Los planetas con giro retrógrado pueden haberse volteado en su lugar

Y las órbitas reversas pueden hacer que sean improbables vecinos de tipo terrestre

Un grupo de exoplanetas que orbitan en sentido inversos desafía las teorías de formación planetaria. Las órbitas de los estos planetas también podrían descartar la presencia de cuerpos similares a la Tierra en algunos sistemas planetarios.


Un conjunto de planetas que orbitan a sus estrellas en sentido inverso
nos muestran que estos cuerpos no son tan inusuales

Los planetas en mal camino llegaron a donde están por dar volteretas sobre la cabeza de sus estrellas, dijo Andrew Collier Cameron de la Universidad de St Andrews en Escocia, al presentar la idea el 13 de abril en la reunión de la Royal Astronomical Society en Glasgow, Escocia.

se piensa que los planetas se forman a partir del disco de gas y polvo que rodea una estrella joven. Dado que la estrella y el disco coalescieron de la misma nube de material, la teoría sostiene que ambos deben girar en la misma dirección, y así debería girar cualquier planeta que pudiera surgir. La «teoría de migración del disco» postula que algunos planetas terminarán cerca de sus estrellas, emigrando hacia el interior suavemente a lo largo del tiempo y manteniendo un plano de órbita en línea con la rotación de la estrella.

El verano pasado, los astrónomos descubrieron por primera vez un puñado de planetas que complicaron esta idea. Estos planetas giran hacia atrás, en dirección contraria a la de su estrella ( SN: 9/12/09, p. 12 ). Y otros planetas recién descubiertos, con órbitas correctas «hacia adelante», están inclinados 20 grados o más con respecto al plano del disco estelar donde nacieron.

Estos planetas pertenecen a una clase de planetas extrasolares llamados «Júpiter calientes», los gigantes que están ubicados muy cerca de sus estrellas.

«Si tuviera que arriesgar el cuello y hacer una predicción, probablemente no es una buena idea ir en busca de planetas terrestres en los sistemas que tienen Júpiter calientes en ellos», dice Cameron.

Cameron y sus colegas piensan que un simple mecanismo empujó a los planetas inclinados y que giran hacia atrás a sus órbitas anormales, y además los deslazó cerca de sus estrellas. Si estas órbitas inclinadas son comunes, podría ser un golpe mortal para la teoría de la migración, dice el coautor del estudio, Didier Queloz, del Observatorio de Ginebra.

«La migración no puede producir sistemas mal alineados», dice Queloz. El nuevo estudio lleva a 27 la cantidad total de planetas cuyo ángulo conocen los astrónomos. De éstos, muchos están mal alineados, la mitad inclinados en ángulo empinados y seis en órbita hacia atrás.

«Como la mayoría de los Júpiter calientes están realmente mal alineados, la mayoría no puede haberse formado por migraciones», dice Queloz. «Estamos por matar a esta primera idea de la migración».

La explicación más probable, dicen los investigadores, es el mecanismo Kozai. En este escenario, un segundo cuerpo distante, grande como un planeta o una estrella compañera, perturba gravitacionalmente la órbita de un planeta. El plano de la órbita puede voltear por encima de la estrella como una cuerda de saltar. Cuando la órbita se invierte más de 90 grados, el planeta queda orbitando al revés. Al mismo tiempo, la forma de la órbita se aplasta y se estira como una goma.
A medida que el planeta se acerca a la estrella, su órbita se hace más circular, y el aspecto se vuelve menos dramático. Cuando la órbita por fin se asienta en un círculo cerca de la estrella, la inclinación se congela.

Una temprana investigación predijo que la mayoría de las órbitas de los planetas gigantes perturbadas por el mecanismo de Kozai deberían terminar inclinadas alrededor de 40 grados —en una órbita inclinada hacia delante— o a 140 grados, en una órbita inclinada hacia atrás.

«Eso se parece mucho a lo que estamos observando ahora», dice Cameron. «Parece casi demasiado bueno para ser verdad.»

«Creo que están eliminando el mecanismo estándar de migración de disco antes de tiempo», dice Adam Burrows de la Universidad de Princeton. Todavía es posible una combinación de migración, dispersión y mecanismo Kozai, dice. «Sus datos no son tan definitivos como para eliminar otras posibilidades.»

Los astrónomos esperaban que pudiesen estra ocultándose pequeños planetas, de tipo más terrestre, en las cercanías de los Júpiter calientes, pero este golpe reciente de los datos orbitales indica que puede ser poco probable. A las órbitas de los planetas gigantes les puede llevar cientos de miles de años asentarse, «durante los cuales usted tiene un Júpiter arrasando en una órbita de tipo cometaria, a locos tumbos, lo que simplemente arrojará los restos que puedan quedar fuera del sistema», dice Cameron.

Fuente: Science News. Aportado por Eduardo J. Carletti

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