Un nuevo análisis de los datos de la nave Cassini de la NASA indica que las lunas de Saturno y los anillos son cuidadas reliquias de la época del nacimiento de nuestro sistema solar
A pesar estar manchadas en la superficie por «contaminación» reciente, estos cuerpos se remontan a más de 4.000 millones de años. Son de la época en que comenzaron a formarse los cuerpos planetarios de nuestro vecindario a partir de la nebulosa protoplanetaria, la nube de material que quedaba en órbita alrededor del Sol después de su ignición como una estrella. El documento, encabezado por Gianrico Filacchione, un científico participante de la Cassini en el Instituto Nacional de Italia para la Astrofísica, Roma, acaba de ser publicado en Internet por la revista Astrophysical Journal.
«Estudiar el sistema de Saturno nos ayuda a comprender la evolución química y física de nuestro Sistema Solar», dice Filacchione. «Ahora sabemos que comprender esta evolución requiere no sólo el estudio de una sola luna o un anillo, sino unir las relaciones interrelacionadas de estos cuerpos».
Los datos del espectrómetro de mapeo visual e infrarrojo (VIMS) de la Cassini han revelado cómo se distribuyen el hielo de agua y los colores —que son los signos de los materiales no acuosos y orgánicos— en todo el sistema de Saturno. Los datos de espectrómetro de la parte visible del espectro de la luz muestran que los colores en los anillos y las lunas generalmente son sólo superficiales.
Utilizando la gama de infrarrojos, el VIMS también detectó abundante hielo de agua; demasiado para haber sido depositada por cometas u otros medios recientes. De este modo los autores deducen que el hielo de agua debe haberse formado más o menos en la época del nacimiento del Sistema Solar, ya que Saturno giraba alrededor del Sol más allá de la llamada «línea de nieve». Más allá del límite de esta línea, en Sistema Solar exterior, donde reside Saturno, el ambiente es propicio para la preservación del hielo de agua, como un congelador. En el interior de la «línea de nieve» del Sistema Solar, el ambiente es mucho más cercano al cálido resplandor del Sol, y los hielos y otros volátiles se disipan más fácilmente.
La pátina de color en las partículas de los anillos y las lunas tiene una correspondencia aproximada con su ubicación en el sistema de Saturno. Para las partículas del anillo interior de Saturno y las lunas, el hielo de agua pulverizado desde los géiser de la luna Encélado tiene un efecto de blanqueo.
Los científicos descubrieron que, más allá, las superficies de las lunas de Saturno eran generalmente más rojas cuanto más lejos de Saturno orbitan éstas. Febe, una de las lunas exteriores de Saturno y un objeto que se cree originario del lejano Cinturón de Kuiper, parece estar perdiendo un polvo rojizo que, finalmente, pinta la superficie de las lunas cercanas, como Hiperión y Jápeto.
Una lluvia de meteoritos de fuera del sistema parece haber dejado un tono rojizo sutil sobre algunas partes del sistema principal de anillos; en particular la parte de los anillos principales conocidos como el anillo B. Los científicos creen que el color rojizo puede ser hierro oxidado —óxido— o hidrocarburos aromáticos policíclicos, que podrían ser progenitores de moléculas orgánicas más complejas.
Una de las grandes sorpresas en esta investigación fue la coloración rojiza similar de la luna Prometeo, con forma de patata, y de las partículas del anillo cercanas. Otras lunas en el área son más blanquecinas.
«El tono rojizo similar sugiere que Prometeo se formó a partir de material de los anillos de Saturno», dijo el co-autor Bonnie Buratti, miembro del equipo de VIMS que trabaja en el Laboratorio de Propulsión a Chorro en Pasadena, California. «Los científicos se han estado preguntando si las partículas del anillo podría haberse pegado para formar lunas… cuando la teoría dominante era que los anillos procedían fundamentalmente de lunas desintegradas. El colorido nos da una prueba sólida de que puede funcionar al revés, también».
«La observación de los anillos y lunas con la Cassini nos da una increíble vista de pájaro de los intrincados procesos en funciomiento en el sistema de Saturno, y tal vez, también en la evolución de los sistemas planetarios», dijo Linda Spilker, científica del proyecto Cassini, con base en el JPL. «Lo que se ve como un objeto y su evolución depende en gran medida de su ubicación, ubicación, ubicación.»
La misión Cassini-Huygens es un proyecto cooperativo de la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Italiana. El Jet Propulsion Laboratory, una división del Instituto de Tecnología de California, en Pasadena, dirige la misión para la Ciencia Espacial de la NASA, Washington, DC. El equipo del espectrómetro mapeador visual e infrarrojo tiene su base en la Universidad de Arizona, Tucson.
Fuente: Science Daily. Aportado por Eduardo J. Carletti
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