La posibilidad de elegir el sexo de sus bebés pueden ser la clave de las sociedades complejas construidas por las hormigas, abejas y avispas, de acuerdo con científicos de la Universidad de Oxford
Los investigadores calcularon los costos y beneficios evolutivos que les aporta a las madres de los insectos el elegir el sexo de su descendencia, y demostraron que, si las hembras ayudan con la crianza de los bebés, a continuación, las madres prefieren tener hijas en vez de hijos… lo que conduce a una gran fuerza de trabajo de los ayudantes femeninas.
Sus hallazgos también podrían ayudar a explicar por qué las termitas, las únicas entre los insectos sociales, tienen sociedades complejas con un balance más o menos igual de machos y hembras, porque en esa sociedad de termitas los machos y hembras ayudan a criar a la descendencia.
La revista The American Naturalist publica un informe de la investigación en su edición de marzo.
«En las hormigas sociales, abejas y avispas, las madres pueden decidir el sexo de su descendencia por medio controlando si sus huevos se fertilizan con esperma», dice el doctor Andy Gardner, del Departamento de Zoología de la Universidad de Oxford, autor del informe. Los huevos fertilizados se desarrollan como hijas, y los huevos no fecundados se desarrollan como hijos. Las hijas son las que hacen todo el trabajo en la colonia, por lo que esta habilidad especial significa que la madre puede aumentar su mano de obra femenina sin desperdiciar recursos en varones relativamente inútiles.
Anteriormente se atribuía la sociabilidad de las hormigas, abejas y avispas al hecho curioso de que, en estas especies, la hembra es genéticamente más similar a sus hermanas que ella a sus propias hijas, a lo cual se le llama «hipótesis haplodiploidía«.
Sin embargo, esta peculiaridad genética no se produce en las termitas, que también han evolucionado en elaboradas sociedades. «El fracaso de la hipótesis haplodiploidía para explicar la sociabilidad de las termitas es una de las razones por las que ha ido cayendo en desuso desde que fue propuesta en la década de los 60», dijo el Dr. Gardner.
La co-autora Laura Ross del Departamento de Zoología de la Universidad de Oxford señala que la socialidad de las termitas es, sin embargo, plenamente coherente con la nueva hipótesis de ajuste de la relación de sexos: «Las termitas son la excepción que confirma la regla. Puede sesgar la proporción sexual hacia las mujeres, pero no es necesario, ya que en sus sociedades los machos hacen el trabajo tanto como las hembras. Sugerimos que la capacidad y necesidad de un ajuste a la proporción de sexos explica por qué algunos insectos han evolucionado una eusocialidad avanzada y por qué otros insectos no la tienen».
Fuente: Science Daily. Aportado por Eduardo J. Carletti
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