Un nuevo estudio resuelve un viejo misterio de 130 años sobre el origen del desarrollo de células de la piel especializados que intervienen en la sensación del tacto. Los resultados aparecerán el 5 de octubre en la Revista de Biología Celular (Journal of Cell Biology)
Descritas por primera vez en 1875, las células de Merkel son células neuroendocrinas que residen en la epidermis de los vertebrados, que pasan los estímulos mecánicos a las neuronas sensoriales. En los ratones, se encuentran principalmente en las patas y alrededor de los bigotes, pero, como expresan proteínas características tanto de las células epiteliales como de las neuronales, los científicos han debatido durante mucho tiempo si las células de Merkel se desarrollan a partir de la epidermis o de la cresta neural.
Van Keymeulen y su equipo rastrearon el linaje de las células de Merkel con fluorescencia etiquetando células derivadas de los progenitores, tanto de la epidermis como de la cresta neural. Esto reveló que las células de Merkel surgen de la epidermis de los embriones humanos. Además, las células madre epidérmicas de la piel de ratón adulto reponen la población de células de Merkel, ya que con el transcurrir del tiempo van muriendo lentamente. Los investigadores también encontraron que los progenitores de la epidermis necesitan un factor de transcripción llamado Atoh1 para diferenciarse en células de Merkel. Los ratones que carecían de Atoh1 en su piel no presentaron minguna de las células transductoras mecánicas.
Atoh1 actúa como un supresor de tumores para evitar un agresivo cáncer de piel llamado carcinoma de células de Merkel, dice el autor principal Cédric Blanpain. Su equipo ahora quiere investigar la función precisa del factor de transcripción en la diferenciación de células de Merkel, así como las vías de señalización que regulan el proceso.
Fuente: EurekAlert. Aportado por Eduardo J. Carletti