Es una producción europea de más de 32 millones de euros. Está protagonizada por Jared Leto, Diane Kruger y Sarah Polley. Ganó un premio técnico por sus decorados en el Festival de Berlín
La coproducción entre Bélgica, Francia y Canadá Mr. Nobody, dirigida por el belga Jaco Van Dormael, está siendo promocionada en Estados Unidos como «la producción europea del año». Más de 32 millones de euros de presupuesto y el haber ganado el premio a la mejor contribución técnica, para el diseño de producción de Sylvie Olivé, en el Festival de Berlín, son avales más que suficientes para suscitar interés en este filme que compite en la Sección Oficial de Sitges.
Protagonizado por Jared Leto, y con Diane Kruger y Sarah Polley como principales intérpretes femeninas, Mr. Nobody no deja de ser, ante todo, y pese a su abultada inversión, una historia atípica, y no precisamente comercial, por la forma en que está contada. Una película rodada con unas maneras impecables, tan vistosa en la fotografía como intrincada en su montaje.
Su premisa puede resumirse fácilmente: la dificultad de elegir, y los distintos caminos por los que nos podría conducir el tomar una decisión en lugar de otra. Pero su originalidad empieza ya al iniciarse como una sátira de ciencia-ficción donde su protagonista, Nemo Nobody, es un anciano de 117 años en un mundo futuro donde el ser humano ha alcanzado la inmortalidad.
Capacidades de elección
También está profundamente impregnada por el romanticismo. El motor de las decisiones que más afectan a Nemo es el amor, hacia sus padres (y la posibilidad de que deba de elegir entre uno de los dos), y el de las mujeres que aparecen en su vida.
Pero su forma de abordarlo es mucho más singular, con continuos saltos temporales desde ese futuro, en apariencia utópico con el que se inicia la película, a la infancia y madurez del protagonista.
De momento, Mr. Nobody ha conseguido también generar una disyuntiva entre la audiencia que la ha visto en los festivales. Por una parte están los cautivados. Una propuesta con imágenes llenas de colorido, por momentos recordando al Jean-Pierre Jeunet de Amélie, que invitan en definitiva a sentir, a pensar, sobre lo que significa ser humano ( y de ahí, por ejemplo, el tono abiertamente satírico de su parte futurista, donde ya no existe la mortalidad). Puede producir un cúmulo de emociones y sentimientos en un buen número de sus planos.
Pero también ha dividido a otro sector que no se ha entregado a un filme realizado como si fuera un videoclip de más de dos horas, tan cuidado y planificado como artificial. En el que no hay lugar para interesarse por el destino, o destinos, de su protagonista y dudas a causa de su fragmentado montaje. O donde las reflexiones y divagaciones demuestran que Jaco Van Dormael (Totó el héroe) no es precisamente Charlie Kaufman o Michel Gondry
Es lo que tiene el cine tan a menudo, esa capacidad para provocar opiniones tan contrastadas, de permitir que sus historias e imágenes sean interpretadas según la mirada de cada espectador, gustos y prejuicios.
Mr. Nobody no ha sido todavía adquirida por ninguna distribuidora para su estreno en España.
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Ciencia-ficción y terror muy esperado
Este miércoles se proyectarán en Sitges algunos de los títulos más esperados de esta edición. Sobre todo el largometraje de ciencia-ficción Moon, dirigido por Duncan Jones (hijo de David Bowie), y que contará con la presencia en Sitges de su protagonista principal, Sam Rockwell, y del mismo director para apoyar un filme que, después de su paso por varios festivales, como el de Cannes, llega con la etiqueta de «película de culto».
También hay expectación por ver la terrorífica Paranormal Activity, dirigida por Oren Peli con un irrisorio presupuesto de unos 15.000 dólares (menos de 11.000 euros); así como Kinatay que le valió al filipino Brillante Mendoza el Premio al Mejor Director en el pasado Festival de Cannes.
Fuente: 20 minutos. Aportado por Eduardo J. Carletti