El acelerador de partículas del CERN, la Organización Europea para la Investigación Nuclear, ha arrancado tras la regular pausa invernal del centro iniciada el pasado 16 de diciembre
Había sido puesto puesto en marcha el 20 de noviembre, después de estar 14 meses paralizado a causa de una avería. Ésta se produjo nueve días después de que el primer haz de protones diera la vuelta entera al enorme acelerador de 27 kilómetros de largo, situado a 100 metros bajo tierra en el cantón de Ginebra, en la frontera franco-suiza.
Tras las reparaciones y mejoras llevadas a cabo en el acelerador, y tan sólo cuatro días después de la nueva puesta en marcha (el 20 de noviembre), se logró que haces de protones circularan con normalidad en direcciones opuestas y unas horas después que se produjeran los primeros choques.
Alcanzará una velocidad nunca vista
Desde ahora, dos haces de protones están circulando en direcciones opuestas e irán acelerándose progresivamente hasta alcanzar una velocidad de 7 TeV (teraelectrovoltios) nunca conseguidas con anterioridad.
Antes de apagarse, el acelerador registró colisiones de protones a una velocidad de 2,36 TeV, lo que ya constituyó una primicia mundial.
Durante las semanas que duraron los choques, los cuatro detectores del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) registraron más de un millón de colisiones de partículas, una información que captaron y posteriormente distribuyeron entre los distintos centros de investigación que forman la red de cálculo del acelerador.
Recrear los primeros instantes del universo
Una vez acelerados a 7 TeV, los científicos esperan que el LCH produzca cientos de millones de choques frontales de partículas a una velocidad próxima a la luz, y se recrearán los primeros instantes del universo, justo después del Big Bang, hace 13.700 millones de años.
Asimismo, otro de los retos es poder comprobar empíricamente la teoría estándar de la física, basada en el bosón de Higgs.
La existencia de esa partícula, que debe su nombre al científico que hace 30 años predijo su realidad, se considera indispensable para explicar por qué las partículas elementales tienen masa y por qué las masas son tan diferentes entre sí.
De todas maneras, los científicos deberán ser pacientes, dado que el análisis de los datos, y específicamente encontrar el bosón de Higgs, puede llevar varios años.
Los científicos mantendrán el acelerador a velocidades de 7 TeV, la mitad de su potencial, hasta el otoño del 2011. Después se le someterá a una pausa, se le reconfigurará y volverá a encenderse a una velocidad de 14 TeV.
Fuente: El Mundo. Aportado por Eduardo J. Carletti
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