El planeta Júpiter parece ser tan promiscuo como su homónimo del Olimpo. Nuevos cálculos revelan que a la mitad del siglo pasado tuvo una aventura con un cometa caprichoso, que se unió durante 12 años al harem de lunas del gigante de gas. El hallazgo ayuda a explicar cómo se mueven los cometas por el Sistema Solar exterior en órbitas que se internan y a veces ponen en peligro a la Tierra
El cometa Kushida-Muramatsu es el quinto objeto conocido que fue capturado por Júpiter como luna temporal. El más famoso de estos compañeros breves fue Shoemaker-Levy 9, que se estrelló sobre Júpiter en 1994.
Los astrónomos Katsuhiko Ohtsuka de Tokyo Meteor Network, Japón, y David Asher del Observatorio Armagh en Irlanda del Norte, utilizaron observaciones desde el descubrimiento de Kushida-Muramatsu en 1993 y su regreso en 2001 para calcular su órbita durante el siglo anterior.
Su modelo muestra que el cometa entró en el vecindario de Júpiter desde el Sistema Solar exterior en 1949 y se movió en una órbita muy irregular, llegando peligrosamente cerca de la superficie de aquel planeta tres veces antes de ser arrojado al interior del Sistema Solar, alrededor de 1962.
La incertidumbre en las observaciones realizadas hace que sea imposible determinar con exactitud la trayectoria del cometa, por lo que Ohtsuka y Asher corrieron más de 200 escenarios que representan las maneras en que podrían haberse producido los acontecimientos. «Hemos dado marcha atrás todo lo posible en lo que podría haber sucedido durante el siglo pasado, que sea consistente con las observaciones», dice Asher. Cada escenario varió ligeramente en los tiempos y la forma exacta de la órbita, pero todos ellos demostraron que Kushido-Muramatsu estuvo en órbita alrededor de Júpiter durante 12 años.
Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti
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