El astrónomo Rafael Bachiller nos descubre en esta serie los fenómenos más espectaculares del Cosmos. Temas de palpitante investigación, aventuras astronómicas y novedades científicas sobre el Universo analizadas en profundidad
El congreso mundial de Astronomía está teniendo lugar estos días en la capital china. Mientras unos 3.300 astrónomos pasamos revista a los temas más actuales de investigación en la disciplina, China exhibe su decidida apuesta por la investigación básica y por los punteros desarrollos tecnológicos que van asociados.
Toda la astronomía del mundo
Con más de 10.000 miembros individuales repartidos por 73 países, la Unión Astronómica Internacional (IAU) es la organización de referencia de la Astronomía mundial. Desde el año 1922, la UAI celebra sus asambleas multitudinarias cada 3 años poniendo en común avances científicos y dictando directrices para la armonización de la disciplina (nomenclatura, escalas de tiempo, referenciales espaciales, etc.). Una de estas reuniones, la de Praga en el 2006, tuvo especial repercusión mediática, cuando los astrónomos decidimos descender a Plutón desde su categoría de planeta a la de ‘planeta enano’.
Este mes de agosto, la asamblea de la UAI tiene lugar en el descomunal Centro Nacional de Congresos de China ( CNCC), en el flamante parque construido para las Olimpiadas de 2008 que también contiene el espectacular estadio del Nido de Pájaro y el Cubo de Agua.
Una muestra del interés de las autoridades chinas por la Astronomía es que el congreso ha sido inaugurado personalmente por el vicepresidente y presidente electo de China, Xi JinPing, quien ha expresado una decidida voluntad por apoyar la ciencia básica en el marco de una intensa colaboración internacional. «Haremos aún mayores inversiones en investigación básica, aseguraremos la ejecución de los proyectos y concederemos un apoyo estable, y a largo plazo, a los científicos», ha asegurado Xi. Más que una declaración de intenciones, la actividad científica del gigante asiático y sus esfuerzos por establecer proyectos en colaboración con otros países, es algo que se palpa en este congreso. De hecho, con un presupuesto de inversiones de I+D (investigación y desarrollo) de 150 miles de millones de dólares, China se encuentra desde 2006 entre los tres países del mundo que más invierten en ciencia. En el año 2020 estas inversiones representarán un 2,5 % del PIB, muy próximo del porcentaje de inversión de los EEUU.
Frenética actividad
La asamblea es un conjunto de ocho grandes simposios y de otros 30 congresos menores que suceden en paralelo. El gran número de actividades que tienen lugar de manera simultánea impone un ritmo agitado a los congresistas que, habitualmente, estamos interesados por conferencias que se dan en lugares, a veces distantes entre sí, de este desmesurado Centro de Congresos.
Los últimos resultados sobre planetas extrasolares, las observaciones de los telescopios espaciales Herschel y Planck, los primeros datos del radio telescopio gigante de Atacama (ALMA) y la escala cósmica de distancias se encuentran entre los temas científicos estrella de esta asamblea. Uno de los resultados más sonados ha sido la detección del primer sistema planetario múltiple (con al menos dos planetas) que orbita en torno a una estrella doble: Kepler-47.
Durante una sesión especial se ha pasado revista a los proyectos de los mayores observatorios a escala mundial, tanto en el suelo como desde plataformas espaciales. Los telescopios ópticos extremadamente grandes (ELTs por sus siglas en inglés) y el proyecto de Interferómetro del Kilómetro Cuadrado (SKA) son los que han atraído mayor expectación. Otra sesión especial ha discutido la problemática específica de la mujer en la Astronomía.
La asamblea incluye varios discursos plenarios invitados. Entre éstos ha destacado el impartido por Brian Schmidt, premio Nobel de Física 2011, sobre el descubrimiento de la energía oscura y la expansión acelerada del Universo. Otro momento importante ha sido la entrega del prestigioso Premio Gruber de Cosmología al norteamericano Charles L. Bennett (Univ. John Hopkins) y al equipo de la sonda de la NASA WMAP, por su contribución a la medida detallada del fondo cósmico de microondas, el ‘eco’ fósil del Big Bang.
China, potencia también en astronomía
Mientras los astrónomos seguimos con interés los avances de la disciplina, en esta asamblea no dejamos de asombrarnos con los proyectos de la Astronomía china que tratan de cubrir todos los campos posibles. La construcción del gran telescopio óptico LAMOST llevará unos cinco años en Xinglong, provincia de Hebei, y cuenta con un presupuesto de más de 30 millones de euros. Este peculiar instrumento, también conocido como Telescopio Guoshoujing , en honor del gran astrónomo chino del siglo XIII, incluye dos grandes espejos segmentados con tamaños totales de más de seis metros y debería realizar una exploración del cielo para detectar unos diez millones de galaxias similares a la Vía Láctea.
En el campo de la radioastronomía, China ya contribuye con varias grandes parábolas de excelente calidad a la red mundial de radiotelescopios. Pero su mayor proyecto en este campo es la construcción de la que será la mayor antena parabólica del mundo: FAST. Con 500 metros de diámetro, la construcción de esta antena sobre una depresión del terreno en la provincia de Guizhou, costará unos 100 millones de euros. Será similar al radiotelescopio de Arecibo (Puerto Rico) que tiene 300 metros de diámetro, pero debido a su mayor envergadura, el radiotelescopio FAST será mucho más potente y sensible.
Este asombroso programa desde el suelo va acompañado por una intenso programa espacial, en el que China ya ha alcanzado éxitos notables, entre los que se encuentran las misiones Chang´E de exploración de la Luna. Tras completar cuatro viajes espaciales tripulados, China se encuentra ahora construyendo la estación espacial.
Ciencia básica y el futuro de China
En mi opinión, el actual éxito económico de China reside sobre bases poco estables. El sistema político autoritario es la cúspide de unos terribles desequilibrios sociales que hacen inestable al coloso asiático. La riqueza está muy mal repartida. A pesar de tener más de un millón de millonarios en euros, China está en el puesto 95 del ranking mundial de riqueza por habitante y, según la OMS, el sistema de salud chino ocupa el lugar 144 en una lista de 190 países (año 2010). Una configuración demográfica excepcional (la edad media es de unos 35 años y la población activa es muy numerosa) y una indisimulada falta de respeto hacia la propiedad intelectual también han sido factores que han contribuido al milagro chino, pero que no se podrán prolongar durante largo tiempo.
China, el mayor exportador del mundo, sufre ahora en su actividad comercial la crisis que se prolonga en occidente y su éxito económico parece tocar techo. El paro crece y la precarización alcanza progresivamente a millones y millones de personas. Ante esta situación, China busca la salvación intensificando su actividad en I+D y promoviendo la innovación. A las ingentes inversiones en I+D se suma un intenso programa de formación: unos 700.000 ingenieros salen de las universidades chinas cada año. Además, emulando a la India o a Singapur, China lucha por ser destino privilegiado para los centros de investigación de las grandes multinacionales.
Las grandes inversiones chinas en Astronomía son un factor más en la estrategia de modernización de China. Las autoridades de este inmenso país todavía tienen un largo camino por delante para garantizar las libertades y para hacer progresar la justicia social. Pero ya han reconocido que la inversión en I+D, y en particular en ciencia básica, siempre ayuda a labrar un futuro mejor.
Fuente: El Mundo. Aportado por Eduardo J. Carletti
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