estructura.

«Intuitivamente, uno no creería que las cosas se conservarían durante 500 millones de años sólo por casualidad», dice Daniel Chourrout, un biólogo del desarrollo y genoma en el Centro Internacional Sars de Biología Molecular Marina de la Universidad de Bergen en Noruega y uno de los co-autores del nuevo estudio. Pero la nueva evidencia indica que la estructura común del genoma que se encuentra en la mayoría de los animales pueden haber sido mantenida, simplemente, debido a la inercia, o el flujo genético, dijo.

El genoma del tunicado contiene unas pocas pepitas de oro de información adicional, también, incluyendo pistas sobre cómo se forman los intrones. Los intrones son fragmentos de ADN que interrumpen las instrucciones de creación de proteínas en los genes, y se les ha llamado «ADN basura», aunque los científicos han descubierto que muchos de estos intrones también ayudan a regular la actividad de los genes que interrumpen. Otros no tienen ninguna función conocida.

La mayoría de los intrones son tan viejos que los científicos no han podido deducir sus orígenes. Pero de los 5.589 intrones identificados en el genoma del tunicado, el 76 por ciento no se ha visto antes en los estudios de otros organismos. Un examen más detenido de los intrones del tunicado indica que muchos se copian de otros intrones y, a continuación se insertan en el genoma en nuevos lugares, al igual que otros bits de alta movilidad del ADN. a los que se conoce como genes saltarines, o elementos transponibles.

Otros científicos han postulado que así es como se crearon los intrones, pero el nuevo informe es la primera evidencia directa de ello, dijo Michael Lynch, un biólogo evolutivo de la Universidad de Indiana en Bloomington. «Sigue siendo uno de los grandes misterios de la biología evolutiva de de dónde vienen los intrones», dice, «por lo que cualquier idea es bienvenida.»

Fuente: Science News. Aportado por Eduardo J. Carletti


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