«Mientras mi cuerpo estaba dormido, creo que mi alma viajó a Venus en un ovni de forma triangular», escribió Miyuki Hatoyama en un libro hace un año
«Era un lugar muy bonito, muy verde», escribió la buena señora de su puño y letra antes de que su obra se estrenara en las librerías del país de los manga, según reproduce el sitio ABC.es.
Miyuki, de 66 años, asegura que su paseo en el ovni tuvo lugar hace muchos años. Y claro, tituló su obra «Cosas muy extrañas con las que me he encontrado».
Cuando despertó, la próxima primera dama del País del Sol Naciente le dijo a su ex marido que acababa de regresar de Venus. «Habrá sido un sueño», le respondió, descreído, a diferencia del primer ministro, que le habría animado en su «vuelta».
«Mi actual esposo tiene una forma de pensar muy distinta al anterior. Seguramente habría dicho ’¡Eso es fantástico!’», dice esta mujer sobre el líder del Partido Demócrata y ganador en las elecciones del domingo.
A sus 62 años, Yukio Hatoyama, el rico nieto de un ex primer ministro japonés, acabará con medio siglo de hegemonía liberal en Japón.
Los habitantes del distrito Nagatacho de Tokio apodaron «el alien» a Hatoyama por sus ojos saltones, aunque según su mujer este nombre le viene de su nueva forma de hacer política, muy distinta al viejo estilo.
«Es difícil entender algo nuevo. Para muchos políticos mi marido, que no se mueve por intereses personales, es difícil de comprender y parece una especie de alien, imagino», apunta en clara referencia a los miembros del partido que ahora pasarán a la oposición.
Esta actriz también conocida por sus dotes en la cocina (escribió libros con sus recetas) y que actuó durante seis años en la revista Takarazuka, un grupo femenino de teatro musical, asegura compartir «mucha sensibilidad» con la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama.
«Es tan natural… Me encantaría conocerla», comenta de Michelle. Fue precisamente en EE.UU. donde Miyuki conoció a Yukio, educado en la prestigiosa Universidad de Stanford.
Nota de Axxón: Parece que fue al Venus de los años 50, con selvas y dinosaurios en algunas partes… Antes de que un «cambio de aires» le aplicara a nuestro hemano y vecino todo el rigor el efecto invernadero.
Fuente: Telam. Aportado por Eduardo J. Carletti