Los caminos de los tres viejos camaradas de guerra volverán a cruzarse, y entonces sabrán por fin si su tierra puede ser realmente apta para los héroes
Para Ringil Ojos de Ángel, la posguerra han sido largos años exiliado, ganándose el pan con el relato de sus hazañas mientras su espada, la legendaria Críacuervos, cuelga olvidada sobre la chimenea.
Para Egar el Matadragones, el triunfal retorno a las estepas como señor de su clan nómada está marcado por la nostalgia que siente por los tiempos felices pasados como mercenario en el civilizado Imperio.
Y en ese mismo Imperio, la mestiza Archeth, dejada atrás por su raza desaparecida, sirve al emperador e intenta en vano mantener en funcionamiento la tecnología abandonada.
Algo empieza a moverse, sin embargo, en su mundo rodeado por un anillo. Ringil es reclamado por su noble familia, que lo había repudiado, para que rescate a una pariente de los traficantes de esclavos. Egar es objeto de conspiraciones, inspiradas por los dioses, para apartarle de la jefatura de su clan. Y Archeth debe investigar el ataque a una guarnición costera del Imperio, realizado con armas que en teoría no deberían existir.
Los caminos de los tres viejos camaradas de guerra volverán a cruzarse, y entonces sabrán por fin si su tierra puede ser realmente apta para los héroes.
Sólo el acero.
Richard Morgan.
Título original: The Steel Remains.
Traducción: Manuel de los Reyes.
Ilustración de cubierta: Larry Rostant.
Diseño de cubierta: Alejandro Terán.
416 págs. 21,95 euros.
Rústica con solapas.
ISBN: 978-84-9889-070-9.
Fuente: Gacetilla. Aportado por Eduardo J. Carletti
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