La creación de una quimera con el cerebro anterior de un pájaro cantor y el cerebro posterior de uno que no canta podría arrojar luz, algún día, sobre la evolución del canto de los pájaros, e ncluso del habla humana
«El objetivo es lograr un animal no cantor que pueda realmente aprender a imitar sonidos», dice Erich Jarvis, un neurocientífico de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte. La quimera tendría el cerebro posterior de una codorniz y el cerebro anterior de un pinzón cebra. «Yo sabía cuando comencé este proyecto que era loco».
Tanto las personas como las aves canoras aprenden a comunicarse en la infancia, escuchando a los adultos e imitando sus sonidos. En el embrión, las neuronas de los centros de aprendizaje del cerebro superior, o cerebro anterior, se conectan con las neuronas en el cerebro posterior que controlan los músculos vocales de la garganta. Estas conexiones están ausentes en los pájaros no cantores, como las codornices, que se limitan a graznar. La llamada de codorniz es innata y no es aprendida de sus padres.
El equipo de Jarvis está investigando cómo se guían normalmente las neuronas del cerebro anterior hacia el cerebro posterior en un pájaro cantor, realizando trasplantes de cerebro en embriones de aves de 2 días, del tamaño del extremo de una pluma. Jarvis anunció sus primeros resultados en la reunión anual de la Sociedad para la Neurociencia en Chicago la semana pasada. El equipo removió tejido de un embrión de codorniz en el cerebro anterior y lo reemplazó con el mismo tejido de un embrión de pinzón. Ellos encontraron que algunas de las neuronas de pinzón crearon una línea recta de unión hacia el cerebro posterior de codorniz.
Sin embargo, el equipo aún no se sabe si las neuronas podrán conectarse con éxito con el cerebro posterior. Hasta ahora todas las aves quimera han muerto justo antes de eclosionar de sus huevos.
Esto es, probablemente, porque las dos especies se desarrollan de manera muy diferente, dice Jarvis. Los polluelos de codorniz son más maduros cuando salen del cascarón en comparación con los polluelos de los pinzones, que son relativamente débiles y dependientes. El equipo está considerando cambiar las codornices por una especie que se desarrolle a un ritmo similar al de los pinzones.
Otros investigadores han utilizado trasplantes parciales de cerebro entre codornices y pollos para demostrar que el cerebro medio dirige el graznido innato en las aves no cantoras. Esta es la primera vez, sin embargo, que se han utilizado trasplantes para investigar el aprendizaje de la canción en las aves canoras.
Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti