Monos bebé heredan el gen «extraño» de su padre

Por primera vez, un mono genéticamente modificado le pasó su gen «extranjero» a su descendencia

Descendientes de titíes es un padre genéticamente
modificado con pies que brillan verdes cuando son
observados con luz ultravioleta (Imagen: E.Sasaki y otros. 2009)

Criar animales es más barato y sencillo que la ingeniería genética, es por eso que los investigadores esperan poder anunciar el desarrollo de monos que son mejores modelos de las enfermedades humanas que los ratones modificados genéticamente.

Erika Sasaki, del «Central Institute for Experimental Animals» de Kawasaki, Japón, le puso un gen de medusa a unos monos tití que los hizo brillar color verde bajo la luz ultravioleta.

Virus mensajero

Para la ingeniería de los «padres», Sasaki le inyectó a los embriones de los monos un virus que contenía la proteína de la fluorescencia verde.

Luego Sasaki colocó los embriones con el gen en siete madres sustitutas. De éstas, cuatro dieron a luz un macho y cuatro hembras que llevaban el gen con la proteína fluorescente verde (GFP son sus siglas en inglés).

Más adelante, cuando el bebé macho estuvo sexualmente maduro, fue padre con éxito de un solo descendiente que brillaba verde, demostrando que había heredado el gen GPF. También una de las hembras produjo embriones fertilizados in vitro que portaban el gen.

Esperanza médica

El año pasado, los investigadores reportaron la producción de macacos con un gen que causa la enfermedad de Huntington, una enfermedad neurodegenerativa. Pero el gen insertado en huevos en lugar de embriones, demostró que no era hereditario.

El primer mono modificado genéticamente, apodado ANDi, nació en el año 2001. Nació con éxito luego de 40 embarazos. Pero, a pesar de que ANDi tiene el gen GFP, no brillará con color verde porque aparentemente el gen no está funcionando.

Sasaki señala que debido a que son primates, la alteración de los monos puede prestar mejores modelos que los ratones transgénicos para el estudio de enfermedades humanas, sobre todo las neurológicas.

Fuente: New Scientist. Aportado por Gustavo A. Courault

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