Siempre un recurrente en las cintas de terror, las casas embrujadas, tendrán por lugar de cuentas cierta predisposición al espectador a enfrentarse a los límites de su cordura aunado a la inamovilidad de lo que representa el bien inmueble y lo que dentro del mismo ocurra; debido a lo que esos límites de la cordura pudieran representar a ojos de los demás, porque vamos, una cosa son los monstruos, y otra muy diferente las casas que te quieren ver muerto
Y aunque Extrañas apariciones (The haunting in Connecticut, Estados Unidos-2009) no necesariamente roza elementos de la incredulidad, sí se hacen presentes en diversas ocasiones a lo largo de esta cinta a la que se le pueden encontrar elementos bastante aceptables dentro del género de terror al que alude, pero también desenfoca dichos elementos para decantarse abiertamente por los lugares comunes. Al final de los pasillos y entre cada una de las habitaciones, de cualquier forma sería imposible negar que como película de “sustos” funciona eficazmente.
Desde luego y claro está, lo que se nos presenta como atisbo de posible realidad y como entera incredulidad viene a radicar efectivamente en la inmovilidad de las cosas, y que nada palpable y sólido como lo es una casa puede hacernos daño de manera propia si uno no es lo suficientemente torpe como para caerse de las escaleras o como golpearse contra las paredes.
El factor principal viene a ser lo que tiende a considerar el huésped o inquilino como tal. La preponderancia y la disposición a cerrar los ojos y escuchar un poco más allá, e independientemente de que se crea o no en las casas embrujadas, la cinematografía ha destacado estos hechos en cintas que hemos visto a lo largo de los años.
¿Y qué es lo que pasa?, que la casa en cuestión no es parte del decorado, y pasa a convertirse decididamente en un personaje más; y hasta en el mismo personaje principal. En función de lo que ocurra dentro de toda la casa, estará la atención que el espectador suponga ante el ejercicio toda vez que se pueda creer en ello o no. Nótese la dificultad para hablar de llamar a estos sucesos como embrujamiento, encantamiento, hechos paranormales, o algo parecido. Se puede creer o no, y eso ya es un atisbo de visión acerca de cómo podemos valorar Extrañas apariciones, y si de podemos ver la cinta independientemente de si los hechos fueron reales, o si nos creemos la veracidad de los hechos a los que alude. A final, Hollywood pondrá su grano de arena para hacer la cinta más efectista.
Extrañas apariciones, es dirigida por Peter Cornwell, en lo que viene a ser su primer largometraje en cine; y es protagonizada por Virginia Madsen, Elias Koteas, Kyle Gallner, Martin Donovan, y Amanda Crew, entre otros. Y este guión sobre una casa llena de espíritus fue escrito por Tim Metcalfe y Adam Simon, basados en archivos de 1987 de Connecticut, en los que una familia recién mudada a una mansión en Meriden Avenue, descubrió un pequeño cementerio en el patio trasero. Esa casa había servido como funeraria en los años 20’s. Entonces algo comenzó a ocurrir. De esta manera Extrañas apariciones se basa en la historia real de esa familia que se aloja en esa casa por tener cercana la clínica donde su hijo es tratado de cáncer. Allí descubren que la casa que han alquilado era una antigua funeraria cuyas paredes ocultan algo terrible, y que pondrá a prueba la unidad familiar en una situación tan adversa como lo es la enfermedad y una tan inverosímil como lo es la posesión demoniaca en una casa que reclama por un pasado aterrador.
Para ser el primer largometraje de Cornwell, lo cierto es que no se nota inexperiencia tras la cámara. Ha sabido definir muy bien este trabajo que bebe de muchas otras cintas, pero sería muy difícil no hacerlo toda vez que las cintas que se basan en casas embrujadas y en historias de supuestas posesiones guardan muchos aires de similitud. De hecho Extrañas apariciones tiene elementos de contraste, más parecidos en fondo a otras cintas como Terror en Amityville (The Amityville horror) en la cuestión de la casa en sí, y de cómo las presencias extrañas tratan de colarse en la mente de por lo menos algunos de los miembros que la habitan, y de Una posesión americana (An american haunting), toda vez que estas cintas también se supone basadas en hechos reales. Pero podríamos hacer un acercamiento más válido en forma a Los otros (The others) y El orfanato en la cercanía tanto de la narrativa y del desarrollo del guión respectivamente. Extrañas apariciones narra adecuadamente esta historia que se antoja simple por el género, pero que sabe llevar a tiempo, líneas que le permiten azuzar al espectador en el discernimiento de lo que ocurrirá.
Aunque puede no resultar lo suficientemente terrorífica, la cinta valida desde el principio a tono de entrevista a la madre, el hecho de que el espectador puede asumir la historia como falsa, y desde el inicio en la primer escena con voces en off, y hasta en las últimas con los textos detallando concretamente lo ocurrido con los personajes reales, trata de justificarse para hacerse creíble. También puede que no lo logre. Siempre quedará el escepticismo. Lo interesante de la historia sin embargo es algo que no desarrollan del todo, y es esa relación familiar coartada por la enfermedad de uno de los hijos que bien funciona en el tratamiento, pero no en el desarrollo, pero que parte como punto clave para discernir entre lo que es real o puede no serlo, toda vez que la actuación del joven Kyle Gallner es bastante eficaz, y Virginia Madsen logra hacer un contrapeso bastante sensible y delineado de la protectora madre.
Bastante lograda en propinar sustos en base no a la recalcitrante subida a golpe del audio, sino en las imágenes repentinas de entes que aparecen y desaparecen, logra al final solo un resultado menor a la promesa inicial, cuando deja de lado la alucinación para dar un poco cabida al espectáculo. De cualquier manera, Cornwell, ha sabido llevar por lo menos coherentemente la trama, y la misma justificación al principio y al final ayuda a ello. No sale de los lugares comunes, pero no es de extrañar. En cuanto a casas embrujadas parece que ya hemos visto todo.
Fuente: El Séptimo Arte. Aportado por Gustavo Courault
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