Investigadores de la Universidad de Nottingham, Inglaterra, han descubierto cómo funciona un prometedor medicamento contra el cáncer, hallado originalmente en un hongo que se utiliza comúnmente en la medicina china (en este caso, la especie Cordyceps sinensis)
La doctora Cornelia de Moor, de la Universidad de Nottingham, y su equipo, han investigado la droga llamada Cordicepina, que originalmente se extraía de una rara especie de hongos silvestres del género Cordyceps y ahora se prepara en cultivos.
«Nuestro descubrimiento abre la posibilidad de investigar los tipos diferentes de cáncer que se podrían tratar con cordicepina. También hemos desarrollado un método muy eficaz que se puede utilizar para probar nuevas versiones, más eficientes, o más estables, de la droga en una placa de Petri. Esta es una gran ventaja, ya que nos permitirá descartar las que no se usarán antes de que se considere hacer pruebas en animales», dijo la Dra. de Moor.
Los hongos del género Cordyceps son unos extraños hongos parásitos que se desarrollan en orugas (ver imagen arriba). Las propiedades atribuidas a los hongos del género Cordyceps en la medicina china los hizo interesantes para ser investigados, y han sido estudiados durante algún tiempo. De hecho, la primera publicación científica sobre la cordicepina fue en 1950.
El problema fue que, aunque la cordicepina es un fármaco prometedor, se degrada rápidamente en el cuerpo. Ahora se puede administrar con otro fármaco que ayuda a combatir esto, pero los efectos secundarios de la segunda droga ponen límite a su potencial uso.
«Debido a los obstáculos técnicos y las personas que se desvían hacia otros temas, ha tomado mucho tiempo descifrar exactamente cómo obra la cordicepina en las células. Con este conocimiento, será posible predecir qué tipos de cáncer pueden ser sensibles y qué otros medicamentos contra el cáncer se pueden combinar con eficacia. También podría sentar las bases para el diseño de nuevos fármacos contra el cáncer que trabajen en el mismo principio, dijo de Moor.
Los investigadores han observado dos efectos sobre las células: una dosis baja de cordicepina inhibe el crecimiento incontrolado y la división de las células y en dosis altas impide que las células se unan entre sí, lo cual también inhibe el crecimiento.
Probablemente, estos dos efectos tienen el mismo mecanismo subyacente, que es que la cordicepina interfiere con cómo las que producen proteínas.
En dosis bajas, la cordicepina interfiere con la producción de ARNm, la molécula que da las instrucciones sobre cómo ensamblar una proteína. Y en dosis más altas tiene impacto directo en la fabricación de las proteínas.
El estudio se publica en el Journal of Biological Chemistry.
Fuente: Health News. Aportado por Eduardo J. Carletti